El escenario del Parlamento de Catalunya ya se conocía de antemano. Como en las películas de la Edad Media un reo (el pueblo siempre el pueblo) iba a ser decapitado, o recortado en sus necesidades vitales que es lo mismo. El pueblo sublevado intentó cambiar el escenario de una batalla parlamentaria que era la crónica de una muerte anunciada porque ya se conocía el final: Recortes y más recortes. El pueblo ha intentado salvarse de la apisonadora parlamentaria tratando de cambiar el escenario. Pero un impresionante despliegue de la Guardia de Mossos más fornidos del Castillo ha procurado que el paseillo se realizara. Al final se ha tomado la decisión, ya sentenciada a priori, de decapitar al reo. Como epitafio por las víctimas y en una exhibición de cinismo todo el mundo de bien en Palacio ha aplaudido y ha criticado a los concentrados que únicamente querían impedir que el verdugo llegara a la guillotina bajo la cual, postrada, figuraba la cabeza del REO. ¡Qué desfachatez! ¿Cuanto tiempo creen que van a seguir oficiando esta ceremonia de sacrificio para que todo siga igual? Si el sistema no sirve al pueblo, el pueblo habrá de cambiarlo.
Antonio Fuertes Esteban
No hay comentarios:
Publicar un comentario