sábado, 20 de agosto de 2011

¡Los piratas se han adueñado del Mundo! ¡Recuperémoslo, es nuestro mundo!


Antonio Fuertes Esteban. ATTAC Acordem

Los financieros actuales son los descendientes directos de aquellos piratas del S.XVII que repostaban y guardaban sus botines en pequeñas islas del Mediterráneo y el Atlántico Norte en donde se les daba cobijo a cambio de contraprestaciones. La expresión inglesa Tax Haven, traducido ahora como puerto fiscal, designaba a estos lugares.

El paralelismo actual con los llamados paraísos fiscales, en donde los poderes financieros desvían los diversos botines delictivos de sus muchos atracos a la ciudadanía, es más que evidente en este S. XXI. Las islas que en el S. XVII cobijaban y protegían la piratería ofrecían protección a cambio de remuneración, los territorios llamados paraísos fiscales comercializan ahora su soberanía. Para ello abren sus fronteras a aquellas empresas que quieran constituir sociedades instrumentales, sucursales o filiales bancarias en su territorio y ponen a su disposición el secreto bancario establecido en su régimen jurídico y su fiscalidad nula. De ello obtienen a cambio importantes beneficios, no para la población trabajadora de estos territorios, pero sí para la oligarquía local.

Pero es obvio y demostrable que el mayor beneficio de la existencia de estas cuevas del dinero donde recalan los piratas actuales es para ellos mismos, que esconden allí los productos de todo tipo de delitos judiciales o morales. Piratas financieros que, como los antiguos corsarios, no enarbolan otra bandera que el dinero, que es la única a la que profesan lealtad después de que la globalización financiera abriera las fronteras a los capitales y acabara con las dependencias patrias.

Porque delito penal es el fraude fiscal, que se comete en buena parte en todos los países vía paraísos fiscales y por medio del cual los piratas autóctonos, u otros que se asientan económicamente en estos países, rapiñan los tesoros fiscales de los estados. Este fraude fiscal es un delito que está penalizado en todos los ordenamientos jurídicos, pero que sin embargo no se puede perseguir si, llegado el caso, la puerta de las cuevas que guardan los secretos tesoros en estos paraísos de los ricos no se abren a las autoridades tributarias o judiciales, como viene sucediendo desde hace décadas.

También delito penal y crímenes son los que cometen las distintas subespecies de alimañas que acompañan y reparten parte del botín con los piratas globales, que no les importa hacerlo con corruptos, narcotraficantes, redes diversas del delito, terroristas y otros compañeros de viaje que contribuyen a sembrar el desgobierno donde unos y otros pescan en aguas revueltas. Me refiero a la posibilidad que ofrecen estos territorios para lavar, hacer respetables y operar con las diferentes fortunas ilícitas.

No obstante, hay un sumidero fiscal de los Estados que no es considerado delito en las jurisdicciones, es la evasión fiscal que no se demuestra fraude, aunque lo sea. Esta trampa al fraude, denominada evasión, es tejida por los asesores fiscales y la llamada ingeniería financiera, que son quienes posibilitan mecanismos a ricos y grandes empresas para que lo que habría de ser fraude tenga visos de legalidad, aunque en realidad sea fraude fiscal a los estados. Nos hallamos ante un delito no penal, no perseguible en el ordenamiento jurídico actual, aunque sea política, social y moralmente reprobable. Una clara muestra de ello es que las grandes empresas transnacionales acostumbren a abrir sucursales, o incluso sus sedes en estos tax haven para desviar contablemente hacia ellos sus beneficios y no tener que pagar impuestos en los países en los que operan.

Los Paraísos fiscales son, sin lugar a dudas, el paradigma del delito en el S.XXI y a su vez un instrumento político al servicio de la aristocracia del dinero y que socava la democracia. Esto es importante situarlo en nuestro entorno próximo, ya que casi todos los bancos ofrecen sustanciosos beneficios a sus clientes, mediante su participación en diversos fondos de inversión y fiduciarios que operan desde estos territorios, muchas veces especulando con todo tipo de activos con el ventajismo que les da el secreto bancario. Lo mismo hacen los multimillonarios fondos de pensiones o las compañías aseguradoras al abrir en estos territorios sociedades instrumentales. No es de extrañar que los alimentos o los combustibles aumenten su precio de un día para otro, o que el euro y la deuda sean atacados, o que los llamados vehículos de inversión se asienten en ellos inundando de productos derivados basura el mundo financiero. Al final van a conseguir hundirlo todo hinchando burbujas que explotan, aunque ellos se salven “socializando” sus pérdidas y empobreciéndonos a todos. Todo menos el oro cuya onza no hace más que subir, siendo un valor además seguro y estable y que estos piratas se aseguran de acaparar.

Pues bien en 2010 la comunidad internacional decidió, a través del G-20 y por mediación de la OCDE, hacer desaparecer del mapa pirateril los paraísos fiscales más renombrados, de los 35 que la OCDE consideraba en 2000 (otras fuentes llegan a establecer 72 e incluso 84), solo han quedado 5 pequeños paraísos fiscales sin importancia, aunque todos los demás sigan actuando como tales, con secreto bancario y nula o baja fiscalidad. La penitencia que estos irredentos territorios han tenido que cumplir es firmar 12 tratados de intercambio de información con otros territorios. Muchos se han librado de la lista firmando tratados con otros paraísos fiscales o con territorios sin importancia económica. O sea que los piratas financieros siguen depositando ahora sus tesoros y realizando operaciones de abordaje a las finanzas públicas y a la ciudadanía desde estos territorios. Eso sí, ahora con absoluta impunidad y total honorabilidad. Ya ni los bancos se consideran obligados a informar de las filiales que tienen ubicadas en dichos territorios y las operaciones a través de ellas, las cuales normalmente no figuran en sus balances.

¿Dónde queda el “Imperio de la ley” del que tanto se ufanan nuestros honorables próceres políticos representantes? ¿Cómo es que los que cuidan en teoría del bien común de los ciudadanos, sus representantes, no han hecho absolutamente nada para acabar con estas cuevas del delito y el crimen?. Cuevas que albergan en estos momentos un botín de 8 billones - de 12 ceros - de euros, que representa casi una cuarta parte del PIB mundial.

Bueno, es posible que nada haya cambiado desde el S. XVI, que todo siga como en los tiempos en los que el corsario aristócrata Sir Francis Drake era protegido de la reina Elizabeth I de Inglaterra, que como buena hija de Enrique VIII buscaba el poder y la gloria de todas formas posibles, aliándose para ello con el diablo y fundando a su vez de la Iglesia Anglicana. Nada ha cambiado efectivamente si el corazón de la llamada actualmente democracia está podrido y la comunidad internacional, que nos representa, no hace nada para evitarlo. Está claro de qué lado están, del de los corsarios y de la Iglesia, de todo aquello que constituya un poder terrenal.

Todos los poderes políticos han vendido su soberanía al dinero, como resultado de ello los piratas se han adueñado del Mundo, nos toca reapropiarnos de él.

¡Es la hora de la sociedad, es la hora de la ciudadanía! ¡Despierta pueblo, acabemos con los paraísos fiscales y con la piratería!

miércoles, 17 de agosto de 2011

La contradicción fundamental


Antonio Fuertes Esteban. ATTAC Acordem
En el planteamiento de la dialéctica Marxiana que marcó y viene marcando el panorama de las luchas de trabajadores en buena parte del Mundo, éste expuso, entre otros, un axioma fundamental tras analizar la relación entre clases sociales, sus flujos y sus posiciones respectivas en la estructura social. Respecto a las contradicciones entre las clases, Marx destacó una contradicción fundamental del sistema capitalista, es aquella por la que el carácter social de la producción se contradice con la forma de apropiación privada de los beneficios, la llamada contradicción capital-trabajo. Esto tuvo plena vigencia en un contexto de capitalismo industrial, mientras no se habían desarrollado aún procesos importantes de deriva ligada a la acumulación financiera y a la relación conflictiva con la estructura social actual en el sistema capitalista.
Muchos somos los que, sintiéndonos oprimidos por este sistema capitalista, ya hace tiempo venimos proponiendo que no se puede separar la lucha contra el capitalismo del contexto y la caracterización actual de dicho sistema. Hoy el genérico capitalismo, no es capaz de dotarnos de elementos e ideas con el que combatirlo. Es por ello que venimos incidiendo en los factores que nos ayudan a señalar al enemigo a batir  y a poder interpretarlo y enfrentarse a él con criterios realistas y eficaces. Por eso preferimos señalar como enemigo al que enfrentarnos al rostro con que el capitalismo aparece ante nosotras en este momento, el neoliberalismo.
El desarrollo del capitalismo industrial dentro del contexto de estructura social y fabril fordista del siglo XX, pasó a una fase post-fordista en el mismo momento en que las crisis de los años 70 comienzan a introducir cambios sustancialmente cualitativos en las lógicas con las que cabía analizar y predecir el comportamiento del mercado. El mercado comienza entonces un proceso de “emancipación” de la producción. Por medio de este proceso el mercado de bienes y servicios que era aquel que servía al capitalismo tal y cómo se le conocía, va siendo trascendido, colonizado y ampliamente dominado por unos mercados financieros que se “divorcian” de la economía real o productiva. A ello se debe  que a partir de la desregulación de los mercados de capital de finales de los 70 y 80, comiencen a dispararse las tasas de ganancia del capital, ahora financiarizado, y que dichas rentas del capital no se re-inviertan ya mayoritariamente en la economía real de carácter productivo, sino en procesos especulativos que no crean valor, sino que constituyen un depósito de valor sobre los propios soportes dinerarios. Tal es así, que en este momento la OCDE estima que el capital que se mueve alrededor del Mundo para especular multiplica por 74 el PIB mundial.
Este fenómeno de predominio del capital financiero globalizado sobre la economía real ha sido paralelo a una merma importante en los procesos de acumulación capitalista, tal como se venían contemplando. Esto es así debido a que las rentas procedentes de las plusvalías ya no se re-invierten mayoritariamente en la producción, como tenía efecto en el capitalismo industrial, sino que se re-invierten en aquello que hoy aumenta exponencialmente y rápidamente las tasas de ganancia, generando una espiral en el aumento de depósito de valor sobre los soportes y productos dinerarios de todo tipo. Este fenómeno, que con el Neoliberalismo se ha hecho masivo, no es ni más ni menos que la especulación, fenómeno con el que ha disminuido sustancialmente la tasa de acumulación tal como se venía considerando, y que no era otra cosa que la tasa de ganancia que se volvía a re-invertir en el proceso productivo.
La economía en el Neoliberalismo está al servicio, y marcada y sellada en beneficio de los inversores y de las grandes corporaciones globales, las cuales ya no buscan sus beneficios tanto en la producción, como en las diversas bolsas. Toda la economía – finanzas, producción, mercado laboral, fiscalidad, servicios, medio-ambiente...etc, - los plutócratas la han puesto al servicio de su objetivo fundamental, que no es sino el máximo de ganancia, en beneficio exclusivamente propio y en el corto plazo. Enfrente y desposeída está una ciudadanía diversa y que ya no podemos asimilar al proletariado urbano industrial por diversos motivos:
- Porque la economía de lo “intangible”, que fundamentalmente es reproducida a nivel familiar y social por las mujeres, los cuidados y servicios varios que la sociedad no remunera, no estaba desarrollada en los análisis del siglo XIX y aparece con fuerza en los movimientos sociales que surgen a raíz de Mayo del 68, constituyendo hoy un elemento esencial aportado por la economía feminista.
- Porque los límites que se han de poner al progreso tecnológico y de formas de vida en un sistema mundo con claros indicadores de riesgo ecológico, han de reorientar las formas de producción, consumo y vida en la dirección de la sostenibilidad ecológica. Y el valor trabajo habría de quedar asimismo en proceso de reflexión, análisis y reconversión. El ciudadano proletario del S XIX es solo una parte de la ciudadanía y no constituye ya, desde luego, la norma.
- Porque una parte importante de riesgos hoy son globales y no pueden ser abordados ya desde ámbitos territoriales, políticos y de respuestas ciudadanas estatales. La contaminación medio-ambiental, mercado laboral, finanzas y fiscalidad, terrorismo, entre otros importantísimos aspectos requieren de respuestas globales y de una ciudadanía unida en las respuestas desde lo social a nivel internacional y global. Es necesaria la emergencia de una ciudadanía con conciencia global.
- Porque al proletariado urbano y campesinado, se han ido añadiendo en los agravios del capital financiero, una población importante y mayoritaria en el sector servicios, cooperativistas y economía social, autónomos que trabajan por cuenta propia, pequeños y medianos empresarios que desde lo local apuestan por la economía productiva y el bienestar, profesiones liberales y mundo universitario y en general un conjunto de agentes e instancias productivas, dentro de lo que llamamos economía real.
- Porque el enfoque global por otro Mundo posible cuestiona los análisis etnocéntricos realizados en el mundo desarrollado y hace emerger realidades de pobreza y exclusión en el mundo empobrecido y en vías de desarrollo, en las que se denota la huella que ha tenido la dominación de los países desarrollados durante décadas, primero durante la colonización y ahora mediante el sometimiento, la expoliación, explotación y comercio desigual. Esta realidad emerge a la conciencia de un primer Mundo que sistemáticamente ha silenciado su instrumentalización de estos países en su beneficio. 

Es cierto que se sigue dando la contradicción entre los poseedores de los medios de producción y los que producen la riqueza pero no la disfrutan y esta contradicción está lejos de resolverse. No obstante hoy, en el mundo globalizado de las finanzas, la economía real y el mundo del trabajo son los grandes perdedores de las apuestas de los inversores en el Gran Casino financiero. El desarrollo de la teoría de las contradicciones nos lleva a situar la lucha real en estos momentos en un nuevo estadio de prioridad dialéctica. La contradicción primera a encarar, que es fundamental hoy, es aquella que pervierte la producción y los proyectos vitales de la ciudadanía mundial en función de la ganancia exponencial e inmediata de unos cuantos. Es ciudadanía democrática - mercados financieros.
En función de ello hemos de construir amplios frentes globales capaces de vencer al sistema neoliberal financiarizado. El enemigo de la ciudadanía democrática hoy, está claro, es el poder financiero. Contra él hay que unirse y al mismo tiempo tenemos que empezar por la responsabilidad de no alimentarlo, cada uno que tome nota.

sábado, 13 de agosto de 2011

Perdonen mi incorrección política, pero el debate es necesario



Bajo el punto de vista de ATTAC el enemigo de consenso a combatir y a batir son los mercados financieros, cuyo buque insignia es la banca internacional. Pues bien los sindicatos mayoritarios llevan años dando de comer a esta banca y siguen haciéndolo al promover y continuar promoviendo las pensiones de capitalización, hasta ahora en función pública y grandes empresas y desde ya en el resto de las empresas.
No se que persiguen los sindicatos con esto. Ellos dicen que así controlan a los bancos en la gestión de los fondos de pensiones, pero lo que es obvio es:

- Que obtienen beneficios
- Que mantienen un vínculo de intereses con la gran banca de este país, lo que es una contradicción obvia con algunas de las metas que persiguen.
- Que alimentan el negocio bancario y financiero al promover los fondos de pensiones de capitalización.
- Que orientan las expectativas de los trabajadores hacia estas pensiones privadas digan lo que digan y a veces fuerzan junto a las administraciones sus voluntades, siendo los mejores promotores de estos fondos de pensiones de capitalización.
- Que es una gran contradicción que digan perseguir pensiones públicas dignas y promuevan estos fondos. Lo cierto es que el pensionazo se dió porque lo que estaba en juego en la mesa de negociación no solo eran los intereses de los trabajadores (que si en parte) sino que también pesaban los muebles de los sindicatos y fuentes de financiación (fuentes de financiación que porcentualmente cada vez están menos ligadas a cuotas de asociados)

Por todo, dada la necesidad de nuestra lucha vital contra el dominio bancario, hay de decir en este tema cosas a los sindicatos. Las derivas están en:

- Seguir siendo sindicatos que representen a la clase trabajadora
- O tender a ser cada vez más sindicatos gestores y administradores de fondos ajenos (de trabajadores junto a la banca y institucionales)

Sabiendo que al Cíclope neoliberal lo alimentan las ovejas, no hay que ser ovejas que alimentan al monstruo con su leche y su vida, hay que ser astutos y luchadores Ulises capaces de buscar las mejores armas y estrategias para vencer al Cíclope neoliberal.

¡Al enemigo ni agua! ¡no lo alimentemos ni individual ni colectivamente! ¡Seamos responsables con nuestros actos!

Por todo ello considero que se ha de pedir a los sindicatos que tornen a sus orígenes de confrontación necesaria en sus políticas, que abandonaron ante la diatriba de gestionar una democracia que no lo es, por políticas de concertación con gobiernos y patronales de carácter neoliberal. A la tiranía de los mercados no se la combate con concertación permanente, ¡ya no!

Antonio Fuertes Esteban