Marcelo Justo
BBC Mundo
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En el marco de la crisis económica mundial, Amnistía Internacional parece dar un claro giro a la izquierda en su informe anual 2009, afirmando que la actual recesión es una crisis de derechos humanos.
En el informe, la organización con sede en Londres va más allá de la definición clásica de los derechos humanos como derechos políticos y civiles, y denuncia que "los ricos han causado la mayor parte de la destrucción pero son los desfavorecidos los que sufren las principales consecuencias"
Amnistía Internacional centra su análisis sobre los derechos humanos en los 53 millones de nuevos pobres y los entre 18 y 51 millones que perderán su empleo este año, y no ahorra críticas a los programas de ajuste del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial.
"Es patente que los gobiernos no sólo han renunciado a la regulación económica y financiera en favor de las fuerzas del mercado, sino que además han fracasado estrepitosamente a la hora de proteger los derechos humanos, la vida y el sustento de las personas. Miles de millones de personas sufren inseguridad, injusticia y humillación. Estamos ante una crisis de derechos humanos", dijo a BBC Mundo la secretaria general de la organización, Irene Khan.
Derechos humanos del siglo XXI
Una crítica histórica de la izquierda al concepto tradicional de derechos humanos era que los circunscribía al terreno civil y político y olvidaba necesidades básicas del ser humano como la salud, la alimentación o la vivienda.
¿Se trata entonces de un giro a la izquierda de Amnistía Internacional?
La secretaria general de la organización lo niega.
"Ni derecha ni izquierda. Durante la Guerra Fría había una batalla ideológica en la que los países socialistas promovían los derechos económicos y sociales, y los países capitalistas los derechos civiles y políticos. Lo que necesitamos ahora es una visión 'holística' que integre ambas cosas. Y lo que vemos es que los derechos humanos de los más pobres y marginales son los más afectados por la actual crisis económica", afirmó Khan a BBC Mundo.
Amnistía Internacional puntualiza que la mayoría de las naciones del mundo ha suscrito esta definición "holística" (una de las excepciones más intrigantes es Estados Unidos).
En su informe de 2009 la organización no deja de lado los temas clásicos de persecución política, pero hace especial hincapié en temas que, para algunos críticos, deberían estar fuera de su agenda:
* El desplazamiento forzado de miles de personas de barrios marginales y comunidades urbanas en nombre del desarrollo económico por obras de planificación urbana o, en zonas marginales, por cesión de tierras a la explotación minera. Amnistía Internacional identifica 24 países en los que se ha producido este fenómeno.
* El uso de la política alimentaria para la discriminación y la manipulación política en Zimbabue, Corea del Norte, la región sudanesa de Darfur, Sri Lanka y Myanmar (Birmania).(Las políticas de ajuste promovidas por el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional) han debilitado las redes de seguridad social
* Las protestas en reacción a la crisis económica que se produjeron en 17 países investigados con una respuesta particularmente represiva en Túnez, Egipto, Camerún y China.
* Las restricciones migratorias como consecuencia de la crisis económica en la Unión Europea y Estados Unidos.
La organización critica estas políticas "abiertas o solapadas de discriminación, marginación y exclusión adoptadas o toleradas por el Estado y aplicadas con la connivencia de empresas o actores privados".
En particular, llama la atención sobre las políticas de ajuste promovidas por el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional que "han debilitado las redes de seguridad social", fomentando la privatización de los servicios públicos, la desregulación de las relaciones laborales y la reducción de los mecanismos de seguridad social.
"No estamos a favor o en contra de la privatización", aclaró a BBC Mundo Khan. "Lo que decimos es que cualquier política que adopte el gobierno tiene que tomar en cuenta derechos humanos básicos como la salud, la alimentación, la educación y el agua".
América Latina
En la región, Amnistía Internacional señala:
* El desplazamiento y la discriminación de comunidades indígenas en aras de la rentabilidad empresarial en Argentina, México, Chile, Brasil, Colombia y Nicaragua.
* La persecución de grupos marginales con la participación de policías y ex policías en los homicidios de presuntos delincuentes en Brasil y Guatemala.
* La violación de derechos humanos de mujeres, indígenas, minorías sexuales y poblaciones carcelarias.
* El asesinato en Colombia de jóvenes de comunidades excluidas por miembros de las fuerzas armadas "para cobrar la prima concedida por el gobierno por cada guerrillero muerto".
Director de América Latina durante 20 años, hoy asesor de la secretaria general de Amnistía, Javier Zuñiga incluye la desigualdad, la violencia doméstica o la discriminación de minorías como parte del déficit que la región tiene en temas de derechos humanos.
"Son hechos muy concretos que hacen a la vida de la gente. América Latina es la región más desigual del planeta: no se puede excluir esto de un balance de la situación de los derechos humanos", comentó Zuñiga a BBC Mundo.
Oportunidades de cambio
El informe de Amnistía Internacional concluye que la actual coyuntura económica ofrece nuevas oportunidades de cambio.
La organización cree que se debe buscar un "nuevo contrato" social para rechazar un enfoque selectivo de los derechos humanos y extender su vigencia a todos los órdenes de vida.
Como todo documento de este tenor, plantea la pregunta sobre qué impacto real tiene en una dinámica global gobernada por otras agendas.
"Hace casi 50 años, Amnistía Internacional nació para pedir la liberación de los presos de conciencia. En ese momento casi nadie consideraba que ése era un tema de discusión. Hoy queremos hacer lo mismo con el tema de la pobreza. La pobreza la crean los gobiernos con las decisiones que toman y con las que se ignoran", concluyó Khan.
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