viernes, 25 de diciembre de 2015

El bien más preciado de Podemos





Casi nadie ha caido, en el fondo, en cual es el motivo que hará de Podemos un arma ciudadana de destrucción masiva de las políticas oligárquicas durante los próximos años en el Parlamento. Esta maravilla que tiene en sus manos, no le ha caido del cielo, la ha sembrado, trabajado y regado con mucho cariño. Esta joya se llama independencia financiera de cualquier poder económico o de presión corporativa y la única dependencia de sus votantes via microcréditos.

Los iniciales movimientos políticos postelectorales de Podemos, están causando confusión, malestar y divergencias importantes en otras filas partidistas. Dicho sea de paso, dichos partidos en liza tienen en su ejecutiva o comité federal la llave de sus políticas y esta llave la custodian en gran parte las grandes empresas del Ibex 35. Por poner un simple ejemplo de quien manda aquí ¿Por qué si no TV3 ha programado la retrasmisión del discurso del Rey esta Navidad? sobre todo siendo que JpS quiere romper con España. ¡Vaya no había caído en la cuenta de que el Innombrable Don.Isidre Feiné y el Rey Felipe son íntimos amigos! ¡Ah bueno! podeis imaginar que los lazos no son de jarana o golf exclusivamente.

Alarma en el PSOE por el golpe de mano de Pedro Sánchez - en el sentido de pactar con Podemos y aceptar "pulpo como animal de compañía" para ser César - calificado ya de traidor por sus compañeros. Cagalera en el PP por la posibilidad de quedarse solo en el baile de gala de los apoyos de legislatura. Petrificados ambos y rasgados, dado que sus riendas les atan al poder financiero depredador de políticas y sus ánsias a tomar el Gobierno o seguir en él.

Mientras, Podemos cabalga a lomos de un unicornio alado y poniendo en ello el alma que es suya, que no ha vendido. La libertad política de Podemos hace tiempo la eligió y ahora está dando frutos estratégicos que le aventajan al haberse desprendido de lastres, que al final han resultado ser innecesarios. Podemos se debe al pueblo, no al dinero.

Y puestos en solfa, habremos de reflexionar sobre los posibles, que de los imposibles próximos ya hablan otros. Podemos ha ido cayendo en la cuenta que los imposibles del mañana, se van aproximando con los posibles de hoy, no importa cuan largo sea el camino. El caso es avanzar paso a paso horadando el poder de los tejedores de miseria, mordazas y miedos, eso es política en democracia, no venderse, no pararse, no mirarse el ombligo, seguir y seguir...

En primer lugar salvar a las personas y para ello una reforma constitucional para blindar los derechos sociales. Aunque los medios se empeñen en poner el foco únicamente sobre la petición de un referendum para Cataluña. Eso se llama grandes miras políticas, acostumbrados como nos tienen los bipartitos a marear perdices con verborreas filopolíticas sin cuento.

Ahora que, no sabemos cuando se va a comenzar a ganar batallas y eso porque el sistema electoral vigente mima a los partidos de la casta y no a los creados por los hijos del agobio. Y no sabemos porque, con los resultados en mano, las expectativas son diversas, pero a mi parecer todas acaban en inestabilidad política e ingobernabilidad. Ahora, que ¿quien nos dice a los que estamos acostumbrados en las últimas décadas a que se nos atropelle desde el poder, que la ingobernabilidad de los resultados presentes no es antesala de una transición política profunda, hacia una gobernabilidad política y sin peajes hacia la plutocracia. Que no es la condición requerida para dar un giro de ciento ochenta grados al rumbo de la historia reciente y fijarlo en el bien común, poniendo como timonel a las fuerzas del cambio político capaces de ir revertiendo penas en júbilos?

Ahora y aquí la ingobernabilidad ya no es carnaza para el canto de sirena y el ruido de sables. Es carnaza para los buitres financieros y en esos tendremos que pensar fundamentalmente. Los políticos del poder hoy no son figuras reseñables, son meras marionetas. El caso es atreverse a cortar los hilos de la servidumbre y poder caminar autónomamente. En eso está Podemos desde que renunció a las dádivas bancarias. Comprender eso por parte de la ciudadanía es dar fuerza a un proyecto de liberación.

Estas elecciones son un gran avance, pero el avance fundamental es el cuestionamiento de un sistema político anclado en el bi-partidismo, esteril políticamente para el pueblo y para avanzar en un proyecto de país. El avance es que se ha cuestionado lo establecido y a los establecidos y estos están dando vueltas y dándose golpes en el pecho sin cesar para ver como solucionan un problema que se les ha escapado de las manos.

La ingobernabilidad, por ahora está dada, seguirá gobernando el Ibex 35. Es un hecho, vote el PSOE o no la investidura de Rajoy, o que Sánchez haga una hombrada y consiga amainar recelos y oposiciones hacia un posible pacto para su investidura con apoyo de Podemos,..., el resultado será el gobierno de los bancos. Nada más hay que tener en cuenta la gran mayoría absoluta que ha conseguido el PP en el Senado, ninguna ley de caracter progresista agradará a sus excelencias.

Es muy probable que los varones del PSOE paren a Pedro Sanchez, ávido de poder a costa de sus princios marxiogrouchianos, que el comite federal del PSOE aplaque la trempera de Sánchez y el PSOE se abstenga ante la investidura de Rajoy. Y creo que se abstendrá y dejará que Rajoy gobierne, porque la presión de los lobies financieros le señalarán el camino, que obviamente es parar de momento las "infulas" societarias de Podemos.

Si el PSOE votara en contra de la investidura de Rajoy, es previsible que el unicornio alado de Podemos pudiera aterrizar en unas próximas eleccionjes con mejor pié en el congreso, aprovechando los votos ninguneados de UP-IU. ¡No!, no creo que los servidores del dinero impidan la investidura de Rajoy. Ahora bien eso favorece a Podemos a medio plazo, se van a retratar todos. Podemos irá ganando el favor popular y esta es la esperanza del pueblo y el temor de los plutócratas y sus servidores, sea Merkel o Obama, Rajoy o Sánchez, Holande, Dragui o Cristine Lagarde...

Post-data a Rajoy : ¡ Elegir el 20D! nos querías amargar la Navidad y nos la has alegrado zascandil!


Antonio Fuertes Esteban
25 diciembre 2015

lunes, 16 de noviembre de 2015

Necesitamos una Universidad popular orientada a la acción (UPOA)








“La educación es el arma más poderosa que puedes usar para cambiar el Mundo”
                                                                                              Nelson Mandela

Propongo a ATTAC ser la asociación impulsora en de una Universidad popular orientada a la acción. En principio comenzando por las acciones que la propia asociación pueda desplegar, mientras sensibiliza a otras asociaciones y entidades de prestigio cívico ciudadano para que se unan a este proyecto.

Nuestro tiempo anda mal de acción social, y está claro que nada podrá sustituir al compromiso con la acción, es indispensable. Esta falta de compromiso con la acción es cada vez mayor, pero no viene de ahora. Ya en 1967 Cornelius Castoriadis sentenciaba en un epitafio el cierre de la revista "Socialismo o barbarie" al decir: " Una actividad revolucionaria sólo volverá a ser posible cuando una re-construcción ideológica radical pueda volver a encontrarse con un movimiento social real"

Como proclamó Carlos Marx, el posible camino hacia el cambio, la revolución y la emancipación social es factible siempre que se den dos premisas: Que se den las condiciones objetivas y las condiciones subjetivas de este cambio emancipador, estamos cercanos a que se satisfaga la premisa de las condiciones objetivas, pero a “años luz” para aproximarnos a las subjetivas. 

Caminamos rápidamente hacia una sociedad sin derechos, depauperada y desigual en que crece la pobreza y la exclusión social como nunca, pero en que el sentido de la acción choca con una falta de conciencia de subjetividad como clase y de desarme ideológico ante el pensamiento único neoliberal, que campa por sus fueros por gobiernos, élites y academias. Nunca el poder de las élites había sido tan omnipresente y totalitario, bajo la forma democrática.

La educación, a la que muchos apelan como crucial en cualquier cambio social transcendente, hoy se convierte en tecnocrática y pretende formar individuos capacitados para la continua competencia, que ni siquiera se pregunten por qué compiten y para qué. El caso es desplegar la máquina imparable del crecimiento y el provecho de los poseedores de esta máquina del “progreso”, sin que los costes sociales y ecológicos se contabilicen en este cálculo instrumental sistémico de coste-beneficio.

La resistencia a esta deriva plutócrata-tecnocrática de la modernidad, la ha estado ejerciendo durante años la unión del pensamiento crítico y militante, junto a los movimientos sociales emancipadores. Dicho pensamiento junto a la acción que se desarrolló en 1968 dio lugar a nuevos movimientos sociales de 2ª y 3ª generación (ecologista, pacifista, feminista, antimilitarista, naturista y de retorno al campo,…etc) Movimientos que fueron recuperados en parte por la nueva ola de Conservadurismo y neoliberalismo de los 80.

Es a partir de la segunda mitad de los años 90, cuando la sociedad civil y política comienza de nuevo a organizarse contra la marea neoliberal en Europa y América, pero solo en América ha logrado avances contra el imperialismo, debido a las características de estas sociedades y a la opresión finisecular que venían padeciendo desde casi siempre y que había desarrollado las condiciones objetivas de la revuelta, mediante unas comunidades compactadas en amplios movimientos populares, en los que cuajó la revuelta social y que más tarde asumieron el poder que antes se les negó.

Mientras, la Europa del “bienestar y top-consumir” nos va dejando, ha sobrevenido la Europa del austericidio y la diversa y desigual sociedad europea se está viendo sacudida de forma desigual por las consecuencias de la crisis financiera y a la postre económica, pero también ecológica, social y de valores.

Llegado este momento en el que estamos, la sociedad civil está cautiva del único proyecto realmente asentado, el proyecto capitalista en su fase neoliberal. El mismo que alimentó las palabras de Margaret Thatcher en 1987 “La sociedad no existe, hay individuos, familias y mercados”: Este egoísmo social, contrario al valor republicano de la solidaridad, ha triunfado en buena parte, creando lo que ya Hanna Arent llamaba la “desolación social”

Aun así siguen existiendo resistencias, pero difícilmente en Europa logran cuajar y estructurarse en un proyecto de alternativa a la Europa neoliberal. Y no logran estructurarse porque:

-        La sociedad se halla diversificada en grados y formas, el pluralismo es un sustrato contingente de la democracia actual que no favorece los procesos comunitarios de acción social. Uno de los retos que se plantean hoy en día es delimitar los conceptos clave de igualdad y diversidad.

-     La maquinaria de adoctrinamiento, desinformación y propaganda social, unida al consumo ejercen una ascendencia acrítica sobre la existencia de las personas.

-     La falta de proyecto político coherente en los actuales tiempos contribuye a la dispersión política, local y social de los actores del cambio, con lo que ello significa de fraccionamiento de los movimientos de acción política y social. Fraccionamiento que incapacita a la sociedad para combatir el dominio totalitario del mercado y del estado a su servicio en el capitalismo actual.

-    A las nuevas generaciones se les ha educado fundamentalmente en las áreas científica y tecnológica, pero no en las áreas de humanidades y pensamiento, con lo que la enseñanza se ha desligado de la autonomía del pensamiento y de la crítica social. La capacidad de pensar sobre la propia vida y su interrelación con la vida social, está en declive cuando más falta hace pensar respuestas desde la sociedad. 


Es urgente crear instrumentos y espacios de educación crítica y contra-información serios y documentados y hacer pedagogía porque se avecinan tiempos de devaluación democrática y de pérdida de derechos y las generaciones más jóvenes lo van a pasar mal y están ideológicamente desarmadas.

No obstante el poder capitalista, sintiéndose mastodóntico, también sabe que la reciente crisis ha significado una muestra de su debilidad, de que no es capaz de dar respuestas a la sociedad en los momentos difíciles, con lo cual su base de legitimación se ha visto socavada. Diríamos que está actualmente en fase de poder débil, en cuanto su fuerza se basa en su casi absoluta implantación, la falta de alternativas reales y su poder de coerción a través de los estados y organismos internacionales, pero sin embargo ha dejado de significar, en la apercepción de la mayoría de la gente, un sistema de legitimidad ética o con capacidad de responder a las necesidades más vitales y se ve cada vez más como impuesto desde las élites depredadoras y corruptas. Ha perdido su fuerza legitimadora en Europa, no obstante y es desesperanzador, cuando esto sucede, la sociedad está desarmada ideológicamente y desmovilizada.

Pero el sistema, sabiendo que ha perdido gran parte de la fuerza que le da la legitimidad social, está dispuesto a recuperarla y uno de los instrumentos de recuperación de esta legitimidad pretende ser la educación de las nuevas generaciones. Pretende implantar en la mente de los consumidores culturales un universo reducido en valores y adaptados al interés de su supremacía, no solo impositiva, sino también legitimada por sus valores: El individualismo posesivo, la competitividad y el consumo irresponsable. Y aquí es donde entra en juego su proyecto de adoctrinamiento educativo.

No es extraño, últimamente, leer en la prensa noticias sobre la reducción en los planes de estudio de la filosofía y humanidades en el currículum escolar, pero tampoco la intención de introducir cuestiones tan importantes para el aprendizaje de los alumnos como arte y tauromaquia o labores del hogar…. En fin! Y lo más preocupante es que en nuestro país, a partir de 4º de ESO y desde este mismo curso, se empieza a ofrecer a los alumnos como créditos asignaturas como “Emprendeduría y educación financiera”. Pero lo bueno de este asunto es que la única oferta por ejemplo en Cataluña es la de EduCaixa, la zorra a cuidar las gallinas.

Esto va acompañado, según he podido contrastar con diversos docentes con décadas de experiencia, de una institución educativa que, en su acepción crítica prácticamente ha sucumbido ante las nuevas orientaciones gerenciales, direcciones unipersonales y sesgos curriculares de los centros. Y también acompañado de una izquierda, siempre arrastras y a destiempo, tarde y mal de las circunstancias, enfrascada en su ombligismo político particular, fraccionada, sin proyecto político y no digamos social.

Pues eso, creo que tendríamos que “separar el trigo de la paja” y  plantearnos cual es el tipo de Acción social más necesario hoy desde el ámbito de los movimientos de la sociedad civil. No se necesitan grandes dotes de pensador para saber que es necesario contrarrestar la pretensión adoctrinadora de las élites sobre el pueblo, es tiempo de resistencia ideológica. Para ello hay que recuperar instrumentos que han existido en otras épocas de mayor gloria ciudadana en nuestro país, o crear nuevos instrumentos de información y educación crítica de la ciudadanía. En esta línea propongo la UPOA (Universidad Popular Orientada a la Acción).

A pesar de lo “rimbombante y pretencioso del término” y contra lo que algun@s pudieran pensar a primera vista, este proyecto es posible y no necesita grandes inversiones, solo capacidad de unir fuerzas y movimientos que pueden dentro de la sociedad civil crítica y propositiva comenzar a construir una red de experiencias de carácter educativo, cada cual desde su particular especialización. Es necesario comprender y abandonar la fatalidad que significa la excesiva diversificación y fraccionamiento en el activismo social y político. Es imposible articular un proceso sociopolítico desde esta diversidad si no pensamos en estrategias de articulación de esta diversidad para re-constituir el sujeto político desde la ciudadanía crítica.

Para comenzar a tejer esta red, ATTAC podría implementar durante este año 2016, la primera fase del proyecto UPOA. Teniendo en cuenta que dicho proyecto supone un continuum en el arte de ensamblar capacidades y solidaridades desde el momento 1 hasta el infinito.

Este año podría dedicarse a constituir el embrión impulsor de este proyecto popular y para ello las fases podrían ser algo como esto:

1.- Definir operativamente el proyecto impulsor y someterlo a la aprobación de ATTAC.
2.- Definir los ejes y actividades que desde ATTAC nos comprometemos a trabajar informativa/formativa y pedagógicamente y los niveles a los que nos vamos a dirigir. Ir trabajando desde el primer momento en ofertar sobre estos ejes.
3.- Ponerse en contacto con otras asociaciones y entidades y sensibilizar sobre la idoneidad de juntarnos para abordar un proyecto educativo de estas características. Feed-back con estas asociaciones e incorporación de los cambios pactados y en su caso de las experiencias educacionales que puedan aportar. Unirnos los colectivos en la planificación en adelante, del proceso.
4.- Echar mano de nuestro Consejo científico.

A final de curso valoración de la acción educativa y propuesta de progreso para el 2017.
Los posibles colectivos con los que hablar, son colectivos críticos de la sociedad civil a niveles estatal, regional o local que apuesten por un proyecto de este calado, tan ambicioso, pero tan necesario.

miércoles, 28 de octubre de 2015

Por la creación del movimiento internacional Acción Ciudadana Emancipatoria





Propuesta seria, por la creación del movimiento internacional
 ACCIÓN CIUDADANA EMANCIPATORIA


Comenzar a construir, con su epicentro en Cataluña (España) el movimiento de ciudadanía mundial ACCIÓN CIUDADANA EMANCIPATORIA- EMANCIPATORY CITIZEN ACTION- ACTION CITOYENNE EMANCIPATRICE- ACCIÓ CIUTADANA EMANCIPADORA. Un movimiento en expansión, por la unidad republicana y por la defensa de derechos humanos en el Mundo. No tiene por qué tener sedes, para eso están los ateneos, los centros cívicos, culturales,...etc.

El diagnóstico actual es claramente de dictadura del dinero con la complicidad de algunas oligarquías políticas y con la más absoluta inoperancia de otras.

La sociedad, la soberanía popular es inexistente y el pueblo se ha de organizar más allá de las partitocracias, gestoras pero inoperantes, para el cambio en el sentido de la defensa de los derechos económicos, políticos, sociales, ambientales, culturales,....etc.

Votar partidos de progreso sí, pero no podemos delegar en ellos. El control de la acción de gobierno necesita una sociedad civil potente y organizada. Que constituya un lobbie de presión ciudadana mayor que el de los lobbies económico-financieros y eso necesita expandir y solidarizar ciudadanía altermundista.

En Cataluña y España se inició la chispa del 15 M y prendió en diversas partes de Europa y América, no podemos dejar extinguir esas brasas. Las condiciones objetivas para lanzar un movimiento ciudadano emancipatorio se dan, faltan las subjetivas y esas las hemos de poner los que creemos necesaria la acción democrática radical de la ciudadanía organizada y más allá de las instituciones que no nos representan.

Margaret Thatcher dijo que no existía sociedad, solo mercado. Y eso es lo que quieren, que en la triada ESTADO, SOCIEDAD, MERCADO. no se den los equilibrios democráticos precisos para el bien común, que sea el Mercado quien domina al Estado y juntos aplastan a la sociedad.

La ciudadanía consciente no se puede conformar con el voto. Ha de organizarse sin presiones partitocráticas, económicas ni de ningún tipo e ir construyendo ciudadanía libre, solidaria e igualitaria, organizándose en barrios, pueblos, comarcas y federandose. La Federación de los pueblos no se hará desde arriba y está demostrado por más que pueda haber ideas politico-institucionales de contenido federalista. La Fedaración entre los humanos se hará desde abajo, entrelazando las solidaridades de los pueblos en in ámplio proceso de convergencia civilizatoria contra la barbarie actual.

Si consideras imprescindible comenzar a tejer las complicidades y sinergias necesarias para empezar a caminar, solo dilo.

saludos fraternos

sábado, 10 de octubre de 2015

Otra Europa es posible, si hay rebelión cívica ciudadana




En 1982 el triunfo del PSOE en las segundas elecciones generales post-franquistas llenó las calles de España de masas enfervorecidas,  por lo que, a pesar de la moderación de la opción de izquierdas triunfante, el PSOE, constituía un signo de que los tiempos estaban cambiando.

Y efectivamente hubo muestras de cambio en unos primeros años que constituyeron el despegue del denominado Estado de Bienestar, siendo sus cuotas mayores la extensión de la sanidad universal bajo el ministerio de Llul o de la Educación obligatoria y gratuita bajo el de Maravall, así como el del sistema universal de pensiones, contributivas y no contributivas.

No obstante todo ello se realizó en base a una financiación que supuso la venta de una buena parte de lo público - empresas y suelo- a las corporaciones y a una re-conversión industrial y agropecuaria dudosa y que en parte se adaptó a los requerimientos que los países impulsores de la CEE impusieron, en lo que suponía en algunos casos "pan para hoy y hambre para mañana"

La entrada torticera, que a través de Felipe González, España hizo en la OTAN en 1986 fue otro de los requerimientos que otros países europeos, pero especialmente la Alemania de Helmut Kohl, valido de EE.UU en el continente, exigieron a Felipe González para que España entrara en la CEE, este proceso lo dirigió FG "a las mil maravillas"

Los tintes políticos que dejaron en el tejido político y social los llamados neocons,  Ronald Reagan y Margaret Thatcher, que adoptaron las políticas neoliberales,  fueron absorbidos por una parte de la izquierda, la socialdemocracia, que se tornó en social - liberalismo a través de Mitterrand, F. González,  (sucintamente) pero sobre todo y ya explícitamente a través de las políticas de la llamada Tercera Vía de Tony Blair y Schröder, que se impusieron dentro del amplio espectro político socialdemócrata.

Fue ésta sucesiva deriva la que supuso que el bloque de "izquierda" mayoritario hasta los primeros 80 en Europa diera el giro radical en sus políticas económicas hacia políticas de derecha neoliberal, cuestionando de rebote las políticas keynesianas y socialdemócratas que ellos mismos habían defendido después de la 2ª Guerra Mundial y que consolidaron los llamados "30 años gloriosos" de la Europa del bienestar.

La asunción de estas políticas neoliberales y más tarde ordoliberales, constituyó la gran rendición de la izquierda europea hacia la Europa del capital y fue el inicio de la debacle política y social. Debacle política en cuanto supuso el reforzamiento y enseñoramiento del capital frente el trabajo inicialmente y posteriormente del capitalismo financiero frente al capitalismo industrial. Esto último significó el sometimiento de la economía a los mercados financieros y la dictadura de los poderes financieros sobre la política y la sociedad, la pérdida de la soberanía popular y de los derechos conquistados por las clases trabajadoras y en conclusión podemos asegurar que la pérdida de la democracia, que ha quedado reducida a una máscara sin alma democrática, cuando el sistema realmente existente es una tiranía de los mercados y especialmente de los mercados financieros.

En este contexto, cuando la izquierda mayoritaria como referencia social hace tiempo que perdió el rumbo y su voluntad y sustancia emancipadora, no es de extrañar que la sociedad, a través de esta pérdida de un referente mayoritario de las izquierdas de post-Guerra, la socialdemocracia, se haya des implicado de la política, en su acepción de participación activa como fuerza de cambio. Han quedado como referentes de la izquierda, eso sí muy determinada por las circunstancias socio-políticas generales, unos partidos que hasta hace 5 años, en las elecciones no vienen superando la cuota del 10% de los votos, impotentes de poder generar confianza y entusiasmo en una mayoría de la población española. A ello se une la leyenda negra que el comunismo y el anarquismo suponen para una mayoría de la población de este país debido a la aculturación franquista. En realidad el socialismo era el único capaz de entrada de haber podido cambiar la cultura política del franquismo y eso es lo que hay que reprocharle hoy,  su gran traición a las clases trabajadoras en Europa y en España. Socialistas que se han cargado la cultura de izquierda, que han vendido lo común y que han hecho depender el bienestar colectivo del resultado de competir en los mercados, de la famosa competitividad ¿les suena? tan apreciada, por cierto, por unos sindicatos que durante décadas han tenido como eje principal de su acción exclusivamente el economicismo, no así la transmisión de una cultura de izquierda.

Hemos estado condicionados en el espacio político durante tres décadas al omnipresente bipartidismo, que ha movido la pieza del tablero social hacia la derecha política y hacia el limbo ideológico. Ello sin que una minoría de partidos, parlamentarios o no parlamentarios,  y movimientos sociales de cambio o de izquierda discursiva consiguieran tener peso específico en las Instituciones y los medios de comunicación del país, ya que su cuota de representación era escasa.

Fue el movimiento del 15M, en principio ajeno a los embates políticos parlamentarios u organizados socialmente hasta entonces, el que consiguió con su improvisada, explosiva y radical acción contra la pantomima democrática, hacer emerger las sensibilidades dormidas de muchos ciudadanos y generar un atisbo de inconformismo y esperanza en una gran parte de la población española. Y recuerdo que ello fue desde unas proclamas en las que lo que se sojuzgaba era la tiranía de los mercados, la corrupción de las Instituciones “democráticas” y en que se pedía una democracia real.

Por aquel entonces ya advertía que lo que se estaba fraguando en la Sociedad española no era epidérmico, que era profundo y que un 70% de la población lo veía y valoraba con buenos ojos, según dejaba constancia la prensa del momento. Advertía, haciendo paralelismos, que era un movimiento social paralelo a la fase previa lo que constituyó  la base fundacional de los “Estados generales” en la  Francia revolucionaria. Que era un movimiento social de explosión cívica republicana.
 
Y es que, muy especialmente, lo que este movimiento de espontáneo júbilo por el cambio en España pedía, era acabar con la corrupción y el estigma patrio que pervivían en ese momento y que impedían que las clases populares mayoritarias del país - lo que algunos, un poco exageradamente, llaman el 99% -  pudieran determinar su destino bajo las referencias políticas creadas en el marco del régimen del 78 y en las cuales el bipartidismo hegemónico era ley y en el que la sociedad estaba herida y fragmentada por las secuelas, aún existentes, de la Guerra Civil Española.

Conforme esa generación de jóvenes lúcidos y osados que alumbraron el 15M, que hicieron de nuestro país un referente mundial, iban diluyéndose debido en parte a la falta de un marco organizativo, a los debates interminables en su seno sin encontrar líneas de organización consensuadas – o especialmente al debate de confrontación entre los que querían seguir instalados, como amplio movimiento social, en la asamblea prolongada y decisoria y los que pensaban que los activos de este movimiento anti régimen del 78 había que trasladarlos a una fuerza política resolutiva y que consiguiera cuotas de poder en las instituciones, avalado eso sí, desde un amplio movimiento democrático de bases y el debate cívico continuo –  iba emergiendo de nuevo, ante esta dilución, la desesperanza, que duró justo hasta que la organización política Podemos volvió a generar pasiones de cambio y movilización a partir de las elecciones europeas de 2014.

No es extraño que esta organización fuera la que en primera instancia recogía los réditos extraviados del 15M. Recogía lemas básicos que están escritos en el acero de la sociología política de este país, que mayoritariamente está dispuesta a aceptar argumentos sólidos por el bien común, ahora eso sí depende de donde vengan. Y cada vez más una sociedad políticamente desafecta por los desafueros políticos de unos y otros, estaba dispuesta a castigar a los partidos corruptos y recortadores del 78, pero no estaba dispuesta a encumbrar a los ismos opositores minoritarios durante 30 años, en los que unos no veían proyecto y otros no los veían de los suyos. Había de ser algo nuevo lo que volviera a entusiasmar a un sector de votantes cabreados, abstencionistas o desafectos y ese alguien nuevo fue Podemos.

Podemos, aun siendo claramente de izquierdas por su proyecto, fue consciente desde un principio del recelo que en este país significaba votar izquierda comunista en amplios sectores de la población que sin embargo podrían votar por el cambio y por el bien común, algunos de ellos desencantados del PSOE, es por ello que adoptan la estrategia de situarse en la centralidad del tablero, lo cual significa una variación en las formas del lenguaje y en la representación de símbolos e iconografía de la tradicional izquierda, pero sin variar ni un ápice las políticas destinadas a la consecución del bien común, republicanas radicales. Y no olvidemos que adoptaban como color insignia un sugerente lila o morado que cayó de la bandera republicana en 1978. A pesar que ahora no se declaren abiertamente republicanos por no abrir algunas heridas en el “99%” que es al que se dirigen, su proyecto es absolutamente republicano. A los de abajo contra los de arriba, lema de rebelión contra la tiranía de los pocos y que llamaba a unirse a los ninguneados, a los oprimidos, a los excluidos y a los cuestionados de amplias capas sociales que han visto como la democracia sucumbía en este país al poder de los caciques, los amiguetes de los caciques y los mercados financieros internacionales (bajo mediación de políticos y caciques)

Es cierto que Podemos ha perdido, desde la Asamblea fundacional de Vista Alegre, unas cuantas señas de identidad y encanto y sus líderes tienen necesariamente que tomar buena cuenta de ello para ver cómo van a volver a recuperar el entusiasmo vital que caló en principio en mucha gente, algunos de los cuales han perdido la ilusión.

Es cierto que un proyecto como Podemos peligra por muchas suturas y una de las más  peligrosas es la participación egoísta o bien la no informada, ni con cultura política, a igualdad de nivel con la que sí la tiene – por ello la formación cívico política es una de las tareas que Podemos ha de abordar urgentemente y no puede obviar - Otra sería la entrada en podemos de trolls y oportunistas, en lo cual no es causa menor su sistema de inscripción universal, cibernética y no conocida. Y es por ello que, siendo conscientes de estos motivos, la dirección de Podemos ha rebajado el sistema participativo-decisional ante la incapacidad de poder controlar o reaccionar a las adversidades y posibles perversiones de su sistema abierto. Pero es obvio que eso ha herido la frescura de sus inicios. Habremos de preguntarnos y construir un sistema que conjugue control con ejercicio democrático y esta no es una cuestión menor, sin embargo es una cuestión que no tienen en cuanta muchas personas que a día de hoy critican a Podemos. Hay que ayudarles a solucionar esta diatriba.

Mi posición ante Podemos se ha vuelto precavida, pero de apoyo dado que como republicano de izquierda y como ciudadano informado de mi sociedad y de mi mundo, hace bastantes años que considero que para que en democracia podamos vencer al capital hemos de converger en un movimiento republicano hacia el bien común. Lo que han tenido las diversas banderas que han tratado de apropiarse de la República desde ismos determinados, es que han dividido al pueblo, a los más, entre diversas “iglesias cívicas” ideológicas que muy a menudo se confrontan entre sí, antes incluso que con el enemigo común que es la tiranía de los mercados. Hay que recuperar el espíritu de la República democrática, retrotraernos más de 200 años. Igualdad, libertad, fraternidad y ahora añadir un cuarto principio republicano: respeto profundo al planeta que nos da vida y nos sustenta.

Pero hemos de encarar necesariamente en varios debates. Uno es ¿qué tipo de república del bien común? ¿Cómo pensar en república hoy, en un mundo global, interconectado e interdependiente? Yo voy tratando aspectos varios sobre globalización, globalidad y globalismo en mi blog Res Pública Global.

Una de las respuestas marco políticas, viene dada por la actual situación, de absoluto dominio del capital y de la competencia a niveles globales, en contradicción con lo que habría de ser una Res Pública Global: democracia y solidaridad. Y la respuesta política hoy está marcada por la rendición cuando no aquiescencia o directamente colaboración de los poderes políticos ante el capital. Por eso cualquier respuesta de ciudadanía global no puede contar en estos momentos con unas instituciones ocupadas por los siervos del capital y ha de partir de federar movimientos sociales, bases disconformes y luchas. Primero hemos de reconquistar Europa de las garras de los tratados vergonzosos, de la Troika y de los lobbies. Pero para eso un largo periodo de luchas nos espera. El movimiento de rebelión cívica de la ciudadanía europea por una Europa de las personas os espera. Empezamos con Marcha a Bruselas. En Cataluña Marxa a Brussel·les.

No obstante no creo que de este movimiento haya de ser un movimiento banderizo que acabe diluyéndolo por lo diferencial, frente a lo común e importante. Juntemos todas las banderas y dejémoslas descansar en un rincón, eso sí, al calorcito. Es un consejo y una profunda convicción. Retrocedamos a los prolegómenos de los “Estados generales”, esta vez en Europa.

Antonio Fuertes Esteban
10 de octubre de 2015

sábado, 12 de septiembre de 2015

La deseada futura república catalana.






Hablar de República hoy es, para muchos, cambiar la monarquía parlamentaria por un gobierno presidido por un ciudadano o ciudadana electos, que ostentaría la presidencia de la República. Si bien, en puridad formal, hoy se llama repúblicas a los regímenes no monárquicos y formalmente democráticos, que así se denominan constitucionalmente. Hemos de recordar que, para que un país merezca ser llamado republicano, hace falta que su elenco cultural y político sufra a menudo una profunda transformación que le aproxime en cuanto a sus finalidades reales al bien común de todos, ciudadanos y ciudadanas.
Si nos sumergimos en la historia de la tradición republicana, tradición que ha dado lugar a la ideología política del republicanismo, nos hemos de remontar necesariamente a Platón, que aun no siendo proclive al gobierno de los más (entonces del partido de los pobres) ni de la democracia como sistema, sí que ha dejado una profunda huella en el pensamiento republicano y en algunos valores que a partir de la modernidad han asumido como modelos algunas repúblicas democráticas. Platón incorpora al pensamiento político griego y europeo posteriormente, el valor político fundamental de la “areté”, la virtud en la “civis”. Platón exije del gobernante sabiduría para entender la sociedad y para articular sus formas de gobierno, pero también virtud para ser ecuánime en el trato político, justo en las decisiones y normas de gobierno y honesto en su desempeño. Independientemente de que combata el sistema democrático de la Grecia de Pericles, Platón incorpora un hito, la virtud, a la vida política. Y este hito ya será un imponderable de la democracia moderna.
Es aquí donde hemos de preguntarnos por el valor del actual Procés hacia la República Catalana y de la virtud del bloque mayoritario que lo nutre y sus liderajes. Hemos visto, en la lista de Junts pel Sí, una intención de los ya “antiguos” líderes catalanes, que pretenden legitimarse mediante el liderazgo de este proceso ante el pueblo de Cataluña. Un pueblo que, según se entiende, libre de ninguna presión o engaño, de forma consciente y crítica proclamará ante las urnas a los governantes mejores para conducir el Proceso catalán hacia la independencia. En esta lista que parte en principio como una lista de la sociedad civil, se esconden en cuarto y quinto lugar los dos grandes jefes de la tribu catalana hoy, Artur Mas y Oriol Junqueras. Siendo que a Artur Mas, todos los pronósticos le dan como posible Presidente de Generalitat y que haría la transición a la proclamación de la República catalana.
¿Alguien piensa, al votar la lista de Junts pel Sí, o al apuntarse de promotor o compañero de viaje del actual Presidente de la Generalitat - que es adalid del partido político que tiene sedes embargadas, el deber de explicar el 3%, y que ha canalizado el principal descontento social en Cataluña desde la caída de la dictadura – que será el que llevará a cabo la transición hacia la República Catalana? ¿podrán los votantes y los compañeros de viaje hacia la República asumir que no votan virtud ni bien común, sino que simplemente sustituirán un monarca por un “capo” del terruño?
Otro de los puntos fuertes de la República ha sido tradicionalmente el de la estabilidad de la polis. Los valores de cohesión social y de estabilidad política y económica marcan necesariamente la acción republicana. Y aquí es donde hemos de preguntarnos sobre varios puntos necesariamente:  

¿Procura el actual proceso a la independència en Cataluña mayor cohesión social en España que la que había hasta ahora? ¿depende de los escenarios?
¿El proceso catalán hacia la independencia posibilitará una estabilidad política nacional catalana e internacional el día de después y fechas siguientes?
¿El proceso catalán proporcionará mayor solvencia y estabilidad económica en Cataluña?
Lo que sí va a proporcionar es una sociedad culturalmente más homogénea ¡qué duda cabe! Aunque no sé si eso puede convertir Cataluña en menos pluralista y cosmopolita, estaría por ver…  

Dejo estos interrogantes para que cada cual los aborde y se los responda. La estabilidad y la cohesión social son importantes ejes de cualquier comunidad política.
No pretendo centrar el debate en la legalidad y legitimidad sobre quién debe tomar decisiones en política y en este caso en el tema de la soberanía, si ha de ser la constitución con que nos hemos dotado todos  los españoles o la legitimidad democrática de la mayoría del pueblo catalán. En lo que sí voy a incidir aquí es en cómo se encara el proceso de desencuentro de Cataluña hacia España, sitas hoy en una misma comunidad política. Y en esto Kant, la Ilustración y el posterior republicanismo kantiano si nos dan pistas, que son las mismas pistas que siguen para abordar conflictos todos los mediadores nacionales o internacionales, la vía del dialogo.
Siempre ante cualquier conflicto que entraña el malestar de las partes, se ha de intentar una vía de dialogo antes de que se enquiste. Hay que tratar a nivel internacional, que parece es lo que se trata, de encontrar una solución negociada, antes que por supuesto cualquier declaración unilateral de independencia. Es cierto que el actual gobierno de España no lo pone tampoco fácil, pero en todo caso una decisión de esta trascendencia no debería ser tomada de forma atropellada. Y es muy posible que el panorama político en el Estado Español cambie en breve y pueda llevarse a cabo un proceso negociador y encontrar una solución que no suponga necesariamente el conflicto, sea la que sea.
Lo que muchos criticamos del proceso actual catalán es que:
1º.- Es un proceso de “boxeo” y sin ningún diálogo y en eso tienen exactamente la misma responsabilidad el gobierno de España, como el Gobierno de Cataluña, como las asociaciones de la sociedad civil y los medios de España y de Cataluña.
2º.- Es un proceso que está adquiriendo paulatinamente tintes de más nacionalista y banderil, en el que predomina el interés de la nación por encima de cualquier otro, incluso de la justicia ( corrupción intocable) y esto en los dos “bandos” con lo que los valores de ciudadanía crítica se evaporan ante el fuego de las pasiones comunitarias.
3º.- Es un proceso donde prima la propaganda por “ambos bandos”.
4º.- Es un proceso donde parte de la izquierda ha priorizado el objetivo nacional sobre cualquier otro en este momento (por los hechos de cada cual, está claro).
5º.- Si no se cambia la orientación del proceso, lo cual quiere decir que han de cambiar los dos malos gobiernos (de España y de Cataluña) que solo persiguen su permanencia y poder oligárquico, si no cambian estos dos gobiernos no habrá diálogo. Cada uno buscará réditos propios en este conflicto y la irracionalidad y pasiones no filtradas por la razón harán ( como en todo divorcio civil judicializado, conflictivo y con rancunias e incomprensiones mútuas) que las criaturas ciudadanas y personitas sean víctimas de este divorcio no dialogado, como en las peores familias. Solo queda una opción, que cambien los gobiernos en los dos sitios ( en uno solo no vale), que entren gobiernos limpios de suciedades varias y de peajes patrios y que se comience un diálogo sobre la relacción mutua con todas consecuencias, sometiendo, solo después del diálogo con juego limpio por ambas partes, las posiciones de salida a referendum.
Desde la política y la ciudadanía crítica hemos de buscar soluciones para los dos pueblos, no “declaraciones de guerra mutuas” de los mandamases. Detrás hay personas oprimidas y ninguneadas a cada orilla del Ebro. Hay quienes desde la sociedad civil proclamamos y pedimos hace tiempo diálogo, hay otros que piden ruptura ¡ya!, en las condiciones que sean. La diferencia entre una postura y otra es muy sencilla, si predomina la segunda predominará el sentimiento propio de unos frente al sentimiento propio ajeno, habrá enfrentamiento de dos sentimientos lícitos, pero no filtrados por la razón y reforzados por los poderes que ven en el conflicto una oportunidad de permanencia, de despistar con este conflicto de sus responsabilidades patrias y de catapulta electoralista en vísperas de los comicios.
Si viviera Hanna Arent tendría en el Proceso catalán un reto muy importante y sería enseñar a esos que hoy se proclaman abanderados de la República catalana, qué quiere decir en realidad eso de pensamiento republicano, del que seguramente se han olvidado, si es que alguna vez lo han conocido. Comunitarismo rancio, ineficaz, elitista, asfixiante y cerrado, tanto en España como en Cataluña, eso es lo que nos espera a esta marcha. ¡Y las izquierdas siguen sin enterarse de nada!
No pretendo cargarme la política en Cataluña, solo pretendo darle el giro necesario a los tiempos en aras de conseguir una mayor aproximación a la búsqueda del bien común y para ello propongo ensanchar la visión política en estos tiempos de crisis en España y en Cataluña, dirigir la mirada y la acción también hacia donde hoy se desarrollan las macropolíticas que nos afectan, hacia Europa y la comunidad internacional. Esta posición es muy opuesta a la que tiende a obviar la política internacional y a fragmentar la realidad política y retrotraerse, preferente y a veces exclusivamente, en los colectivos que pensamos controlamos, en los del nosotros étnico, pero que no tienen la posibilidad de efectuar unilateralmente el  autogobierno que desean, la comunidad política ha de establecer a nivel internacional diversos tipos de gobernanza y las escalas y la subsidiariedad en las decisiones son principios más que deseables políticamente. Por ello hemos de promover ciudadania crítica europea contra el actual establishment oligárquico-corporativo. 
Antonio Fuertes Esteban

Barcelona 12 de septiembre de 2015