«La crisis que atravesamos no es una crisis pasajera, no es una simple crisis coyuntural cuyas huellas estén llamadas a borrarse enseguida, esta crisis persiste y afirmo que es estructural porque va a transformar durante largo tiempo la economía, la sociedad y la política»
Todo un bello párrafo del que extraer consecuencias políticas, ¿verdad? Pues lo leyó en francés Sarkozy en la presentación del «plan de relance» de la economía francesa el pasado día 4 de diciembre en Douai, cerca de Lille. Pero nada indica que vaya a tener mayores consecuencias, como de costumbre.
Por un lado, el gobierno francés presentaba su aplicación del plan europeo coordinado por la Comisión según acuerdo del pasado 26 de Noviembre, que en conjunto supondría el 1,5 del PIB europeo, para superar la crisis de la economía real derivada de la crisis de las hipotecas subprimes iniciada diecisiete meses antes.
Pero los detalles de ese plan como los del plan español, como los del alemán, el italiano o el del Reino Unido y los demás revelan muy diferentes interpretaciones nacionales para la aplicación de los objetivos acordados de incremento del consumo y la inversión mediante las dos vías de estímulo fiscal: reducción de impuestos y el aumento del gasto. Por ejemplo, mientras el Reino Unido baja el IVA; Alemania se niega a bajarlo; Francia tampoco aplica reducciones de impuestos e Italia rebaja el impuesto de sociedades y el IRPF. Y España opta por seguir con sus obras municipales.
¿Cómo se pueden adoptar medidas compartidas en la UE cuando no existe armonización de los impuestos y tal divergencia de tipos impositivos que afectan a la competitividad de las empresas? ¿Hasta cuando podrá seguir siendo la Unión un mercado sin gobierno comunitario?
Por otro lado, el día 2 de diciembre tenia lugar la reunión del ECOFIN, con la Comisión europea y el Banco Central europeo y los 27 ministros de economía y finanzas de la UE, para la preparación del Consejo europeo de la Presidencia francesa que tendrá lugar el 11 y 12 diciembre.
Y prosiguiendo la retórica oficial se anunciaba que este último Consejo dará una respuesta europea a la «desaceleración económica, al reforzamiento de la estabilidad financiera y a los sujetos fiscales», según el comunicado oficial. Asimismo se tratará de «proponer medidas para aplicar los principios y las decisiones adoptadas en la cumbre de Washington del 15 de Noviembre»
Con tal finalidad, el Consejo del ECOFIN acordaba ya cuatro nuevas directivas claves -dicen- para la estabilidad financiera que comprenden:
- Reforzamiento de los sistemas de garantía de los depósitos bancarios
- Mejora de los requisitos de los fondos propios de los bancos
- Modernización del marco reglamentario de los fondos de inversiones;- Prosecución de la integración en el campo de los seguros.
Con la ratificación de esta literatura jurídica por los jefes de estado y de gobierno en el ultimo Consejo europeo de 2008, Sarkozy habrá cumplido “los ambiciosos objetivos legislativos” que establecía «el Programa de trabajo de la Presidencia francesa del Consejo de la Unión Europea (disponible en español)” que preveía “reforzar la estabilidad financiera; mejorar el sistema de supervisión europeo; y proseguir la integración europea” puntos básicos incluidos del apartado por “Una Europa económica y financiera al servicio del crecimiento y del empleo ”
Ya anticipábamos en este blog (lunes 7 Julio 2008) que, retórica aparte, cómo la UE es ante todo un conjunto de procedimientos reglados para la negociación intergubernamental, el activismo mediático de Sarkozy de ir en serio habría necesitado más de un semestre (de Julio a Diciembre 2008) para que los 27 gobiernos actuales tradujeran ese programa en directivas europeas efectivas.
Luego, con la cumbre de Washington ha resultado, además, que la UE prefiere que la pretendida regulación y supervisión financieras sean globales y continuar siendo solamente “un espacio financiero” para la gran banca y las corporaciones. Lo demás dependerá de Obama, claro está.
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