miércoles, 1 de mayo de 2013

Prometo que nunca crearé o ayudaré a crear otra bandera





Hay que pensarlo muy bien. Quizá ha llegado el momento de cambiar el curso de la historia, de no quedarnos anclados en los símbolos del pasado si ya no nos sirven, o sirven únicamente para dividir y competir entre los pueblos.

Quizá hay que diluir fronteras físicas y mentales teniendo como meta la universalidad y el cosmopolitismo. Ulrich Bek en su libro "La sociedad del riesgo global" nos plantea en 2001 que a estas alturas de la evolución humana (ecológica, política, económica y social) las unidades políticas y los mecanismos de intermediación política y social de los que nos hemos dotado en la primera modernidad, están más que obsoletos para hacer frente a los riesgos globales que penden en estos momentos sobre la cabeza de la humanidad y el medio ambiente planetario.

Solo desde el ámbito global podremos crear formas de gestionar un bien común que hoy ya no se puede gestionar localmente (medio ambiente, Trabajo y relaciones laborales, finanzas/ economía, solidaridad, ecología, lucha contra las pandemias...etc). Y aquí tenemos un grave problema si mantenemos las representaciones localistas como únicas gestoras políticas, sociales, culturales, como lazos de solidaridad,..etc.

No podemos seguir así, la ciudadanía ha de unirse en un vínculo necesario globalmente. Si no es así estamos perdidos, es una cuestión de supervivencia. ¡Cambiar el signo de la historia o morir ! No será la primera vez que se da un salto cualitativo en el devenir histórico y es tiempo de visiones de cambio, más allá de la ciencia y lo tecnológico. Es tiempo de cambio en las cosmovisiones vitales, en los mecanismos de adaptación y supervivencia de la especie en su planeta, una huida hacia adelante en la evolución sociopolítica de la humanidad.

Las oligarquías políticas y económicas que gobiernan globalmente utilizan los Estados para reprimir las luchas locales por la justícia y la dignidad y para reproducir la competencia global en su beneficio. Pero ahora irán más allá, están creando oligopolios que gobernarán el mundo sin apenas necesidad de gobiernos, o con gobiernos peleles. El ámbito tecnocrático global irá sustituyendo a la política local, nunca el sueño de "la aldea global" fué más terrible en su realización, haciendo posible que el sueño de la razón genere monstruos, el dominio absoluto desde un poder global planetario.

Solo nos queda una salida, organizarnos contra las oligarquías globales del dinero. La unidad de los pueblos del Mundo por la libertad, no tenemos otra. Y esto significa mucha gente trabajando por la solidaridad planetaria y esto significa ir enterrando poco a poco las banderas: Primero las que dividen a las izquierdas locales y luego las que dividen a los pueblos.

Sí, quizá haya que izar ya, de una vez por todas, la bandera de la unidad entre los pueblos, la bandera de la humanidad liberada, la nueva y humanista modernidad ha de ser global. Ya no vale el pensamiento débil, sólo el pensamiento fuerte y decidido hacia la emancipación de la especie humana nos puede sacar ya hoy del atolladero y de la dominación global. Ese es el reto de hoy.

Y sin embargo, este era el panorama de las manifestaciones varias del 1 de mayo en Barcelona:

10.00. CNT arranca una jornada lúdica en la avenida de Paral.lel (jardines de Les tres xemeneies).
11.00. CGT sale del metro de Jaume I, con el lema Por el reparto de la riqueza, autogestión. Basta de represión.
11.00. Esquerra independentista convoca en la plaza Universitat su marcha reivindicativa.
11.30. UGT y CC OO salen de Sant Pere con paseo de Gracia bajo el lema Se lo están cargando todo, movilízate y lucha por tus derechos.
11.30. USOC convoca en la plaza de Urquinaona.
18.00. Manifestación Anticapitalista que arranca en la plaza de Països catalans.

¿Donde está la unidad del pueblo? columnas diferentes separadas y mirando para diferentes costados. La diáspora del pueblo en teoría más revolucionario, más concienciado de la lucha por el bien común. ¿Es eso conciencia? se le puede llamar así.

Mientras el capital solo tiene una bandera ( € = $ ), es global y actúa globalmente, el pueblo, oprimido por él, está articulado localmente y solo tiene sentimiento de pertenencia y ciudadanía local, compite entre los diversos territorios y aún tiende a dividirse más mediante diversos nacionalismos.

Es obvio que al capital hoy las fronteras físicas o ideológicas le sirven para dominar (divide et impera), las fronteras hoy han de ser permeables. La emancipación futura depende de procesos y proyectos para diluir fronteras y dejar fluir las gentes, sus razones y emociones.

Mientras las banderas y élites banderiles del pueblo reproducen y escenifican en sus discursos y actos esta división, las fuerzas tiránicas del poder se preparan para dominar la humanidad y la naturaleza hasta su propia extinción. Como os decía este era el panorama del 1 de mayo en Barcelona. De ¡ pena, penita pena! Los ciudadanos y ciudadanas, corrientes y molientes, mientras tanto en los parques con sus hijos, a pesar del paro, la desprotección y el sufrimiento. Pero ante el espectáculo que da la izquierda plural ¡qué quieres! por lo menos toman el sol.

Prometo que nunca crearé o ayudaré a crear otra bandera. La tarea que tenemos por delante es juntar todas las banderas emancipatorias en una gran bandera emancipatoria que de la vuelta al globo.