sábado, 28 de octubre de 2017

¿Hacia la res publica? Sí, con hermandad ciudadana internacional




Sabemos, por nuestros estimados profesores críticos y economistas, que los bancos y el sistema financiero en general domina la economía, con mano de hierro de dictadura financiera; pero también por muchas historias de vida, por muchos parados, desahuciados o empobrecidos..

Sabemos que hay una forma de hacer las cosas, desde el poder político, más social, ecológica, democrática y humana. Sin embargo el poder político se empeña en hacer prevalecer las mismas recetas que han llevado a la crisis a la inmensa mayoría para seguir alimentando la codicia de una minoría. Las recetas que marcan, a los políticos, los plutócratas a través de las instituciones financieras internacionales.

Sabemos que la actual democracia no es más que un bonito cuento alimentado por nuestros políticos, jueces y académicos del sistema, que quieren creer en ella porque esta hace ver como que ellos gobiernan y les sirve para vivir de un servicio cada vez más profesionalizado, salir en los medios y hacer sus discursos vacuos.

Sabemos que los señoritos globales de las multinacionales, las corporaciones financieras y sus servidores patrios se reparten criminalmente grandes beneficios hundiendo el mundo del trabajo, la economía, la sociedad y el medio ambiente y sin que por ello paguen ningún impuesto o contra-prestación a la sociedad.

Sí, ya conocemos todos los cuentos, lo malo es que algunos quieran seguir meciéndonos en la cuna de sus cuentos, en que la recuperación es posible, en que con austeridad saldremos, o en que son socialistas, o de izquierdas otros, ¡Ja!

¿Y los ciudadanos y ciudadanas? ¿Vamos a seguir llorando y quejándonos a “papá” Estado de que nuestro primo rico nos roba y nos humilla? ¿Creemos que realmente el llorar sirve de algo, que cambiará algo? ¿Creemos que los poderes del Estado van a hacer que nuestro primo el de las transnacionales pague por sus desafueros? Lo más seguro es que “papá” Estado seguirá sirviendo a los señoritos globales que es lo que viene haciendo. ¡Claro! Los señoritos financian a los gestores en su pugna y su ejercicio.

¿Necesitamos saber mucho más para responsabilizarnos y comprometernos, para dejar de ser administrados y pasar a administrar nuestra propia vida, para dejar de ser supuestos protegidos y llorones y pasar a ser mayores de edad? ¿Es el Estado quien ha de emanciparnos? ¿Es desde las estructuras del Estado desde donde nos emanciparemos los ciudadanos?

¡NO! al actual Estado lo hemos de combatir para recuperar el control de los salvajes poderes económicos y para eso hemos de organizarnos, para lograr cambiar las leyes. Pero además, para emanciparnos hemos de tener claro que nuestro enemigo de clase son los señoritos plutócratas globales y que son los que marcan el rumbo y la velocidad de la nave.

Estos señoritos, hoy ya globales, no tienen lealtad a territorio alguno ¿Para qué si pueden circular libremente poseyendo todo a su paso?

Hemos de organizarnos para combatirlos, igual que las primeras organizaciones obreras se levantaron contra los amos en el S. XIX (a los que por cierto también protegían los estados), e idearon los instrumentos de lucha del proletariado, los centros obreros, casas del pueblo, ateneos, la prensa obrera repartida mano a mano, la huelga, el sabotaje, la desobediencia civil…. Hoy hemos de hacer un ejercicio de coraje y de imaginación para re-inventar las formas de lucha, mejorando las clásicas y re-inventando nuevas contra el poder, que hoy es global.

A la tradicional huelga hay que vestirla con nuevos procedimientos y añadirle nuevas formas de acción civil no violenta, de desobediencia civil. Por poner un ejemplo ¿Porqué los profesores desde la infantil hasta la universidad se han de limitar a reproducir el currículum sistémico? Hay que trabajar desde el mundo de la educación por el compromiso social, por el compromiso planetario, el profesorado ha de hacer desobediencia civil curricular. Los médicos atender a pacientes vulnerables y a los que el gobierno ha dejado sin prestación. Cada función social, cada profesión habría de encontrar motivos y espacios de desobediencia civil. Lo mismo respecto a las formas de consumo o de ocio. Cambiar el sistema pasa por vulnerar la norma opresora.

Pero necesitamos de nuevo el compromiso, de nuevo el COMPROMISO. Es necesario además promover un sentimiento de ciudadanía global. Hemos de iniciar la construcción, desde el poder ciudadano, de una nueva INTERNACIONAL.

Si queremos, de verdad, hacer algo por la sociedad actual, por nuestra gente, por las futuras generaciones; el compromiso personal y colectivo, la organización y el encuentro, más allá de diferencias no sustanciales, es el único camino que nos queda. No podemos cerrar los ojos ante el despotismo que nos oprime y nos atenaza. Combatirlo necesita esfuerzos que muchos no estamos dispuestos hoy a satisfacer. Esto no es un juego, es una lucha de clases y van ganando sobradamente. O reaccionamos o acaban poniéndonos las cadenas para siglos.

Lo primero organizarnos contra los actuales tiranos, los señoritos globales

¡POR LA INTERNACIONAL DEFINITIVA DE CIUDADANÍA, LIBRES IGUALES Y FRATERNOS!

¡¡POR UN FRENTE CIUDADANO CONTRA EL PODER FINANCIERO !!!

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