jueves, 4 de abril de 2019

Fallo de sistema (II): Paraísos de ricos, infiernos sociales





El Triangle


Este 3 de abril, se celebra el Día de Acción Global contra los mal llamados paraísos fiscales, en realidad la expresión inglesa “tax havens” significa refugio o guarida fiscal. En Barcelona, como en otras ciudades, se organizan actos de denuncia contra su existencia, que tiene como función básica favorecer los beneficios de los grandes capitales móviles a costa de los del trabajo, las familias y la degradación del planeta.

Son estados y territorios al servicio de empresas globales, grandes fortunas y los llamados inversores institucionales: bancos, fondos de inversión o de pensiones y aseguradoras y constituyen un soporte necesario de la globalización financiera. Comúnmente son conocidos por ser vehículos para el fraude, evasión y elusión fiscal, constituyen lo que Vito Tanzi denominó “las termitas de los sistemas fiscales”. La reciente memoria de recaudación de la Agencia tributaria constata que, en lugar del 30% que habrían de pagar de impuesto de sociedades, las grandes empresas pagan de media el 6% de sus beneficios, la gran banca solo el 2’9% y las grandes constructoras el 1’2%. Estos escandalosos datos habrían de hacer reflexionar a nuestros representantes y reaccionar a una ciudadanía que sufre desde hace una década paro, precariedad y pérdida de derechos sociales.
Sabemos por la prensa que a través de ellos se canaliza la economía criminal. La corrupción social y política, el narcotráfico, la trata de personas o el terrorismo lavan en ellos sus beneficios.

Menos conocidos son como plataformas de especulación. Las finanzas desreguladas encuentran, a través de ellos, nichos de especulación en todo tipo de activos, sean financieros, como la deuda de los países, divisas, acciones, bonos, mercados de futuros o derivados; sean materias primas, alimentos, bienes comunes básicos, empresas, inmuebles o servicios públicos. Es menos conocido, pero no por ello menos lesivo para el bien común. Los grandes inversores apuestan en el casino financiero con el gran riesgo sistémico que ello provoca cuando estallan las burbujas especulativas. Las crisis derivadas son muy costosas y siempre acaban pagándolas las clases populares. La especulación mueve más de 6 billones diarios de dólares buscando beneficio rápido en los mercados financieros. La economía de casino supera en docenas de veces a la real o productiva.

No hay nada en los refugios fiscales que promueva el bien común, todas sus aplicaciones son nocivas. La ciudadanía habría de ejercer presión a nivel internacional para su erradicación, exigiendo mayor regulación y transparencia fiscal y financiera y sanciones económicas y comerciales contra los territorios que se dotan de sistemas jurídicos y fiscales lesivos para el orden económico y social. Es crucial exigir a nuestros representantes locales o europeos den a conocer las listas de países que actúan como tales y adopten sanciones hasta que abandonen sus prácticas. Está en juego la credibilidad de unos gobiernos que vienen permitiendo una de las mayores lacras para el bien común y la democracia sustantiva.

A nivel político las tan manidas “unión fiscal” o “unión bancaria” en Europa, necesarias para dar carta de naturaleza a una Europa económica y política, no serán posibles mientras sigan existiendo estos territorios, que imposibilitan la armonización fiscal y consecuentemente la unión fiscal bien entendida, además de imposibilitar una unión bancaria efectiva, ya que la “banca en la sombra”, asentada en su opacidad, constituye una bomba de relojería e impide a las autoridades bancarias europeas efectuar cualquier ejercicio de supervisión consolidada serio y efectivo.

Los promotores de la concentración este 3 de abril, ante la Oficina de la Unión Europea en Barcelona, desean llamar la atención sobre el torticero proceso que el Consejo viene efectuando en la confección de la lista de refugios fiscales de la UE y visibilizar su indignación, ya que consideran que se emplean criterios políticos y no técnicos para exonerar de su lista a diversos países de la UE, que de facto funcionan como tales, también exonera a otros territorios  muy agresivos en materia fiscal en el Mundo. Al mismo tiempo que exigen sanciones comerciales y económicas hacia los territorios offshore y no cooperantes.