viernes, 23 de enero de 2015

Los paraísos fiscales europeos, al servicio de las corporaciones globales.







Antonio Fuertes Esteban. ATTAC Acordem

Texto de la intervención como ATTAC Acordem en el 1er Foro del Sur de Europa.




La Unión Europea se ha construido como espacio financiero sin fronteras y sin autoridad reguladora como tal, por lo tanto descontrolado, al BCE no se le otorgan atribuciones en este sentido. Dejando el sistema financiero europeo al arbitrio de los mercados.

Las políticas comunes neoliberales de los tratados de la UE han sido firmadas y ratificadas por los estados sin apenas debate. Estas han prescrito la absoluta libertad en los movimientos de capital en el interior y con el exterior de la UE. Al mismo tiempo dichas políticas permiten y avalan la actividad opaca de los paraísos fiscales del entorno europeo, conectados al servicio del poder global de las finanzas y las corporaciones globales.

Estos paraísos fiscales hacen vulnerable a la UE y a sus países miembros, reduciendo los ingresos públicos mediante la evasión fiscal; generando abusos especulativos y proveyendo la banca en la sombra fuera de cualquier tipo de supervisión, con lo que provocan inseguridad financiera y crisis e incentivan la corrupción política,  el terrorismo y la delincuencia organizada e incontrolada.

La UE permanece impasible y no controla en su territorio de soberanía política a los poderes económicos transnacionales, poniendo la opacidad de sus paraísos fiscales a su servicio. Permite a 3 paraísos fiscales en su seno y no regula su relación con los otros 7 territorios paraísos fiscales del espacio económico europeo, manteniendo con ellos acuerdos económicos y comerciales preferenciales mientras que estos compiten deslealmente con los demás países de la UE. Ello solo tiene un objeto: Poner a la UE al servicio de las corporaciones transnacionales y no de las personas. Las políticas favorables a los centros offshore suponen consecuencias nefastas para sus estados miembros y socaban sus capacidades para atender las demandas de su ciudadanía.

Los paraísos fiscales constituyen un obstáculo insalvable para una construcción política y económica europea de carácter autónomo, soberano y democrático, de aquí que la lucha social y política por su erradicación sea tan necesaria. Sin embargo y a pesar de ello, hoy todos los gobiernos de la UE y la propia UE reconocen la legalidad del ordenamiento jurídico de los territorios offshore, que albergan el secreto bancario, las sociedades instrumentales y filiales bancarias, los trust o fideicomisos y los vehículos especiales de in versión como figuras jurídicas propias al servicio de los capitales móviles y las corporaciones.

La ciudadanía europea organizada, que ve impotente como se están perdiendo los derechos económicos y sociales adquiridos con los efectos de la crisis como única escusa, ha de reaccionar y movilizarse en Europa para cuestionar lo que está en la base y es la causa de su pérdida de derechos, aquellos instrumentos de las finanzas que constituyen armas a su servicio para imponerse a la soberanía de los países. 

Los paraísos fiscales son junto al desarrollo imparable de la especulación, la generación de la deuda pública ilegítima para el salvamento de los sistemas financieros, la privatización y concentración casi total del sistema bancario y el ataque a los sistemas fiscales, las principales armas de destrucción masiva que socaban la democracia en Europa e impiden que pueda construirse una economía al servicio de la sociedad. Lo que es descorazonador es que sean los gobiernos elegidos por el pueblo los que han legislado las políticas que hacen posible el desastre.

Las políticas que desde la cumbre del G-20 en Londres se han desarrollado internacionalmente, con el pretexto de implementar medidas para abolir los paraísos fiscales, han constituido una auténtica burla a la ciudadanía, una cortina de humo que ha hecho posible que dichos territorios offshore hayan adquirido visos de honorabilidad al desaparecer de la lista de paraísos fiscales de la OCDE, cuando en realidad no ha cambiado sustancialmente su funcionamiento.

La sociedad organizada ha de pedir a las fuerzas políticas de cambio en Europa que desplieguen la bandera contra los paraísos fiscales en la UE y al mismo tiempo organizarse para exigir medidas a los gobiernos para combatirlos a nivel local:

-     Los partidos de la izquierda europea tienen la responsabilidad de abanderar el combate contra los paraísos fiscales en Europa y la UE y la sociedad europea ha de requerirles y organizarse para ello.

-    Combatir el secreto bancario en Europa es un imperativo democrático. Para ejercerlo las instituciones políticas de la Unión Europea han de reconsiderar la relación de trato preferencial hacia estos países en el caso que no cambien su corrosivo sistema jurídico offshore.

-   Es ineludible en el corto plazo introducir en la agenda política europea la necesidad de realizar acuerdos bilaterales efectivos de intercambio automático de información desde la UE con estos territorios. Las autoridades tributarias o judiciales han de poder reunir la información necesaria en el ejercicio de sus funciones democráticas.

 -   Desde la UE se habría de promover activamente a nivel internacional el debate hacia el cambio en las normativas contables de las sociedades, que haga posible que las sociedades transnacionales paguen a las haciendas locales por sus beneficios en cada uno de los países en que operan.
 
-      Las autoridades gubernamentales y parlamentos Europeos y estatales han de promover medidas legislativas para que desde las administraciones no se contrate con aquellas empresas que tengan sociedades instrumentales ubicadas en paraísos fiscales.

-     El recurrido tópico sesgadamente interpretado de la unión fiscal, ha de comenzar por acuerdos fiscales hacia la armonización en la UE y espacio económico europeo, eso resulta imposible con los paraísos fiscales.

La lucha para la abolición de los paraísos fiscales, agujeros negros de las finanzas,  es un imperativo democrático, ecológico y social y este foro debería de realizar una declaración en este sentido.

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