domingo, 26 de junio de 2011

¿Crisis de representación o crisis del Estado? ¿Hay salidas?



Antonio Fuertes Esteban. Attac Acordem


Profundas preguntas alimentan los debates en un tiempo, el actual, plagado de banalización, traición y corrupción de los poderes constituidos, desconfianza razonable, malestar ciudadano, incertidumbre, desafección y pérdida de sentido: ¿Época de cambios o cambio de época? ¿Crisis económica o crisis del sistema? Voy a plantear una nueva que a mi entender puede ayudar a situar la realidad en que vivimos, que se está construyendo paralela a la ruina de los sueños de la Modernidad. Cuando la indignación ciudadana llena calles y plazas exclamando ¡No nos representan! Es preciso preguntarse ¿Pueden representarnos nuestros gobiernos? ¿Hay una crisis de representación o la crisis ataca los propios fundamentos del Estado?

El Estado vigente, el liberal democrático moderno, fue erigido sobre la premisa del Estado árbitro del bienestar general de la comunidad política, que adaptado al contexto económico y social originario del S. XVIII, vendría a ser una primera instancia de regulación mediadora y equilibradora entre el mercado y la sociedad, entre el capital y el trabajo, ello construido en base a una supuesta lealtad social a la comunidad política que los estados representaban.

Sin embargo esta representación del Estado fue desmitificada durante los siglos XIX y XX por una mayoría de ciudadanos y ciudadanas desposeídos de los derechos que las clases privilegiadas ostentaban. En realidad quedaba patente la esencia del Estado liberal, que, más allá del corpus y declaraciones políticas, estaba sujeto a las reglas del liberalismo económico que hacían prevalecer los intereses de la clase adinerada, sobre la que recaía el poder del Estado. En este sentido, el Estado liberal no es una institución neutral, sino que reproduce la relación de poder de las clases altas y adineradas sobre el resto de la ciudadanía. Es lo que muchos han llamado la función reproductiva del Estado.

Durante dos siglos se dieron revueltas y movimientos sociales que reclamaron y lucharon por la igualdad y justicia social dentro del sistema liberal-capitalista. Estos movimientos emancipatorios consiguieron que después de la 2ª Guerra Mundial el Estado liberal guardián del liberalismo económico, como doctrina que sustenta el sistema capitalista, evolucionara hacia un Estado democrático y social de derecho, en el que los derechos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales proporcionaran un estatus igualitario de ciudadanía a todos los miembros de la sociedad.

El cambio dentro del sistema capitalista hacia este modelo social-democrático de derecho, llevaba aparejada una segunda función del Estado que es la función de legitimación. Esta es paralela al logro de una cierta cohesión social necesaria para la paz social y que lleva al Estado a respetar y proveer el estatus de ciudadanía propio del Estado de derecho. El pacto social de post-guerra plasmado en las políticas de concertación entre el Estado y los agentes de representación del trabajo y del capital, los acuerdos de Bretton Woods, las políticas Keynesianas adoptadas y la necesidad de re-construir e industrializar el Mundo de post-guerra posibilitaron en Europa y América del Norte una época prolongada de crecimiento y bienestar que hacía a algunos pensar que el capitalismo había encontrado su rostro humano.

Sin embargo, como era de esperar, el modelo capitalista basado en el beneficio y la acumulación hizo tope. Ya a partir de finales de los 60 la tasa de ganancia del capital hace tope y se resiente definitivamente con las crisis del petróleo. En este punto el capital empieza a ver el agotamiento del sistema y adoptando políticas económicas de carácter monetarista da un cambio de rumbo en función de maximizar el beneficio.

El llamado modelo de bienestar basado en el pleno empleo y las diversas pensiones y prestaciones públicas, empieza a cuestionarse. Las dos crisis del petróleo provocan recesión y paro, sin embargo un conjunto de medidas estaban ya en la recámara del sistema.

En 1971 Richard Nixon acaba con la paridad dólar-oro, que era una medida que beneficiaba al dólar como moneda dominante, pero que globalmente significaba estabilizar la economía. Cuando se acaba con la paridad, la flotabilidad de las monedas significa inestabilidad y especulación, procesos que habían sido controlados mediante las regulaciones propias de Bretton Woods. Es el inicio de la desregulación financiera de post-guerra y posiblemente de la Globalización, que ha sido el gran proyecto del capital y que ha significado en principio romper la solidaridad que se dio entre el capital y las fuerzas del trabajo a nivel estatal durante los años “dorados”.

Las teorías neoliberales de Hayek y M.Friedman fueron adoptadas a partir de 1978 por Ronald Reagan y M. Thatcher y ello significó un gran impulso a los conservadores anglosajones y la expansión del neoliberalismo. El problema era el Estado y había que adelgazarlo. Aunque el auténtico problema para ellos no era un Estado que utilizaban para someter a las poblaciones al imperio de la ley aceptando la involución social de sus propuestas, sino el Estado social y democrático de derecho.

Las desreglamentaciones, liberalización de los mercados y privatizaciones pasan a ser pecata minuta de las políticas anglosajonas, mientras en Europa el Estado del bienestar entra en crisis por vía de la saturación de los mercados y el paro que junto a la regresión en las políticas fiscales, supone una crisis fiscal del Estado.

Pero en Europa las políticas de la llamada tercera vía introducidas desde Gran Bretaña por Toni Blair y recogidas por Schroeder en Alemania, introducen, con la etiqueta de social-liberalismo, el neoliberalismo en Europa, que a partir de Mastrich en 1992 va asentándose, haciéndolo definitivamente con la firma del antidemocrático y neoliberal Tratado de Lisboa por parte de los 27 Jefes de estado y de Gobierno de los países de la actual Unión Europea.

Todo se desregula en virtud de la maximización de la tasa de ganancia, la circulación de capitales, el control de la banca, las barreras tarifarias y arancelarias, los intereses. El mercado laboral ha de tener como referente la flexiseguridad y para ello también se trata de socavar la negociación colectiva. La independencia de los bancos centrales en los estados y del BCE, los convierte en aliados de la banca. Las políticas monetaristas tienden a supeditar la lucha contra el paro a la lucha contra la inflación. La fiscalidad se hace cada vez más regresiva, gravando más a las rentas del trabajo que a las del capital y favoreciendo la evasión y el fraude fiscal vía paraísos fiscales.

Todo en función del traslado de las rentas del trabajo hacia el capital, que ya descargado del lastre Estatal se mueve alrededor del Mundo buscando el máximo beneficio allí donde puede. En 1998 el presidente Clinton abole la ley de Glass-Steagall que matenía la banca comercial lejos de las frivolidades de la banca de inversión, este significa un hito que ha supuesto la apertura de toda la banca internacional a los procesos de inversión internacional de corte especulativo.

También es patente que el capital deja de invertir los beneficios en el sistema productivo y pasa a alimentar su avaricia con las sustanciosas ganancias que en el corto plazo le proporciona la especulación sobre todo tipo de activos – valores, divisas, bonos hipotecarios, bonos y obligaciones del Estado, mercados de futuros de los alimentos, productos derivados…etc. A los procesos de desposesión propios a nivel histórico del capital sobre la ciudadanía: apropiación, expoliación, explotación de la mano de obra, usura y creación de dinero por la banca, expropiación… hay que añadir, con la globalización de los mercados de capital, dos procesos que se desarrollan a nivel global y que significan la desvinculación total de los capitales de todo lastre de lealtad a los estados. Uno, la especulación, en función de la misma las diferentes carteras de inversión recorren el Globo invirtiendo sin escrúpulos allí donde obtienen mayor beneficio. El otro proceso es la opacidad propia de los paraísos fiscales, que impide que los estados y la justicia internacional puedan seguir el rastro de la delincuencia fiscal y financiera y del crimen organizado. Estos dos procesos, junto a los anteriores, convierten al capitalismo en su fase financiera en un sistema criminal y depredador de la ciudadanía e incompatible con la democracia entendida como libertad, equidad y justicia social.

Pero no solo como libertad, equidad y justicia social, sino como gobierno del pueblo, ya que a la ciudadanía no le es dado sino participar cada 4 años depositando su voto, un voto que a la postre no sirve a la representación de la ciudadanía, ya que el poder tiránico de los mercados han acabado desplazando a los representantes electos de las decisiones importantes, cuando no incorporándolos directamente a su propio proyecto.

Así que tenemos un Estado desposeído en lo social, pero fuerte en los sistemas de intimidación y que puede utilizar el “legítimo monopolio de la violencia” para defender los ilegítimos intereses del Mercado. El Estado cumple en la actualidad bien su función de reproducción, pero su función de legitimación está más que cuestionada y eso es lo que supone de nuevo conflictividad social y cuestionamiento de sus instituciones pretendidamente democráticas.

El Estado Nación ya no significa una base sólida desde la que continuar edificando el edificio de la modernidad, ha sido ninguneado en sus atribuciones y deslegitimado por los ciudadanos. No obstante si echamos una répida mirada histórica retrospectiva podremos observar como se han ido construyendo y deconstruyendo las unidades políticas: La ciudad- Estado Griega, el feudo medieval, las ciudades Estado italianas, el Estado Nación Moderno; todas estas representaciones obedecen a momentos históricos que han evolucionado hacia nuevas formas sociales y políticas. Hoy la unidad política del Estado Nación ya no responde adecuadamente a las necesidades de su comunidad política, está en un claro proceso de deslegitimación en el momento actual de Globalización y la sociedad habrá de buscar nuevos constructos políticos, el Estado Nación no sirve hoy a las necesidades de la ciudadanía democrática.

Es en estos momentos que la ciudadanía se da cuenta que las instituciones y sus servidores no le representan, que representan servilmente a los poderes establecidos y, si bien la limitación y ajustes del pingüe Estado social existente no le proporcionan un adecuado estatus de ciudadanía, su deseo de participación activa le imprime el valor para desprenderse de sus miedos y luchar solidaria, no violenta y activamente por el ejercicio de su soberanía en una posible y auténtica democracia. Los métodos no pueden ser otros que la unión y la solidaridad, la resistencia activa, la búsqueda de nuevos procesos de intercambio y la desobediencia civil. Nadie está en su sano juicio si quiere enfrentarse al Poder en su campo y especialidad: El uso de la fuerza.

Por otra parte hay que huir como de la peste de antiguos mitos nacionalistas, tanto de las patrias reales, como de las imaginarias. Combatir la actual globalización ha llevado a algunos a hablar de la necesaria des-globalización. Soy de los que piensan que la globalización es un hecho, que es capitalista, pero es un hecho. Lo que hay que plantearse desde el altermundismo es organizar las resistencias a nivel global y re-mundializar social, ambiental y solidariamente. La des-globalización no es posible, y si lo fuera probablemente nos llevaría a un proceso de paulatina re-nacionalización y autarquía, en donde los capitales patrios, alejados de la competencia global por la guerra económica volverían, como no a optar por la guerra física como medio de conquista y enriquecimiento, la vuelta de los viejos y terribles imperialismos estaría a la vuelta de la esquina.

El Mundo se está haciendo multipolar, pero dentro de la competencia. La adscripción a proyectos de modernización exclusivamente nacionales no conduce a ninguna parte. ¿Qué interés podemos tener en que los BRIC se desarrollen y crezcan a un ritmo del 8 al 10 % anual si lo hacen siguiendo modelos económicos y tecnológicos que degradan el medio ambiente o reproducen las desigualdades?. ¿Qué interés podemos tener en haber pasado del G-7 al G-20? Nuestro interés sería recuperar unas Naciones Unidas con competencias en la gobernabilidad mundial y auténticamente democráticas.

Creo firmemente que no hay más remedio que optar por el internacionalismo solidario a ultranza, la ciudadanía global y por un proceso hacia una gobernabilidad mundial. Comencemos por recuperar Europa del secuestro de los grupos financieros y extendamos un modelo social, ecológico y solidario al resto del Mundo. Ello solo es posible si desterramos del globo la competencia como factor fundamental de los poderes establecidos para mantener desunida y subyugada a la ciudadanía. Contra la competencia la cooperación entre estados y solidaridad entre los pueblos.

Las redes cibernéticas y las capacidades actuales permiten realizar este sueño humano de convertirse al fin en especie solidaria consigo mismo y con el planeta. Todas las políticas deben hoy pensarse en función del bien común de la humanidad y lejos del bien particular de naciones, religiones, clases o grupos de poder. La política ha de transcender fronteras y completar el proyecto de modernidad de manera cosmopolita, internacionalista y global. La ciudadanía tiene poder hemos de globalizar las resistencias, mover las cosas de donde están. Somos muchos, somos legión. Luchar por un Mundo mejor significa luchar por una Res Pública Global.

Para acabar decir que el proceso de cambio será lento, pero no puede esperar, ahora es el momento de compartir reflexión, sentimientos y sueños, de volver a apasionarnos. Hemos de regenerar profundamente la vida democrática. No solo exigiendo buenas leyes electorales, control del ejercicio del poder y rendición de cuentas, separación real de poderes y sobretodo desvinculación de los poderes económicos. Hemos de exigir una participación real de la ciudadanía en la vida política. A los tres poderes de la democracia liberal les hace falta urgentemente contrastarse con un nuevo cuarto poder que no ha de ser otro que el de la ciudadanía. Lo que hay ya lo conocemos, solo hay un poder, el del dinero.

Pero no caigamos en la vacuidad de considerar que la representación no es necesaria, que los parlamentos y poderes políticos sobran. Que el pueblo puede organizarse por él mismo de forma autogestionada y sin intermediarios o representantes. En un Mundo de seis mil millones de habitantes y en donde más de la mitad de la población vive en grandes metrópolis, no podemos seriamente plantearnos que podemos gobernarnos por tribus o clanes por más democráticos que sean.

Lo que hay que cuestionar es el Estado como único poder, el internacionalismo solo conduce a un necesario gobierno Mundial, un futuro gobierno del pueblo de toda la Humanidad.

jueves, 16 de junio de 2011

La Ciudadela y el Parlamento: Crónica de una muerte anunciada


El escenario del Parlamento de Catalunya ya se conocía de antemano. Como en las películas de la Edad Media un reo (el pueblo siempre el pueblo) iba a ser decapitado, o recortado en sus necesidades vitales que es lo mismo. El pueblo sublevado intentó cambiar el escenario de una batalla parlamentaria que era la crónica de una muerte anunciada porque ya se conocía el final: Recortes y más recortes. El pueblo ha intentado salvarse de la apisonadora parlamentaria tratando de cambiar el escenario. Pero un impresionante despliegue de la Guardia de Mossos más fornidos del Castillo ha procurado que el paseillo se realizara. Al final se ha tomado la decisión, ya sentenciada a priori, de decapitar al reo. Como epitafio por las víctimas y en una exhibición de cinismo todo el mundo de bien en Palacio ha aplaudido y ha criticado a los concentrados que únicamente querían impedir que el verdugo llegara a la guillotina bajo la cual, postrada, figuraba la cabeza del REO. ¡Qué desfachatez! ¿Cuanto tiempo creen que van a seguir oficiando esta ceremonia de sacrificio para que todo siga igual? Si el sistema no sirve al pueblo, el pueblo habrá de cambiarlo.

Antonio Fuertes Esteban

sábado, 21 de mayo de 2011

Por una Res Publica mundial


Antonio Fuertes Esteban
ATTACAcordem

Durante siglos pusimos los muertos en las guerras y los vientres y cuidados para aumentar las conquistas de reyes, papas y tiranos. Nos dejamos la vida construyendo sus palacios y catedrales, remando en sus galeras, sirviendo en sus haciendas, pegadas y pegados como siervos a sus tierras y sometidos a sus dictámenes arbitrarios. Comenzamos el camino hacia la libertad emancipándonos de un Dios temible y pegándonos a la razón, pero los mismos reyes que enarbolaban el cetro divino permanecen en nuestro tiempo como burla del pasado, oficiantes del eterno rito del Poder, como símbolo de la desposesión del pueblo.

Nosotros y nosotras somos el pueblo, aquel al que sometido y dividido se ha gobernado tiránica e impúdicamente, la mayoría de las veces en beneficio de unos pocos. Aquel al que se ha educado mediante mitos religiosos y nacionales que sembraron la cizaña de la diferencia y arengaron a guerras de conquista. Aquel al que siempre se dijo que no estaba preparado para ocuparse de sus propios asuntos ya que solo los excelsos podrían velar por él gobernándolo. Como pueblo acumulamos conciencia y experiencia histórica y ya conocemos las artes del dominio. Arengados contra enemigos fabricados, carne de nuestra carne humana, mediante guerras de conquista y religiosas. Puestos a competir en los mercados de la competitividad capitalista para alimentar el becerro de oro en la sociedad de la abundancia y el despilfarro. A competir por un trabajo que es un derecho, a competir por las fábricas rebajando nuestros salarios, a competir por poseer más patrimonio, por tener más poder y dominar los mercados.

Son todos los “Césares” a lo largo de la historia quienes crearon las reglas del juego y consolidaron las clases, las razas, las religiones, las naciones, la banca, las megalópolis. Quienes pusieron puertas al campo y dividieron para imperar. Estamos en una etapa crítica de la historia: Podemos seguir como hasta ahora, separándonos y compitiendo con “los otros”. Podemos seguir adorando al becerro de oro de la abundancia, al dinero. O bien al contrario, podemos comenzar a construir el gran sueño, el sueño final que nos habría de hacer a todos libres e iguales. Un sueño que necesariamente ha de comenzar dotándonos de nuevas leyes, orientadas a la colaboración y no a la competencia. Donde todas las personas dispongan de oportunidades y no solo las más capaces. Donde la justicia y la solidaridad acerquen a los pueblos y les hagan por fin partícipes de un mismo destino compartido. Donde la acción del hombre respete la madre Tierra, la Pachamama que le da vida y nutre su existencia. 

 Este es nuestro reto, vincular nuestro destino a la gran transformación que nos hará por fin existir como especie, lograr la paz perpetua y un proyecto compartido, un futuro global de personas libres e iguales. Juntar nuestras voluntades y nuestras manos contra las banderas que, alimentando con ideas sutiles su propio beneficio, dividen al pueblo que habría de encarar unido su auténtico destino, la República mundial de libres e iguales.

Tendremos que derribar las barreras de la esclavitud respecto a gobiernos de mercaderes competitivos y soldados de la exclusividad patriótica. Tendremos que avanzar mil años de golpe nuestras mentes y nuestros corazones, soñar que un mundo diverso no ha de mantener necesariamente fronteras de intolerancia y enerbolar este sueño diariamente. Tendremos que diluir, con el conocimiento y acercamiento a los otros, las fronteras que ponen los exclusivismos culturales que recrean de continuo antiguas afrentas. Tendremos que tender puentes de diálogo ante cualquier conflicto y favorecer con todo ello el avance hacia la hermandad y federación de los pueblos, siempre adelante ¡valientes! siempre adelante. Tomemos las instituciones como pueblo aquí y allá. ¡Unamos nuestros destinos! y por fin seremos especie y otro mundo será realmente posible. Avancemos en democracia y federemos nuestros pueblos contra el poder del dinero, contra el poder totalitario, contra el poder adoctrinador de las iglesias. Ese es el camino ¡Hacia una Res Publica de la Humanidad!

lunes, 16 de mayo de 2011

Entrevista al diari Avui

Foto: ROBERT RAMOS



Entrevista a Antonio Fuertes President D'ATTAC ACORDEM

“Cal posar fi a la dictadura dels mercats”

“La crisi simplement ha fet més ostensible el que estava latent, el poder dels oligopolis financers sobre els governs i l'economia real”

“Volem més control a la banca i una taxa que gravi els moviments especulatius”

Barcelona 14 de mayo 2001. Laia Bruguera
Fa dotze anys que Attac lluita perquè s'estableixi una taxa que gravi les transaccions financeres per frenar l'especulació i obtenir fons que reverteixin en la ciutadania.
Evidentment, establir aquesta taxa és una de les mesures que proposeu per fer front a la crisi...
Una taxa que gravi com a mínim el 0,1 per cent dels moviments en els mercats de divises, valors o futurs i també l'especulació sobre el deute als països europeus és el nostre senyal d'identitat però anem molt més enllà.
Quines altres mesures poseu sobre la taula?
Abolir els paradisos fiscals, lluitar contra l'economia submergida, crear una banca pública perquè el crèdit flueixi o una reforma fiscal redistributiva que no acabi beneficiant, com sempre, els rics.
En resum, es tracta de controlar i intervenir molt més el sector financer...
Fa dotze anys que parlem de la dictadura dels mercats. A tot el món, els oligopolis financers han pres el poder i dominen tant l'economia real com els governs. La crisi simplement ha fet més ostensible el que estava latent.
Per què doneu suport a la manifestació de dissabte?
La Unió Europea ja ens va colar el Tractat de Lisboa però aquí a Catalunya, des que ha entrat el nou govern, les retallades en sanitat o ensenyament s'han fet a sac. Pensem que hi ha una davallada de l'estat social tant per culpa d'aquestes retallades com per les condicions del mercat laboral. De tota manera, hem donat suport a aquesta manifestació però amb la que ens hem implicat més és en la de diumenge.
Per què? Quina és la diferència?
La de diumenge es fa a tot Espanya, no només a Barcelona, i va més enllà de les retallades, reclama una democràcia real.
Serviran per alguna cosa totes aquestes mobilitzacions?
És l'única arma que tenim per parar la dictadura dels mercats.

domingo, 1 de mayo de 2011

Toma la calle!!



Antonio Fuertes Esteban

ATTAC ACORDEM

Presiento que de nuevo resurge la esperanza, en el panorama internacional la ciudadanía toma conciencia como tal de su capacidad para manifestar su descontento y exigir cambios necesarios hacia la democracia, entendida como no podía ser menos como soberanía popular, como el gobierno del pueblo.

Y es que el pueblo, como legítimo depositario de soberanía, es suplantado sistemáticamente por una diversidad de poderes que lo relegan bien a la sumisión a monarcas y dictadores de turno o bien a la pasividad y delegación colectiva en unos representantes que en la mayoría de ocasiones no lo representan y que, anteponiendo sus intereses partidistas al interés general, sirven o se alían con aquellos que realmente ostentan el poder fáctico, los poderes económicos. Sin embargo en una auténtica democracia el poder político habría de velar porque los ciudadanos fuesen libres e iguales, dotando a las estructuras y leyes del Estado de instrumentos de equidad y mecanismos redistributivos para ello y promoviendo en la sociedad la solidaridad como medio de constituir una auténtica comunidad política más allá de los intereses particulares, especialmente los de los poderes económicos que son los que a través de instrumentos como la financiación de los partidos y programas de los gobiernos y de los medios de persuasión masiva, mueven los hilos de poder.

Islandia, Ejipto o Túnez nos muestran un camino, la rebelión pacífica en las calles, y es que todos los regímenes sujetos al arbitrio de tiranos o de una minoría basan su dominio en la pasividad o el miedo de los ciudadanos y la única forma de plantar cara es perdiendo el miedo y movilizándose la ciudadanía, de la misma forma que ya lo está haciendo en países formalmente “democráticos” como Gran Bretaña, Francia, Italia o EE.UU en Wisconsin y Ohio. Aquí hemos de observar que cuando en las democracias formales las diversas oligarquías políticas que se turnan en el ejercicio de gobierno están sujetas a los designios de los poderes económicos, estas oligarquías no representan al pueblo, sino a una plutocracia local y/o global que a través de la presión que ejerce sobre los diversos gobiernos y mayorías parlamentarias ostentan el poder real.

Si como ya es comúnmente conocido, las democracias formales están sujetas a la tiranía de los mercados o sea de la Banca internacional y las empresas transnacionales. La ciudadanía habrá de globalizar las resistencias contra este poder de los mercados, saliendo a la calle en todos los países y no votando a aquellos que han ”hecho la cama” para que los mercados financieros hayan tomado el poder. En Europa los políticos en los gobiernos, bien del grupo socialista o del grupo popular, ha sido lo que han hecho, mediante la firma del Tratado de Lisboa han “hecho la cama” al capital y nos toca a la ciudadanía dormir en el suelo, en el suelo del paro y muchos a la intemperie, sin perspectivas de futuro y como esto siga así pronto totalmente desprotegidos y sin derechos.

Pero los ciudadanos y ciudadanas despiertan ya, no están dispuestos a no ser sujetos de derechos, a no poder participar políticamente y exigen más y mejores cauces democráticos, construir una auténtica democracia participativa y garantizar derechos sociales fundamentales que supongan una vida digna para todos y todas. Por eso hay que salir a las calles, manifestar nuestra indignación con la clase política, castigar a los corruptos y a los validos de los poderes económicos en las elecciones. La democracia no ha de significar necesariamente el menos malo de los sistemas políticos como profetizó Sir Winston Churchill. La democracia significa la construcción del sueño humano de libertad, igualdad, justicia y convivencia. Por eso el votar al menos malo siempre entraña el riesgo de que en el ejercicio de gobierno se vuelva peor, en democracia el voto se ha de depositar en aquellos que realmente tienen nuestra confianza. Por eso si no la tienen no les votes.

Demócrata convencido pero desilusionado, vuelve a ilusionarte, los jóvenes tienen futuro y no estamos dispuestos a sacrificar ninguna generación como pretenden algunos políticos. La sociedad vuelve a estar viva y es signo de esperanza en que triunfará la perpetua lucha por la dignidad, por ser iguales, por la especie y por el planeta.

Porque no somos mercancía en manos de políticos y banqueros

El dia 15 de mayo toma la Calle!!

http://democraciarealya.es/

domingo, 20 de marzo de 2011

Control colectivo de los mercados financieros

Antonio Fuertes Esteban. ATTAC ACORDEM

A este enemigo ni agua!

Acabo de hacer una pequeña exposición tratando de adaptarme al título que encabeza este artículo en las muy interesantes Jornadas de Inflexión en Barcelona. Como adherente de ATTAC me ha sorprendido el título que la organización del evento ha puesto a esta comunicación, ya que donde se habla de control colectivo, ATTAC siempre ha hablado de control democrático. Está claro que en tiempos del elitismo representativo y de que nos engañen llamando interés general a los intereses de una oligarquía financiera, la misma palabra democracia causa recelo. Pero no nos engañemos, la democracia republicana que ATTAC proclama no ha de ser otra cosa que control colectivo.

Es el Liberalismo el que ha prostituido la palabra democracia al acabar con el control colectivo y la participación directa de los representados y ha montado este sainete burlesco, este cascarón vacío en que han convertido a la democracia. Lo contrario a control colectivo es descontrol colectivo y ya sabemos que a rio revuelto ganancia de pescadores.

Hace ya 4 décadas que el pacto social de post-guerra dejó de subministrar altas tasas de ganancia al capital basándose en el pleno empleo, crecimiento sostenido y en el llamado Estado de Bienestar. Desde entonces las oligarquías financieras, despojadas de su máscara solidaria, vienen presionando de nuevo a los poderes políticos con sus reglas y demostrando quien de verdad manda aquí. El proyecto del dinero decidió cambiar su dirección, su estrategia. Las 2 crisis de los setenta fueron el punto de inflexión en esta nueva empresa y las condiciones objetivas a nivel social eran propicias, la movilización social propia del descontento y la necesidad ya no era apremiante, por lo que los oligarcas no esperaban revueltas obreras de consideración.

Richard Nixon abolió en 1971 en EE.UU la paridad dólar-oro, creando inestabilidad en las divisas. Desde entonces decimos en ATTAC, se crearon las bases de la globalización financiera al abrirse amplio campo a la especulación. La acción posterior de los gobiernos neo-conservadores en EE.UU y G.B y el triunfo de la desregulación y liberalización de los mercados de las finanzas en los 80 al abolirse barreras aduaneras y desregular los mercados de capital y de cambio hizo el resto. Desde entonces los capitales pudieron recorrer el Mundo invirtiendo en productos financieros y pasar de unos a otros con facilidad. El predominio de la economía productiva de post-guerra dio paso al de una economía especulativa.

Desde 1989, el llamado Consenso neoliberal de Washington ha venido siendo la norma que ha configurado el llamado pensamiento único alrededor del Mundo. Las políticas monetaristas, la liberalización y desregulación de las economías y del mercado laboral y el asalto del mercado al Estado protector han vuelto a disparar las tasas de ganancia, ganancias que se han destinado a la especulación en todos los frentes, en un proceso que ha significado un salto cualitativo dentro del propio sistema capitalista. El capitalismo financiero, que es el dominante en el neoliberalismo o fundamentalismo de mercado actual, basa su poder en las llamadas políticas de competencia libre y no falseada, sometiendo a los gobiernos a procesos de ajuste y recortes sociales y creando un marco que posibilita el chantaje continuo a los poderes políticos constituidos. En este marco de competencia el capitalismo anglosajón y los poderes financieros han establecido durante décadas su dominio global.

Este dominio de las instituciones financieras sobre la soberanía popular ha sido además posible gracias a que los mismos gobiernos han creado marcos legislativos que les han auto-incapacitado para tomar decisiones y el tratado de Lisboa es un claro ejemplo de ello en la UE, ha dejado a la ciudadanía indefensa y víctima propicia del capital financiero internacional y los bancos.

Dentro de los procesos capitalistas de desposesión, a los procesos ya clásicos de expropiación, explotación de la mano de obra y usura, se ha unido ahora el exceso y avaricia de la especulación más descarnada sobre todo tipo de activos y bienes. Los gobiernos han creado las bases para ello legislando para que los capitales puedan circular, ocultarse e invertir globalmente buscando en sus movimientos, no valor social, sino la máxima ganancia.

Políticas como el principio de competencia libre y no falseada de la UE. De desregulación de las finanzas y de sus instituciones y libertad absoluta de los movimientos de capital en la UE y con terceros países, y por lo tanto también paraísos fiscales. De independencia de los bancos centrales del poder político. De conversión acelerada de la banca comercial en banca de inversión y aniquilación total de la banca pública son, entre otras, el mar de fondo al que hay que añadir dos armas políticas de destrucción masiva que los estados consienten y al servicio de las oligarquías financieras y multinacionales. Estas armas son la opacidad del sistema financiero y la competencia fiscal a la baja y el dumping fiscal basados fundamentalmente en la existencia de los llamados Paraísos Fiscales, que son centros financieros para no residentes, fuera de todo control financiero, fiscal y judicial debido a su secreto bancario.

ATTAC, como movimiento de ciudadanas y ciudadanos tiene en la educación popular orientada a la acción su quehacer para que podamos reapropiarnos de nuestras vidas y orientar nuestro destino. Pero hoy para conseguir este propósito, empoderarnos de nuestras vidas, tenemos que formar frentes amplios que planten cara a las finanzas. Unas finanzas que han convertido la economía mundial en un juego de casino donde la Banca siempre gana. Donde los capitales invierten en productos financieros sofisticados buscando el máximo beneficio y causan con ello continuas crisis y trastornos económicos, sociales y ambientales. El poder financiero es en este momento el enemigo de la ciudadanía, su dictadura sobre la sociedad nos obliga a unirnos y combatirlo.

Las cifras de la economía han de contrastarse con las cifras de la sociedad y del medio ambiente y veremos como la lista de damnificados supera ampliamente a la de beneficiarios de este sistema sometido al control exclusivo de los poseedores del dinero. No puede ser que en este momento el monto de la economía virtual especulativa multiplique por 60 el de lo practicado en la economía real productiva; que la evasión, blanqueo de dinero y el fraude fiscal, la criminalidad organizada y los beneficios de las multinacionales se refugien en los paraísos fiscales, y ello a costa de la humanidad y el planeta.

Como alternativas inmediatas ATTAC propone, entre otras cosas y para poder avanzar hacia una democracia real, promover legislación que haga posible la transparencia financiera, regular y controlar los movimientos de capital, fomentar la banca pública, promover una fiscalidad armonizada, justa y redistributiva, crear impuestos internacionales para disuadir la acción de los especuladores y acabar con los paraísos fiscales. Creemos que lograr la hegemonía social y cultural para combatir los mercados financieros es una necesidad inmediata e ineludible, para ello hemos de construir un amplio frente contra su dominio, el dominio del capital en nuestros días.

Esto ha de hacernos reflexionar, la ciudadanía y las fuerzas sociales y políticas que la representan han de comprender que todo proceso que beneficia al capital financiero debe de ser cuestionado si queremos cambiar el rumbo de la historia reciente en nuestro beneficio. No puede ser que sigamos teniendo globalmente dependencias institucionales de los bancos a través de procesos como la actual financiación de los partidos, no puede ser que los sindicatos gestionen fondos de pensiones de capitalización con entidades bancarias y que esos procesos no pasen factura, precisamente cuando están en cuestión las pensiones públicas hay que combatir la posibilidad de que se abran más espacios al negocio bancario de las pensiones privadas. No puede ser que los ciudadanos y ciudadanas confiemos nuestras nóminas y ahorros a quienes especulan con nuestro dinero, hay otras opciones como la Banca ética y hemos de clamar por una banca pública con control social. Sigamos estas pistas para salir del bosque a campo abierto. A un enemigo tan claro ni agua.