martes, 29 de marzo de 2022

Debate del taller sobre Exclusión Financiera del Observatorio JUFFIGLO de ATTAC

 


Exposición inicial en el debate sobre Exclusión Financiera del Observatorio JUFFIGLO de ATTAC


 

Cómo combatir en serio la exclusión financiera


 

Las medidas tomadas por el Gobierno para abordar los efectos de la exclusión financiera se concretan en un protocolo, de no obligado cumplimiento, que la Ministra Calviño ha firmado con las tres patronales bancarias, el protocolo anterior firmado en julio 2021 apenas ha supuesto mejoras y sobre todo en dos disposiciones adicionales que el Gobierno ha añadido a la “Ley 4/2022, de 25 de febrero, de protección de los consumidores y usuarios frente a situaciones de vulnerabilidad social y económica”. En dichas disposiciones se dice que el Gobierno promoverá, en el plazo de tres meses siguientes a su aprobación, medidas legislativas que garanticen la atención personalizada en los servicios de pagos a los consumidores y usuarios vulnerables, sin discriminación motivada por “brecha digital”. También dará soporte a los servicios financieros en pequeños núcleos de población, instalando cajeros automáticos en oficinas de Correos, o bien promoviendo acuerdos de colaboración con entidades bancarias para la realización de operaciones de ingreso y retirada de efectivo. Estas medidas, siendo razonables, no pueden satisfacer las necesidades de las diversas personas, colectivos y zonas actualmente sometidas a la exclusión financiera.

Por una parte se trata de desplegar recursos financieros que aproximen, a los usuarios y clientes en zonas rurales, la operativa mínima necesaria para gestionar sus cobros y pagos. Eso sí conlleva el pago de comisiones a usuarios, o a la apertura de cartillas en entidades prestatarias como Banco de Santander o Ibercaja, lo cual supone otros problemas de coste o dependencia financiera para las personas, que serían innecesarios si dichos servicios se desplegaran asimismo en las oficinas de Correos, pero como un servicio de carácter público, así se llevó a cabo hasta que las 2300 estafetas de correos cesaron sus servicios financieros, que fueron traspasados en 1999 a Deutsche Bank que lo dejó en 2016. Un servicio como aquel podría ser hoy un excelente soporte de proximidad para dignificar la atención a las personas.

Habrá que ver cómo los grandes bancos adaptan sus respuestas a los requerimientos que el ejecutivo vaya estableciendo en el despliegue de la Ley, con el objeto de prestar atención personalizada y salvando la brecha digital de algunas personas, en breve iremos viendo los resultados. En el protocolo se especifica una atención directa de 9 a 14 h en las sucursales, veremos como lo recoge la Ley y la ciudadanía habremos de estar vigilantes para ver si se cumplen las orientaciones y denunciar los incumplimientos en su caso.

Otro reto para nuestra economía procede de la necesidad de desplegar crédito suficiente para el desarrollo de PYMES, cooperativas y autónomos, todos aquellos agentes económicos que no pueden recurrir a la capitalización bursátil o la deuda corporativa para financiarse, en especial para los procedentes de comarcas a las que no llega suficiente crédito y de la España vaciada. La desaparición de los antiguos Bancos de Crédito Oficial y de las Cajas, dejó un paisaje financiero entregado a la codicia del oligopolio bancario y devastado, quedando como resto y agencia financiera del Estado el ICO y una serie de Cooperativas de Crédito y Cajas Rurales, que también junto a la humilde Banca Ética hay que promover. En lo que hace referencia al ICO habría que transformarlo en un auténtico banco de desarrollo, capaz de desplegar una serie de retos económicos urgentes, con oficinas provinciales y mayor presupuesto (actualmente sólo gestiona el 1% del crédito). Al mismo tiempo que financiara directamente sin intermediación bancaria y que tomara más préstamos del BCE, a quien inexplicablemente apenas recurre. En este sentido habría de inspirarse en otros bancos de desarrollo en Europa.

Un proyecto político, comprometido con la ciudadanía y las empresas habría de tomar en consideración ponerse al timón de la economía abriendo nuevas vías que impliquen un salto cualitativo en la democratización de las finanzas. Un Gobierno responsable no puede abandonar la suerte de la sociedad en su conjunto a la mayor gloria y beneficio de la Gran Banca, de sus accionistas pendientes de maximizar los dividendos y de sus ejecutivos, que toman decisiones mediadas por los accionistas, para obtener sustanciosos bonus y salarios. Hay que ir tomando medidas que vayan afianzando pasos para reconstruir un polo de Banca Pública en España.


viernes, 18 de marzo de 2022

las causas de la exclusión financiera

Antonio Fuertes Esteban. ATTAC Acordem

La iniciativa “Soy mayor no idiota” del médico jubilado Carlos Sanjuán, ha recogido 600.000 firmas digitales, denuncia la exclusión bancaria a la que se somete a nuestros mayores, muchos no familiarizados con el uso de tecnologías digitales. Reclamando un trato personal y más humano. Es esta una expresión evidente del grave problema que nuestro sistema financiero tiene hoy para satisfacer el encargo que la sociedad y sus instituciones le hacen.

En un sentido amplio, la exclusión financiera es la expulsión creciente de personas, familias, empresas, autónomos o territorios enteros de los servicios bancarios necesarios para su vida personal o empresarial. El dinero en una sociedad mercantilizada y monetizada constituye un bien esencial y el acceso universal al mismo debe estar garantizado.

La función básica de la banca tradicional es de salvaguarda del dinero de los depositantes, al mismo tiempo que prestar una serie de servicios necesarios como pagos y cobros y haber de mediar entre el ahorro de los depositantes y las empresas y familias a través del crédito. Son precisamente estas cruciales funciones las que se vienen resintiendo de la actual situación oligopólica del sistema financiero, resultado de la presión competitiva de la banca privada por ampliar sus cuotas de mercado, conjugada a la perfección con las políticas privatizadoras neoliberales de los gabinetes de gobierno en España desde los 90. Entre los años 1993 y 1998 los gobiernos del PSOE y el PP privatizaron los bancos oficiales de crédito, que eran bancos de desarrollo de carácter público, también la Banca Postal y el Banco Exterior. Más adelante, a partir de 2013, bajo la Ley de Cajas de Ahorro y Fundaciones bancarias, se han ido traspasando también las Cajas al sector privado. El resultado es que a día de hoy, de las 62 entidades existentes en 2008, sólo quedan 9 entidades privadas; que 5 grandes entidades suponen más del 70% del sector y que el índice de concentración bancaria en España está muy por encima de la media de la UE. Por el camino han desaparecido 24.000 oficinas, 120.000 trabajadores y no hay sucursales en más de la mitad de los municipios españoles, 4.400.  Pero además de la desaparición de entidades y oficinas para ganar cuotas de mercado, hay otros dos factores causantes de la exclusión financiera.

Uno resultante de las políticas monetaristas del BCE, que siempre se ha preocupado de alimentar la liquidez del sistema bancario, especialmente tras la Crisis de 2008 y para ello les ha proporcionado barra libre de crédito sin interés y al mismo tiempo mediante las políticas monetarias denominadas de "expansión cuantitativa" les ha comprado todo tipo de activos (Hay que recordar asímismo que los problemas de solvencia se han abordado desde los estados con planes de salvamento de las entidades en quiebra técnica). Con todo ello se ha aumentado la circulación monetaria, pero ha significado una fuerte bajada de los intereses, negativos en ocasiones. Es el prácticamente nulo precio del dinero hoy una causa del menosprecio de la banca hacia quienes tienen cartillas domiciliadas, cuyos depósitos no se remuneran y menos se premian y fidelizan como antaño. Ello hace que los bancos cobren comisiones de apertura, de mantenimiento y otras, abusando de las personas de menos ingresos, que no pueden contratar con los bancos otros servicios financieros (como contratar fondos de pensiones, seguros, participaciones en fondos de inversión,...) para que no les cobren estas comisiones. Otro efecto es que al marcar los bancos centrales los intereses de los créditos bancarios y ser estos bajos, las entidades tampoco están interesadas en mover el crédito a las empresas, hay créditos al consumo pero según el Banco Central la media de interézs está en el 7,5%, tipos muy elevados. Podríamos decir que la banca hoy obtiene sustanciosos beneficios de los préstamos sin interés del BCE y de la compra de sus activos por el mismo, de traspasar esta liquidez a fondos para invertir en activos especulativos financieros o inmobiliarios y del abuso en sus comisiones bancarias y préstamos al consumo.

Una tercera causa es el desarrollo de las tecnologías financieras, en un principio cajeros y transacciones digitales, ahora fintech o neobancos y otras tecnologías de pago, motivo todo ello de desaparición de oficinas y trabajadores bancarios, especialmente en las zonas rurales con la consiguiente exclusión de las poblaciones y zonas más vulnerables.

El futuro de la banca es muy incierto y posiblemente se dé una transformación importante de los servicios financieros a medio plazo, también de la misma moneda y todo ello con mediación tecnológica, aunque no únicamente, sin embargo, bajo un sistema democrático de derecho el acceso al dinero como bien esencial, habrá de estar garantizado, pero ¿cómo?