lunes, 30 de noviembre de 2009

Yo me bajo en la próxima






Javier Cercas
fuente: "el País semanal"








" Vivimos en una democracia que propicia o tolera la corrupción de los políticas"

" Yo me bajo en la próxima. Puede que no sea el único. Ustedes verán"


La segunda cosa más desoladora de esta última explosión de corruptelas acaecida en España es la fabulosa cantidad de tonterías disfrazadas de falsedades o de falsedades disfrazadas de tonterías que hemos tenido que escuchar a cuenta de ella. Hemos escuchado que no todos los políticos son iguales y que hay políticos buenos, malos y regulares como hay buenos, malos y regulares profesores de universidad. Hemos escuchado que quien critica esta democracia avala la dictadura o el populismo, y que los políticos están corrompidos porque todos estamos corrompidos. Hemos escuchado (lo ha dicho Rubalcaba) que no hay que cambiar las leyes, sino las actitudes personales de los políticos. Hemos escuchado (lo ha dicho Zapatero) que no hay que deprimirse: el hecho de que montones de políticos estén acusados de corrupción sólo significa que el sistema funciona, puesto que es capaz de detectar la corrupción. Siendo muy benévolos, todo esto no son más que buenas palabras, en el mal sentido de ambas palabras. Es deprimente que montones de políticos estén acusados de corrupción porque eso significa que el sistema permite que haya montones de políticos corruptos. Hay que cambiar las leyes porque el problema no son los políticos, sino las leyes: nuestros políticos no son intrínsecamente más deshonestos que los políticos de países menos corruptos; lo que ocurre es que padecemos determinadas leyes que facilitan la corrupción. Es una infamia decir que en este país todo el mundo está corrompido, aunque sólo sea porque no todo el mundo tiene la oportunidad de corromperse, y es otra infamia decir que quien critica el cariz de esta democracia pretende abolirla, porque lo que quiere a menudo es más y mejor democracia. Y en cuanto a los profesores de universidad, ¿se imaginan qué hubiera ocurrido si en los últimos tres años 17 de ellos hubieran sido detenidos por corruptos? (Claro que se lo imaginan: la universidad española hubiera tenido que ser reformada a fondo, o refundada). Bueno, pues mucho más que eso ha pasado en la política española, donde, por limitarnos sólo a los alcaldes, en los últimos tres años 17 de ellos han sido procesados por corrupción.

Ahora bien, si todo lo anterior es falso o tonto u obvio, ¿cuál es la verdad? La verdad es la cosa más desoladora de todo esto y la conocemos todos, empezando por los políticos: la verdad es que vivimos en una democracia que propicia o tolera la corrupción permanente de los políticos, o por lo menos el mangoneo - entendido como ese vicio universal de nuestros políticos consistente en meter las narices en todo, incluyendo aquello que no les compete-. En un artículo perfectamente lúcido, Joaquín Leguina lo ha dicho así: "El mangoneo en España es el rey de la vida política"; y añade: "La corrupción no es otra cosa que el mangoneo remunerado". Así que mientras no se acabe con el mangoneo, no se acabará con la corrupción, y, como reconoce el propio Leguina, los políticos españoles no están dispuestos a terminar con él, porque llevan 30 años colonizando terreno a sus expensas. Se me ocurre que por ahí quizás asoma, sin embargo, una forma mejor de ver todo este asunto: como una crisis de crecimiento, como la crisis de los 30 años; 30 años después del inicio de la democracia, cosas que entonces sirvieron para salir de aquel paso endiablado ya no sirven ahora, cosas que se sabe que hay que cambiar y que podrían cambiarse si la clase política quisiese. Por ejemplo: el sistema de financiación de los partidos, que es la madre de todas las corrupciones. Por ejemplo: las listas electorales cerradas, que son el padre de todas las corrupciones porque convierten al político en esclavo de su partido, y a esta democracia, en una partitocracia. Por ejemplo: la llamada ley del suelo, que entrega a los ayuntamientos, sin apenas control, la potestad de recalificar terrenos y otorgar licencias de construcción. Por ejemplo: un sistema fiscal que permite que entre el 20% y el 25% del PIB escape a la vigilancia del fisco. Ahora, sobre todo en Cataluña, donde las elecciones están casi a la vista, los partidos anuncian reformas legales entre promesas de regeneración y golpes de pecho. ¿Debemos creerlos? En 2001, los partidos catalanes pactaron un código de transparencia económica; según un informe de la Sindicatura de Cuentas, ocho años después ninguno de ellos lo ha cumplido.

Se acaba el tiempo. La democracia es un sistema político infinitamente mejor que cualquier otro porque es infinitamente perfectible; pero si los encargados de perfeccionarla deciden que no hay nada que perfeccionar o dicen que hay mucho que perfeccionar, pero no hacen nada por perfeccionarlo, entonces la democracia se convierte en un camelo. Siempre desconfié de los entusiasmos en política y, en consecuencia, siempre voté, con notable entusiasmo, al menos malo, básicamente para que nadie votase por mí; pero, si no hay nada que perfeccionar, yo tampoco tengo nada que votar, y además da lo mismo lo que voten por mí, si todavía queda alguien que quiere votar. Es verdad: diga lo que diga Zapatero, estamos deprimidos; pero los políticos confían en que se nos pasará. ¿Se nos pasará? Se acaba el tiempo. Yo me bajo en la próxima. Puede que no sea el único. Ustedes verán.

jueves, 26 de noviembre de 2009

"Aulas Desiertas". Entrevista a Concha Fernández Martorell

fuente: El Viejo Topo. Salvador López Arnal


"Tengo la impresión de que esta crisis va a venir muy bien como excusa para comenzar a privatizar la educación pública a pasos agigantados y convertirla, de forma que parezca natural, en una empresa. El mensaje que se está introduciendo por todas partes es este"

—Después de felicitarle por su ensayo,me gustaría empezar preguntándole
por sus motivaciones. ¿Por qué ha escrito El aula desierta? ¿Desierta de qué? ¿No hay superpoblación en las aulas de la enseñanza secundaria?

—Hace diez o doce años que comencé a observar y reflexionar sobre el fenómeno de la educación; me llamó la atención la problemática que se desencadenó justo en el momento en que se amplió la edad de enseñanza obligatoria hasta los 16 años. ¿Por qué se disparaban todas las alertas precisamente cuando se ponía en marcha un bien social indiscutible? Lo cierto es que comenzaron a incorporarse a la enseñanza secundaria alumnos desmotivados, portadores de múltiples problemáticas que hacían estallar en el aula, poniendo de relieve el desastre social que alimentaba su imaginación.

Inmersa en este contexto, me dispuse a observar: el comportamiento díscolo de unos pocos alumnos, pero que llenan mucho; el malestar de los profesores, que no sólo vieron su trabajo enormemente complicado por esta nueva circunstancia sino que además fueron acusados e insultados públicamente
por las instancias educativas (expertos y políticos); y la nueva disposición del conocimiento y el aprendizaje reducidos a la verdad del constructivismo. Me interesó muchísimo investigar qué estaba pasando.

Respecto a la segunda parte de la pregunta, le diré que entendí el desierto como la metáfora del vacío y la deserción. Quizás es una imagen excesiva, pero sí que encaja con la desesperanza de los profesores y la actitud de rechazo de muchos alumnos que llevan a la escuela su propia desesperación, estampándola contra los cristales y las fachadas. Tierra baldía es la difícil realidad que viven niños y jóvenes fuera de la escuela y cada mañana traen en su mochila un puñadito para que la veamos un poco. El desierto simboliza también la deserción por parte de todos: profesores, padres, alumnos, políticos, medios; pero incluye también la posibilidad del oasis, el instituto podría
ser en realidad un pequeño oasis y es esto lo que a nadie parece interesar.

El subtítulo de su libro es “La experiencia educativa en el contexto de la economía global”. ¿Cuáles son las características básicas de ese contexto económico que inciden directamente en el hecho educativo?

—Las condiciones del neoliberalismo han marcado el hecho educativo desde la gestión hasta los contenidos. La aplicación de los conceptos y prácticas de la empresa al ámbito de la educación se puede observar a simple vista: escuela competitiva, oferta flexible; educación centrada en el individuo al margen
del contexto social, etc. Creo que los diversos aspectos, que voy haciendo aparecer en el libro, se pueden resumir en dos: 1) La educación pública es vista como un enorme campo de negocio, que hasta ahora ha quedado blindado de la intromisión del capital y la publicidad. 2) La edad comprendida entre 12 y 18 años, en el caso de los institutos, o antes, si pensamos también
en las escuelas, es un mercado potencial enorme, todavía sin explotar.

Ambas cosas significan la intromisión del capital privado en el mundo escolar, con el consiguiente efecto de supeditación a las normas impuestas por el mercado y desencadenando una desigualdad inmediata entre los centros.

—¿Podría darnos un ejemplo de supeditación de la escuela a las
normas impuestas por el mercado?

—Desde el momento en que los centros públicos puedan gestionar los recursos y buscar las fuentes de ingresos, es evidente que se verán sometidos a la negociación con las empresas. He oído muchas veces decir a los directores que ya les gustaría tener esa capacidad de decisión, pero creo que no se dan mucha cuenta de lo que supone, de las concesiones a que se pueden ver obligados.

Si su ensayo pudiera tener otro subtítulo acaso hubiera podido titularse
“Contra el constructivismo”. ¿Cuáles son sus principales críticas a esta teoría pedagógica?

—El constructivismo es una teoría psicopedagógica sobre el aprendizaje que se ha querido revestir de verdad científica: “es como los niños aprenden realmente”, dicen los constructivistas. Ciertamente es una teoría útil para pensar el proceso de asimilación de conocimiento, incluso es una forma razonable de explicar el modo como encajamos la información, construyendo esquemas y estructuras en nuestra mente. Pero al definirse como verdad aideológica, al reducir todo el saber a la forma constructivista y al reconvertir todos los conocimientos en “contenidos altamente estructurados”, se
convierte de inmediato en una opción ideológica que, por su aspiración a la objetividad, oculta, precisamente, su carácter regulador.

Desde mi punto de vista, los aspectos más cuestionables podrían resumirse en los siguientes: 1) El hecho de que la mente construye los conocimientos, lo cual es sólo una forma de hablar de algo tan oscuro como el aprendizaje, no significa que los conocimientos haya que imponerlos ya construidos, encapsulados en formatos, pues se pierde el carácter heterogéneo y
múltiple de los conocimientos y elimina la tarea del profesor. 2) Las técnicas constructivistas, muy ligadas a la informática, persiguen los resultados y llevan al usuario hacia él, lo cual es muy discutible en el aprendizaje. 3) El constructivismo centró su estudio en la actividad mental y el desarrollo del niño, como si éste viviera aislado de un contexto social y afectivo. Cuando sabemos
muy bien, hay estudios serios que así lo afirman, que el contexto familiar, cultural y económico social del niño condiciona hasta el 85% su éxito escolar.

—Sorprende que en algunos pasajes de su libro haga comentarios críticos sobre el constructivismo destacando su adaptabilidad al neoliberalismo. ¿No hace usted una lectura excesivamente política de una teoría que, en definitiva, es una conjetura pedagógica que presenta algunas aristas razonables?

—Como “conjetura pedagógica” me parece que tiene aciertos importantes pero, precisamente, se invalida a sí misma al querer presentarse como verdad objetiva. Por lo que respecta a si hago una lectura excesivamente política, le diré que cualquier opción pedagógica está atravesada por la política y que la primera ambición de la política ha sido siempre introducirse en el
ámbito educativo; si esto lo aplicamos al constructivismo, que se ha querido definir como aideológico al mismo tiempo que ha sido utilizado
de forma generalizada por el neoliberalismo, independientemente del país y la
tradición pedagógica en que se desarrollara, creo que tal vez haya que matizar
que responde a los objetivos de esa política económica. Abrir la escuela a la competitividad, dicen nuestros políticos, para lograr el éxito escolar, como si esto no tuviera nada que ver con las condiciones económicas y sociales en que se desarrolla el niño. El constructivismo se ajusta perfectamente a este principio neoliberal.

Señala usted que el objetivo de su libro es desvelar cuáles son los valores y estrategias que gobiernan la escuela, ocultados bajo discursos sin duda bienintencionados. ¿Qué estrategias son esas, qué valores permanecen ocultos?

—El discurso pedagógico que fundamenta la Ley de Educación, desde la LOGSE hasta la LOE, dice buscar la igualdad de oportunidades, la integración y la inclusión, despertar la creatividad y el espíritu crítico, todos estos son valores positivos, que todos defendemos, y llenan el discurso pedagógico. Sin embargo, el discurso real y verdadero de las instituciones mantiene la desigualdad y la explotación, reprime la libre expresión y la creatividad
y es acorde con todo el sistema de producción que impide lograr sus buenas intenciones. En mi libro he tratado de dar a ver, desde ángulos diversos, este doble discurso.

Cuando habla usted de instituciones se refiere, supongo, a ministerios o conselleries gubernamentales, aunque tal vez no sólo a ese tipo de instituciones. ¿Podría aclararnos este punto? Por lo demás, ¿podría ilustrar su afirmación de que el discurso real y verdadero de las instituciones mantiene la desigualdad y la explotación?

—Me refiero en general al discurso ideológico; por un lado manifiesta sus buenas intenciones y, por otro, lleva a cabo políticas que favorecen a sectores muy concretos. Hay ejemplos múltiples, pero si nos centramos en el campo de la educación, cuando se habla de igualdad de oportunidades y luego
se inyecta dinero público en los centros privados, se está llevando a cabo un discurso, por un lado, y unas actuaciones muy concretas, por otro, que, en último término, favorecen la desigualdad. Es realmente curioso, por ejemplo, el último concierto del bachillerato que acaban de anunciar. Los políticos añaden: “así se acabará con la doble red: pública y concertada”. ¿Cómo se puede decir que el concierto de la privada es para acabar con la doble red, si ese es precisamente su origen? El discurso político es realmente demagógico, pero está alcanzando unos niveles de cinismo preocupantes, ya no podemos estar seguros de nada.

Cita usted con gusto a R.Vaneigem: la racionalidad económica impone la clasificación y estratificación del alumno cuya educación no tiene nada que ver con la formación de su personalidad sino con el papel económico y social que tiene reservado. ¿Cómo consigue ese resultado la racionalidad económica
imperante? ¿Qué papel juega el profesorado en esa trama?

—Simplemente aplicando a la escuela el mismo criterio de racionalidad económica que caracteriza al capitalismo: la flexibilidad. Se produce una desigualdad en la formación ajustada a las desigualdades creadas por el propio sistema económico, desde el momento en que, en nuestro país, y especialmente en Cataluña, hay tres vías de educación: pública, concertada y privada. La situación actual ya es propicia a esta desigualdad, y resulta especialmente injusto cuando hablamos de la doble vía pública / concertada, ambas sufragadas con fondos públicos pero cuyos alumnos están claramente seleccionados. Ahora bien, el problema se incrementará con la nueva ley (LEC) que prevé, cuando menos, que la financiación se produzca desde la autonomía de los centros, dando un papel fuerte a la figura del director.

Ante este aluvión de propuestas novedosas y poco claras, difíciles de imaginar y comprender si no estás muy atento, el profesorado tengo la impresión de que está un poco desorientado, y sus quejas van en dirección equivocada, siendo aprovechadas por los políticos. Por ejemplo, recuerdo que estuve en un congreso de directores y se decía que ante determinadas acciones de los alumnos el director no tiene capacidad para hacer nada. Me extrañó mucho que toda la queja se centrara en esta impotencia, pero he visto repetidamente este extraño argumento que clama por una dirección fuerte y con poder de decisión. La ley responde entonces a este clamor, pero todo ello es, bajo mi punto de vista, una trampa, que tiene el objetivo de acabar, en primer término, con el carácter asambleario de los institutos públicos.

Sabemos que los profesores de la enseñanza pública son seleccionados, tienen una larga experiencia y no están explota dos, a diferencia de los que trabajan en la enseñanza privada, pero su labor, por muy buena que sea, no tiene prestigio, no cuenta a la hora de tomar la decisión de llevar a un hijo al instituto.

Ya que ha sacado a colación la nueva Ley de Educación catalana y aunque me imagino su respuesta ¿podría hacer una valoración sucinta de esta nueva normativa? ¿Por qué ha conseguido un consenso tan amplio que incluye a CiU y la protesta estrictamente lingüística del PP y Ciutadans?

—Creo que la LEC viene a poner en marcha, de una forma decidida, la introducción del ámbito educativo en el circuito del mundo empresarial. Convertir la escuela en una empresa, como critica Christian Laval, y dotarla de todos los parámetros que le son propios. La autonomía de los centros, las direcciones con capacidad de decisión y todas las disposiciones que vienen a alimentar ambos principios, disponen el espacio escolar a la manera de un medio de producción, con objetivos, resultados etc. algo que, si se aplica a la educación, tiene efectos realmente distorsionadores.

Destaca usted la formación de la personalidad del estudiantado como una de las grandes finalidades de la educación. ¿Cómo debería la escuela ayudar a generar esa personalidad?

—La educación ha tenido siempre el objetivo de modelar la personalidad
intelectual y emocional de los niños y jóvenes. El actual sistema utiliza también principios activos que se instalan en la piel del niño a través de las normas y métodos de enseñanza. Podríamos decir que siempre adecuamos la mente de
nuestros menores con el trato que les damos, las frases que utilizamos para dirigirnos a ellos, lo que les decimos y el modo en que lo hacemos, y esto ocurre de una manera muy sutil, en cada momento de sus vidas. Este hecho, por otra parte inevitable, ha de ser tenido muy en cuenta, porque determinadas actitudes pueden marcar de forma indeleble la personalidad. Yo diría que hay que ofrecer a la siguiente generación lo que sabemos, transmitirles nuestros conocimientos y habilidades, con la mayor amabilidad posible, evitando a toda costa actitudes represoras e intransigentes, para que se aprenda el placer del aprendizaje y los conocimientos, el gusto por la atmósfera agradable y no el
modelo disciplinar. Si pretendes que los jóvenes aprendan la responsabilidad, el respeto y el trabajo bien hecho, no puedes más que hacerlo tú y esperar que te sigan, jamás crear la obligación, en todo caso el compromiso.

—¿Cree usted que el profesorado está a la altura de las nada fáciles circunstancias actuales? ¿Por qué en ocasiones traza en su ensayo una línea de demarcación entre maestros y profesores de secundaria?

—Tengo la impresión de que el profesorado está muy desconcertado; creo que realmente todo se mantiene gracias a ellos, la mayoría trabajan muy bien, porque gozan de la ventaja de dedicarse cada uno a lo que les gusta, desde las ciencias naturales y la música a la filosofía o el deporte, y en realidad disfrutan con lo que hacen porque hasta cierto punto son los trabajadores con más libertad, con horas para profundizar en lo que les interesa. Pero están enormemente desprestigiados y a ellos mismos les cuesta creer en el interés y la importancia de su trabajo porqueel propósito es desvalorizarlo, son demasiado libres para que resulten eficaces a determinados poderes, el objetivo es que desaparezcan como tales, borrarlos, difuminarlos, convertirles en educadores, y esto significa vigilantes que hagan cumplir normas y que cumplan estrictamente los programas prefijados. Los profesores no pueden dejarse engañar por toda esta mala fe, yo he escrito este libro para hacerles notar ciertas cosas. Son muchos y quizás ésta era la única manera de aniquilar la enorme fuerza que poseen.

La diferencia entre maestros y profesores yo no la marco como tal. En el texto me refiero normalmente a los profesores, que conozco mejor. Sólo a veces hablo de los maestros para hablar de forma más general; creo que tal vez los maestros conocen mejor su papel y están un poco más seguros de sí mismos.

—¿Cree usted que la enseñanza secundaria en España era mejor en los años ochenta y que todos sus problemas han irrumpido con la LOGSE y leyes afines y la ampliación de estudios obligatorios hasta los 16 años?

—En España hubo un momento explosivo en educación. Se crearon muchos centros de enseñanza pública al inicio de la democracia; coincidiendo con las expectativas de libertad política y de expresión se fraguó una situación social muy vital y participativa. Los institutos jugaron un papel importante
en este momento como espacios de dinamización cultural.
Creo que la LOGSE vino realmente a detener esta fiesta del conocimiento, el auge y crecimiento de los institutos públicos, que gozaban de un prestigio muy superior a la enseñanza privada; creo que deliberadamente se truncó un camino de educación emancipatoria que no era acorde con los planes de la nueva economía; creo que se hizo lo posible por desvirtuar la educación pública y para ello sólo hicieron falta unas pocas medidas: subvencionar la concertada y propiciar una selección, desprestigiar la pública a través de los medios y borrar el papel del profesor.

Deliberadamente dice usted. Está señalando, por tanto, que desde ministerios y consejeros del PSOE, bajo cuyos gobiernos se aprobó la ley, se planificó cómo acabar con esa fiesta de conocimiento que usted describe y cómo hacer más funcional el sistema educativo al sistema. ¿Es eso?

—Fue en ese momento cuando comenzaron a establecerse los conciertos masivos de los centros privados. Creo que deliberadamente se llevaron a cabo medidas favorables a establecer la famosa doble red. Si en aquel momento se hubiera hecho el esfuerzo defender y promocionar la enseñanza pública, los centros privados hubieran cerrado sus puertas sin más. La concertación y una buena campaña de desprestigio de la pública, encaminó a la gente, por sí sola, a las puertas de los centros concertados.

—¿Fracasó la LOGSE, como suele afirmarse, por la escasa participación
y formación del profesorado?

—¿Qué significa que fracasó la LOGSE? Lo que fracasó es la posibilidad
de una educación pública generalizada, capaz de ofrecer a los jóvenes espacios de conocimiento y libertad para poder crecer. Creo más bien que se habla de fracaso de la LOGSE con el objetivo de profundizar más en el proceso de convertir la escuela en una empresa.

Ciertamente, el profesorado no ha colaborado en esta farsa y ha tenido que pagar con su desprestigio esta falta de participación. Lo que ocurre es que no ha sabido ver qué estaba pasando y a menudo se queja de los alumnos, cuando ellos no son el problema.

El tema de la formación es interesante, porque ha sido también un caballo de batalla. Los profesores estaban muy bien formados para su trabajo, pero ha cambiado el enfoque, la educación para todos, y esto requiere otra perspectiva de las cosas.

Las autoridades no se molestaron en explicar esto, sino más bien en recriminarles que “hay que cambiar la tripulación del barco de la enseñanza secundaria”. Todo ello sin una voluntad económica que pusiera en marcha todos los medios necesarios a los cambios. El tema de la formación está ahí como para justificar que el fallo de toda la reforma, tan bien pensada desde los
despachos, es responsabilidad de los profesores, que no han querido cumplir bien con todo lo que se les había ordenado.

—Inicia usted El aula desierta con una cita de Hamlet. “Los tiempos están confusos. Oh, maldita desgracia, que haya nacido yo para ponerles en orden”. ¿Qué orden impondría usted a estos tiempos confusos si estuviera en sus manos?

—Escogí esta cita como una invitación a todas las personas a que traten de explicar lo que saben, su experiencia directa en cualquier ámbito. Cualquier persona puede adoptar el papel de poner un poco de orden en su pequeño hábitat. Hamlet somos todos. Supone también la idea de que los tiempos siempre son confusos, en cualquier momento de la historia; aunque unos
son más caóticos que otros, a cada generación le corresponde cuestionar su tiempo y verlo confuso desde la objetividad que ofrece cualquier situación para quienes acaban de llegar, para el nuevo que se presenta; cada generación tiene también la obligación de cambiar las cosas de sitio, crear nuevas disposiciones, aquellas que les parezcan más adecuadas, para dar curso histórico a sus ideas y aspiraciones.

—¿Qué papel cree usted que deberían jugar los padres,madres y tutores en la enseñanza secundaria? ¿Es bueno que hayan puesto sus pies y reflexiones en los centros de enseñanza o les mueve una finalidad protectora que, en última instancia, perjudica a sus hijos e hijas?

—Me parece saludable que los padres se interesen y se involucren en la educación,realmente es imprescindible que estén detrás de sus hijos, que
les apoyen y que haya una buena comunicación. Se pueden hacer muchas cosas, corregir y solucionar pequeños problemas para que no vayan a más. También es muy positivo que participen en la vida de los institutos, algo que hacen bastante poco. No hay que entenderlo como sobreprotección sino
como interés. El problema se produce, precisamente, cuando los padres aparecen en los centros sólo para denunciar, para exigir, para ejercer algún tipo de presión o amenaza, cosa que ocurre con cierta frecuencia; normalmente son padres que no sobreprotegen a sus hijos sino al contrario, los tienen realmente abandonados y exhiben esta actitud dispuesta a la denuncia
para tapar su abandono o, también, porque esa es la única manera que saben actuar para superar su enorme inseguridad, un no saber hacer, que primero lo ejercen con sus hijos y después con los maestros.

Apunta usted que incluso en las fotografías de los periódicos los institutos parecen cárceles siniestras por donde circulan jóvenes encapuchados
y con cabezas rapadas. ¿Qué papel juegan los medios en esa degradación de las instituciones educativas preuniversitarias?

—No sé muy bien si hay voluntad o no por su parte, porque hoy en día los medios transmiten informaciones de agencia, pero lo cierto es que la imagen que transmiten de los institutos públicos es realmente siniestra y muy penosa para quienes trabajamos en los centros. Guardo estos recortes de periódico que cito en el libro y resultan bastante inhóspitos. La idea que yo propongo es de que hay una intención de presentar una imagen degradada de los centros públicos, en el seno del desprestigio general hacia toda la educación pública
que, naturalmente, favorece a la privada. Todo lo peor ocurre siempre en los institutos y ciertamente tales noticias desvían la mirada de los padres hacia la concertada.

El señor Montilla, el president de la Generalitat de Catalunya,
lleva a sus hijos al colegio alemán. La clase media, en una parte
no marginal, parece que ha abandonado la escuela pública. ¿Por
qué? ¿Qué buscan en instituciones como los jesuitas, colegios del
Opus o en las escuelas de Esclavas de María?


—Tengo la impresión de que pretenden aislar a sus hijos de situaciones conflictivas y de relaciones que pueden disturbar la evolución escolar. En los institutos se forman guetos, alumnos más difíciles unidos a la inmigración, de ellos se separan acudiendo a centros concertados, la mayoría religiosos. Yo no conozco la situación actual, pero los alumnos que han cursado la ESO en colegios religiosos, al llegar al instituto dicen notar una gran diferencia, se respira más libertad dentro de que hay normas muy claras, pero
nadie les interpela por su manera de vestir o por su imagen,
por ejemplo.

Si me permite que le señale una posible aporía, quizá su labor de profesora refute en parte su teorización como escritora, como investigadora.Después de leerla, uno piensa que no es fácil conseguir grandes éxitos educativos actualmente, sin embargo usted misma los ha conseguido. Basta mirar las fotografías que acompañan su libro. ¿De dónde han surgido? ¿Cómo lo ha conseguido? ¿Es usted una profesora mágica, acaso una heroína? ¿Son estas actitudes las que exigen nuestra época?

—Mi objetivo como investigadora es poner de manifiesto mi observación sobre este fenómeno, he tratado de estudiar las causas de una situación que a todos nos parece mejorable y analizar los elementos que juegan un papel en un conjunto de malentendidos. Pero yo no creo que la educación funcione tan mal que no puedan conseguirse éxitos, creo más bien que hay una voluntad de deteriorar el espacio educativo tal y como lo hemos conocido en los centros públicos durante los últimos 30 años, con la finalidad de dar un golpe de timón.
Precisamente lo que he querido mostrar con mi aula de filosofía es que se pueden hacer muchas cosas en el entorno educativo actual, aun con todos los problemas, lo que se quiere negar. Hay que crear espacios en los que los jóvenes se puedan expresar libremente, disponer entornos que favorezcan
la creatividad y, por parte de los adultos, propiciar estas situaciones;
sin duda cuando el profesor tiene la voluntad de poner en marcha proyectos, los alumnos le siguen con asombrosa facilidad. El problema es que no se ha diseñado un marco teórico para este tipo de prácticas, porque quienes las llevan a cabo son los propios profesores y a ellos nunca se les ha dejado hablar.

Concreto algo más: en uno de los capítulos habla usted del aula de filosofía que albergó durante cuatro cursos el IES Mediterrània del Masnou, instituto del que creo que usted ahora es directora. Escribe usted que la experiencia intentaba crear un espacio de reflexión cultural. ¿Sigue en pie ese espacio? ¿Qué pretendía con la creación de ese espacio de reflexión?

—Durante cuatro años pedí que me asignaran la misma aula para ocuparla con
todos los grupos a mi cargo. Animaba a los alumnos a que aportaran trabajos propios, recortes de prensa, informaciones de internet; les invitaba a que
relacionaran elementos culturales diversos, que los pusieran en juego, que trataran de visualizar ideas o escribir sobre cosas que les interesaran. Quise crear ese espacio con el objetivo de despertar en ellos el interés por la cultura, la proximidad hacia las creaciones de grandes o menores autores, impulsar el análisis crítico y la conciencia de que ellos forman parte de ese gran relato, que pueden tomar posesión de él y crear a su vez. El interés de los alumnos era enorme y participaban aportando materiales muy diversos.

Tras estos cuatro años no pude continuar, el director me dijo que no me podía seguir asignando el aula. Actualmente soy directora y no puedo ocuparme de un aula propia, hay que estar bastante encima para que funcione bien, hay que cuidarla, es importante que esté bonita y no se deteriore. Como directora sí que me ha interesado impulsar experiencias de este tipo a nivel del instituto: actividades culturales y científicas, conferencias, la Semana de las Artes... Tal vez cuando ya no sea directora volveré a inventar otras prácticas educativas.

Para finalizar, ¿cree usted que la actual crisis económica, social y cultural afectará negativamente a la escuela pública?

—Tengo la impresión de que esta crisis va a venir muy bien como excusa para comenzar a privatizar la educación pública a pasos agigantados y convertirla, de forma que parezca natural, en una empresa. El mensaje que se está introduciendo por todas partes es este. A los directores les hacen sentir lo bien que podrían trabajar si tuvieran capacidad para decidir sobre el profesorado, sobre los recursos y sobre el tratamiento del alumnado. A los profesores les introducen en una práctica educativa sobre cómo conseguir que los alumnos adquieran competencias (no conocimientos), es decir, que sean “competentes”. Sobre estos dos ejes se fundamenta la nueva ley y la crisis es la coartada perfecta para aplicar rápidamente muchos de los términos ■

domingo, 22 de noviembre de 2009

Avanzar en el control financiero: La supresión de los paraísos fiscales


Conferencia pronunciada por Juan Hernández Vigueras el 14 octubre 2009 en el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona dentro en el ciclo organizado por la Fundación Alfonso Comín bajo el lema “¿Es posible el cambio de sistema económico?”


Para entrar directamente en el tema que nos convoca hoy, empezaré diciendo que en cierta medida las tres cumbres del G-20 han planteado el tema de la necesidad de regulación de los mercados financieros mundiales, reconociendo así el problema de la desregulación imperante en este campo, sin haberlo resuelto hasta la fecha. Pero, sobre todo, han actualizado entre los ciudadanos el asunto de los paraísos fiscales aunque no lo hayan resuelto, contrariamente a lo que nos cuenta la prensa.

Antes y después de la segunda cumbre de abril último en Londres, nuestros gobernantes hablaron de suprimirlos, quizás porque era una manera de llegar a los electorados ante el desconcierto general frente a la prolongación y profundidad de la crisis financiera global y a los problemas económicos derivados. Ahora, desde hace meses, la atención de los gobiernos sigue centrada en resolución de los graves efectos económicos de la crisis del sistema financiero en los países y los problemas que siguen sin resolverse, desde la escasez del crédito a las empresas y a los consumidores hasta el grave nivel de paro.

Y tras el reciente fracaso de la cumbre en Pittsburgh, podemos prever que vamos a estar largo tiempo hablando de la crisis. PORQUE LOS GOBIERNOS DEL G-20 NO HAN TOCADO LAS CAUSAS DE FONDO QUE PROVOCARON LA CRISIS DEL SISTEMA FINANCIERO GLOBALIZADO, entre las cuales se encuentran la opacidad representada por los llamados PARAÍSOS FISCALES, verdaderas ZONAS SIN LEY para la banca y el dinero sucio.

LA OPACIDAD DEL MUNDO FINANCIERO

Antes de nada, tengo que anticipar que para entender el asunto de los paraísos fiscales, tenemos que situarlo en el marco de la globalización financiera y analizar someramente las TRES características básicas de los mercados financieros, origen de la crisis, como son la desregulación, la globalidad y la opacidad.

Primera. LA DESREGULACIÓN o CARENCIA DE NORMAS ESTATALES O INTERNACIONALES, es decir, EL DESCONTROL DE LA BANCA GLOBAL, que carece de supervisión de alguna autoridad pública sobre sus operaciones internacionales. Uno de los logros de la llamada revolución conservadora que se introdujo silenciosamente junto con las privatizaciones durante los años ochenta y se consolidó en los noventa.

Segunda. LA GLOBALIDAD de los mercados financieros, del crédito, de los seguros, de los valores, que DERIVA DE LA LIBERTAD ABSOLUTA DE LOS MOVIMIENTOS INTERNACIONALES DE CAPITALES.

Tercera. Sumadas las dos anteriores generan la OPACIDAD, o la falta de transparencia de los mercados financieros, como se dice en el lenguaje políticamente correcto. Es la causa profunda de la crisis, que otorga una ventaja competitiva a los centros financieros para no residentes u offshore, conocidos como paraísos fiscales.

Lo que ofrecen y venden en los mercados, los países y territorios considerados paraísos fiscales, es que sitúan al negocio bancario y financiero fuera del control de las autoridades de los demás países y de los organismos internacionales, precisamente por esa opacidad. Es su ventaja competitiva que acentúa el descontrol del mundo financiero, donde impera el laissez faire más absoluto, la doctrina del fundamentalismo del mercado que dice el Premio Nobel Joseph Stiglitz, con las consecuencias que estamos viviendo.

Y para muchos críticos está claro que una consecuencia fundamental de esa doctrina política del predominio del mercado sobre el Estado ha sido la crisis financiera con los tremendos efectos sobre las economías que padece medio mundo. Una crisis que nadie nos anunció ni predijo. Ni los expertos ortodoxos, ni las organizaciones internacionales ni los gobiernos ni los Bancos centrales.

En un libro reciente, nada crítico con el sistema, de la especialista en mercados del periódico Financial Times, Gillian Tett, se aportan datos muy significativos sobre cómo se gestó la crisis en Wall Street. Entre otros, se recogen declaraciones solemnes con unos pronósticos muy optimistas sobre la economía estadounidense, que hacía meses antes de estallar la crisis, un personaje ahora muy conocido, Ben Bernanke, que era entonces Presidente de consejo de expertos de la presidencia de EEUU. Y que luego, como gobernador de la Reserva Federal, el Banco central estadounidense, sería coautor de la guía política para la salvación del sistema financiero global y el mantenimiento de la libertad plena de los mercados que ahora se mantiene gracias al dinero de los contribuyentes, aunque dicen que ya se ha superado.

Otro ejemplo que recoge esta periodista económica se refiere a una reunión de alcance mundial que tuvo lugar aquí en Barcelona. Y que revela que tampoco se vio venir la crisis dentro del propio mundo de la banca y de los operadores financieros representado por la organización europea de titulización, The European Securitisation Forum.

En junio 2007 tuvo lugar en Barcelona la reunión anual de esta asociación que congregó a más de 5000 participantes de todo el mundo: expertos, banqueros y negociantes de un sector de las finanzas muy especulativo, que se engloba bajo el término titulización. Su lema era “la titulización respaldada por activos globales” Explicado brevemente, la TITULIZACIÓN es el arte bancario desarrollado en estos últimos tiempos de convertir los créditos concedidos, las deudas de sus clientes en activos financieros, en valores negociables. El ejemplo de titulización ahora más conocido, es la conversión de los créditos hipotecarios sin garantías, las famosas subprimes, en complejos productos financieros estadounidenses con los que especulaba la gran banca y que aún se guardan en algunas carteras bancarias, sin que se sepa cuanto valen porque ya no se venden ni se compran.

La clausura de esa reunión se produjo el día 11 junio de 2007 en un ambiente de euforia y de optimismo, porque todavía se vivía en medio de la abundancia del crédito y del dinero barato para la especulación.

Sin embargo, al día siguiente de esa clausura se abría ya la crisis financiera con la quiebra de uno de los dos fondos de alto riesgo (hedge funds) que el banco de inversiones Bear Stearns, entonces el quinto del mundo, disponía en las islas Caimán, que eran dos sociedades de buzón de correos; y mediante esos fondos de inversiones obtenía préstamos apalancados, con enormes préstamos sin apenas disponer de dinero propio, que se empleaba para especular con los valores subprimes. Y como sabemos, tras el fracaso del negocio, para evitar su quiebra fue luego el primer rescate bancario del gobierno Bush en marzo 2008.

En la crónica del evento de Barcelona, que tuvo lugar justo antes de que estallara la CRISIS, se evidencia que los propios protagonistas del negocio financiero no la vieron venir. Y asimismo se revela el altísimo grado alcanzado por la opacidad financiera, que juega como una baza de los operadores en el casino financiero mundial. Y para ver que se trata de un casino basta prestar atención al propio lenguaje y a la terminología que emplean los anglófonos.

Y es sabido que ese funcionamiento opaco ha permitido la libre “fabricación” de productos complejos e incomprensibles para los propios gestores, como han confesado los directivos del Citibank, a pesar de que eran refugio de gran parte del ahorro mundial además de ser objeto de especulación. Esta opacidad de los mercados financieros tiene, pues, unas causas concretas y concede una ventaja a los paraísos fiscales a nivel mundial. Las causas son las propias características de los mercados financieros que hemos apuntado, la misma globalización que tiene como ejemplos la quiebra de Lehman Brothers y el rescate del conglomerado asegurador de AIG; y la deficiente regulación y supervisión estatal de bancos y operadores financieros como ejemplifica la Unión Europea que carece de supervisor comunitario para las transacciones internacionales. La consecuencia es la opacidad de los centros financieros offshore, extraterritoriales o para no residentes, representados por el secreto bancario de Suiza y de la isla Caimán que les otorga una gran ventaja para competir en los mercados mundiales del dinero.

Y ese oscurantismo de los centros offshore, de los llamados paraísos fiscales les ha llevado a desempeñar un papel clave en la crisis financiera. Un papel que la mayoría de los medios de comunicación nos han ocultado y que está en el origen de los problemas económicos que padece Europa y el resto del mundo. A esa conclusión llegamos al analizar las operativas reveladas por las amenazas de quiebras que generaron rescates bancarios llevados a cabo por los gobiernos en los EEUU, en el Reino Unido y en Europa. Un funcionamiento generalizado que se ha denominado

EL SISTEMA BANCARIO EN LA SOMBRA

Veamos el caso significativo del Banco británico Northern Rock, de cuya operativa tenemos muchos detalles gracias a los debates en el Parlamento británico sobre su “nacionalización”, un rescate resuelto a costa del contribuyente británico.

Todos recordamos las colas de los ahorradores asustados ante las sucursales de ese Banco, a comienzos de 2008. Al fracasar el negocio que tenía montado con valores respaldados por las hipotecas subprimes, sin garantías, para no declararse en quiebra tuvo que obtener préstamos en dinero público. Y en febrero de 2008, el gobierno británico decidió su “nacionalización”, incluida su filial en el paraíso fiscal de la isla de Guernesey, en el Canal. Pues bien, el debate parlamentario en el que se aprobó esa nacionalización, que daba la propiedad de la mayoría de las acciones al gobierno sin intervenir en la gestión, pudo conocerse el trasfondo del negocio bancario que dependía de la especulación financiera. Y tuvieron que decidir que se hacía con los 50,000 millones de libras en bonos emitidos por una entidad denominada Granite, domiciliada en la Isla de Jersey; porque sus bonos habían sido respaldados por el Banco aunque no era formalmente el propietario de esa entidad, que era una fundación registrada en ese mismo paraíso fiscal. Y que cuando llegaron los periodistas a Jersey buscando el domicilio, se encontraron que era un simple buzón de correos y no tenía ni un solo empleado. Los parlamentarios no se pusieron de acuerdo sobre si el Banco era o no el propietario legal, pero el gobierno decidió afrontar el pago de los intereses y reembolsar el capital de esos bonos con dinero de los contribuyentes británicos.

Actualmente los grandes grupos de comunicación intentan que nos olvidemos, pero tenemos que recordar que a finales de 2007 y en la primavera de 2008, además de la serie de bancos estadounidenses que recibieron cuantiosas ayudas públicas, hubo varios bancos públicos regionales en Alemania que estuvieron al borde de la quiebra y fueron rescatados con dinero de los contribuyentes. Y muchos otros grandes bancos del Eurogrupo, como los del Benelux, Fortis y Dexia, y los bancos irlandeses. Todos ellos afectados por la crisis de las subprimes y la subsiguiente restricción del crédito que desencadenó unas amenazas de quiebras en los bancos que más se habían arriesgado y que los gobiernos resolvieron con dinero público para salvar el sistema. Y así se produjeron una serie de rescates bancarios en Alemania y algunos otros países del Eurogrupo, que al igual que en los casos de la City, revelaron el importante papel jugado por los mecanismos de los paraísos fiscales, aunque se les ha mantenido funcionando por los propios gobiernos. Y que fueron revelando la existencia de una banca en la sombra apoyada en paraísos fiscales.

En Mayo 2008, en una reunión de gobernadores de bancos centrales, el subdirector del Banco Internacional de Basilea presentaba un informe denunciando la existencia de una “Banca en la sombra“, descontrolada, que había impedido a los bancos centrales controlar la solvencia de los bancos y, por tanto, evitar la crisis. Y otros analistas críticos anglófonos han corroborado este descontrol que han denominado con la expresión de “SHADOW BANKING SYSTEM”, con la cual se que identifica a una banca paralela, oculta, basada en los centros offshore o paraísos fiscales, que aún sigue todavía funcionando.


Las raíces de estos tinglados están en la transformación producida en los mismos bancos durante las dos últimas décadas, que pasaron de ser instituciones para el depósito del ahorro de los ciudadanos, a convertirse en operadores de los mercados financieros, donde recaudan fondos mediante emisiones de bonos y títulos bursátiles y obtienen préstamos desorbitados, el llamado apalancamiento; y asimismo negocian con sus pasivo, con las deudas de las cuales son acreedores, vendiendo los créditos concedidos convertidos en valores. El máximo beneficio se logra con la máxima opacidad frente a las autoridades, burlando la escasa legislación en vigor y diseminando los riesgos.

Las funciones de esta banca en la sombra se resumen en tres rasgos:

1.- Logran la máxima opacidad para las entidades gestoras con nombres enigmáticos (SPV, SIV, conduits, hedge funds, etc.) domiciliadas en paraísos fiscales pero dependientes de los grandes grupos bancarios y para sus productos complejos resultado de la innovación financiera descontrolada.

2.- Escapan de la supervisión de los Bancos Centrales, porque esas entidades opacas consiguen desvincular la propiedad de esos activos financieros de la banca matriz, apoyadas en los resquicio de una regulación deficiente y la benevolencia intencionada de los supervisores impregnados de la doctrina neoliberal.

3.- Diseminan los riesgos de pérdidas en el negocio por todo el sistema financiero mundial. Y esta dispersión mundial de los riesgos del negocio financiero ha sido posible porque la red mundial de los centros offshore contribuye decisivamente a ocultar los flujos de dinero que se encadenan gracias a los sistemas telemáticos y electrónicos desde hace años.

Veamos el caso de Vanuatu que sigue estando catalogada como paraíso fiscal por la OCDE desde el año 2000. La República de Vanuatu, las antiguas Nuevas Hébridas, es un archipiélago en el corazón del mar de Coral al Sur del Pacífico. En su promoción del centro offshore en su sitio web sintetizaba en inglés las ventajas de su situación geográfica para realizar transacciones en tiempo real entre los mercados financieros mundiales, porque el centro offshore se solapa con media hora con Nueva York y tres horas con Singapur y Hong Kong y empalma con Londres. En esa web se podía leer en 2005 lo siguiente:

“Vanuatu está situada en un huso horario singularmente ventajoso por su localización como centro financiero, cuyo día comercial estándar comienza a las 7:30 a.m. igual que en la capital Port Vila. Esto supone unos treinta minutos de solape con Nueva York, de modo que al cierre de los mercados neoyorquinos se dispone (de sus cotizaciones) en Port Vila a primeras horas de la jornada laboral.


Además, como el horario local de oficina va tres horas por delante de Singapur y de Hong Kong, Vanuatu cubre una posición importante entre los mercados mundiales. Las operaciones financieras, que puedan negociarse en Singapur y Hong Kong durante el día, pueden domiciliarse en Vanuatu en tiempo real. Port Vila permanece abierto hasta que abren Londres y los mercados europeos, completándose de este modo el tiempo-puente desde Nueva York hasta Londres.”

He ahí expuesta con total claridad la realidad de la globalización de los mercados financieros y la interconexión de los centros financieros offshore con sus características propias, como redes que circundan el planeta. Es su dimensión financiera al amparo de la desregulación de los mercados mundiales del dinero.

Ciertamente, como tratamos de subrayar hoy los paraísos fiscales tienen una dimensión financiera como indica su nombre técnico de “Centros financieros extraterritoriales”, que es la traducción del vocablo inglés offshore, en el sentido de “no residentes”. Y esa dimensión financiera genera el descontrol de la gran banca y de las grandes Cajas de ahorro y de sus operaciones internacionales.

Para estas operaciones de alcance internacional, además de la opacidad, ofrecen el atractivo del “bajo coste fiscal” tanto para las transferencias legales de dinero o ilegales con fraude y evasión fiscal. El caso es que esa dimensión fiscal, que es la más conocida por la ciudadanía, produce una disminución de los ingresos públicos y hace que los paraísos fiscales de modo soterrado condicionen y coarten las políticas fiscales de los gobiernos. Por eso, son un problema político; es la consecuencia política que generalmente se intenta ignorar. Los centros offshore socavan las democracias porque fomentan y acentúan la competencia fiscal entre los países permitiéndoles una competencia desleal. Y además condicionan las políticas de los gobiernos a favor de rebajas de impuestos para el capital y subidas para los impuestos sobre el consumo y el trabajo. Con el agravante de que en la UE, tras las privatizaciones los impuestos representan el 90 % ingresos públicos.

A lo cual tenemos que añadir que incentivan el blanqueo de dinero sucio consiguiendo la obstrucción y demora de los procesos judiciales por delitos económicos; por tanto, degradando la justicia para la corrupción y los delitos económicos. Por colmo, las informaciones de prensa sobre el caso Gurtel, como de muchos otros casos más recientes, nos han ilustrado una vez más sobre cómo los paraísos fiscales facilitan la ocultación del dinero de la corrupción y el blanqueo de dinero sucio.

Porque sirven como plataformas para que las grandes operaciones bancarias y empresariales, legales o ilegales, se aprovechen de las diferencias entre las legislaciones de los países, lo que se denomina arbitraje regulatorio o legislativo; unas prácticas que hacen ineficaces las legislaciones avanzadas o rigurosas porque, dada la libertad de los movimientos de capitales, siempre habrá una país que tenga menos control y menos impuestos específicos, si las operaciones se planifican a escala global. Y las informaciones de los medios convencionales nos tapan otro efecto nocivo para la seguridad jurídica de los países y es que obstaculizan y demoran los procesos judiciales sobre delincuencia económica. Por eso hace años que hemos documentado que, al final, los llamados paraísos fiscales van socavando las democracias contribuyendo a derechizar las políticas de TODOS los gobiernos. Algo que ya se documenta en nuestro primer libro sobre Los paraísos fiscales, subtitulado “Cómo los centros offshore socavan las democracias”.




EL FRACASO DE LAS POLÍTICAS DE LOS GOBIERNOS DEL G-20

Tras más de dos años del comienzo de la crisis financiera, es evidente el fracaso de los gobiernos y de la tercera cumbre del G-20 en Pittsburgh para afrontar las reformas del sistema financiero global. PORQUE NO SE HAN TOCADO LAS BASES DEL SISTEMA que hemos señalado; y que son la GLOBALIDAD de los mercados financieros derivada de LA LIBERTAD ABSOLUTA DE LOS MOVIMIENTOS INTERNACIONALES DE CAPITALES, acompañada por LA DESREGULACIÓN, que trajeron la carencia de supervisión para las operaciones bancarias y financieras internacionales. Y en consecuencia persiste la OPACIDAD DE LAS FINANZAS, que sigue en vigor y no se ha visto afectada por la política de rescates y ayudas a la banca. Por consiguiente, salta a la vista que tampoco han tocado a los centros financieros offshore con los rescates y las ayudas a los bancos en apuros, que se les han concedido sin condiciones a pesar de financiarse con dinero de los contribuyentes.

Para evitar la quiebra cierta de todo el sistema bancario y financiero globalizado, los gobiernos han prestado ayuda financiera y/o han adquirido bancos de Wall Street, de la City y del Eurogrupo manteniendo sus filiales en paraísos fiscales. Unas ayudas y rescates bancarios con cargo los contribuyentes que han generado un aumento del déficit público que amenaza los sistemas de protección social en los países donde existen y que tendrán que se cubren incremento de impuestos indirectos; es decir, sistema tributarios más injustos, en lugar de combatir la evasión fiscal y reformas las bases del sistema bancario globalizado. Porque para colmo, actualmente el sistema financiero mundial se mantiene sostenido por el dinero público; y la banca en la sombra sigue funcionando ya que los gobiernos han prestado ayuda financiera y/o han adquirido las acciones de los bancos de Wall Street, de la City londinense y del Eurogrupo manteniendo sus “filiales” en paraísos fiscales que sabemos para que se utilizan: para defraudar al propio Estado que les sostiene.

Por eso en nuestro último libro de divulgación denunciamos que la mediática lucha contra los paraísos fiscales, antes y después de la cumbre del G-20 de abril en Londres, ha funcionado como una CORTINA DE HUMO para esconder que no ha habido acuerdos serios para reformar el sistema bancario y financiero global; solamente se ha programado una serie de retoques “técnicos” para la supervisión de la banca. El anuncio de reformas del sistema con aquella sonora frase de “se acabó el secreto bancario” ha escondido que los acuerdos del G-20 en Londres contra los paraísos fiscales han sido simplemente un remedo de las medidas que YA FUERON ACORDADAS POR EL G-7 en Okinawa (Japón) tras la crisis asiática y rusa a finales de los noventa; que era todo un plan de actuaciones que no se llevaron a cabo.

Uno de los resultados CONCRETOS de la cumbre del G-20 en Londres es que las Islas del Canal y de Man han dejado de ser consideradas oficialmente como paraísos fiscales, quedando equiparadas a Alemania, Francia o España. Y la efímera lista de la OCDE al amparo del G-20 tuvo que ser modificada cuatros días después. Y se suceden desde abril último en las ediciones posteriores de la compleja lista (como puede comprobarse en el sitio web de esa Organización o en uno de mis blogs ) han quedado reducidos a 20 o menos el número de los países y territorios que siguen catalogados como paraísos fiscales (tax havens), que no incluyen ya a las Caimán, ni a Mónaco, ni a Suiza.

Y es que, si ustedes me permiten contarlo para que todo el mundo lo entienda, se puede decir que la gran jugada mediática del G-20 ha sido amparar a la OCDE para que rebajara la anterior catalogación de paraíso fiscal que era más rigurosa. Para catalogar a un país o territorio como paraíso fiscal, la OCDE estableció en el año 2000 que debía cumplir cuatro condiciones técnicas:

- que en la jurisdicción haya cero impuestos o casi;

- que hubiera falta de transparencia respecto al origen de los fondos;

- que no intercambie información con otros países;

- y que se reserven esos privilegios fiscales para entidades que no tuvieran actividad económica en esa jurisdicción.

Características que mantienen hoy muchos centros financieros offshore en la práctica. Aquel proyecto de la OCDE pretendía acabar con los paraísos fiscales antes de 2006. ALGO QUE ES EVIDENTE QUE NO SE CUMPLIÓ.

Ahora los llama jurisdicciones que no cumplen los estándares internacionales, si no han firmado 12 convenios bilaterales para el intercambio de información fiscal con la otra parte. La OCDE ha simplificado y desvirtuado la definición de “paraíso fiscal” para borrarla como el FMI había ya borrado la denominación de “centro financiero offshore” que designaba la misma realidad financiera. Y al bajar el listón de medida todos se han apresurado a suscribir esos 12 convenios entre sí y con los países con los que les resulta más fácil acordarlos. Y oficialmente está disminuyendo velozmente el número de paraísos fiscales.

En la reciente cumbre del G-20 en Pittsburgh, que se ha mantenido lo aprobado en Londres, los gobiernos se han limitado a fijar plazos para que se cumpla EL NUEVO CRITERIO sin definir siquiera las posibles sanciones. Por eso, la realidad es que sigue viva su actividad bancaria y financiera OPACA, que se apoya en la carencia de regulaciones y de supervisión y en la opacidad, que es realmente lo que venden en perjuicio de los demás Estados. Porque no se dice que esos convenios fiscales según el modelo de la OCDE respetan el secreto bancario que les caracterizan.

Hace unas semanas se hacía público que EL BANCO BRITÁNICO BARCLAYS había creado un fondo de inversiones domiciliado en las Caimán. Para The Times de Londres y El País se trataba de una operación para favorecer a unos ejecutivos del Banco ante la posibilidad de que sean limitadas sus retribuciones variables o bonos. Pero la verdad es que este Banco intenta sacar de su contabilidad oficial y esconder los valores tóxicos que posee todavía en su cartera y no logra colocar en el mercado. Es decir, seguir con el sistema bancario en la sombra, causa de la crisis. Según el Financial Times y el periódico Expansión, este Banco intenta descargar en ese nuevo fondo de inversiones, la cartera de valores tóxicos que no tienen mercado y reducen su solvencia. Sigue, pues, el descontrol de la banca internacional.

AVANCES POSIBLES CONTRA LOS PARAÍSOS FISCALES

Sin embargo, quienes aspiramos a una mayor justicia y equidad en democracia creemos que SON POSIBLES LOS AVANCES PARA LA ERRADICACIÓN DE LOS LLAMADOS PARAÍSOS FISCALES y la superación del dominio de las finanzas sobre la economía real o productiva, que es la que genera empleos y riqueza. Porque la crisis financiera no ha terminado: hace días nos contaban que la falta de crédito hace que haya disminuido la venta de camiones, aunque existe demanda. Y la solución se encuentra en serias reformas del sistema bancario y financiero que garanticen el servicio a la economía y combatir la evasión fiscal que facilitan los centros offshore.

Para finalizar esta conferencia, permítanme que me limite al ENUNCIADO DE LAS ACCIONES Y MEDIDAS CONCRETAS que podemos considerar que son políticamente posibles, si lográramos entre todos llevarlas al debate político.

En primer lugar, tengo que destacar que en 2005 los grupos de Attac-España elevamos al gobierno español un documento avalado por unas cuatro mil firmas de ciudadanos con su DNI, solicitando el no reconocimiento legal en territorio español de filiales y sociedades offshore, en países y territorios sin actividad económica local.

En segundo lugar, hay que tener presente que la Unión Europea a la que pertenecemos, nunca ha planteado ningún plan de acciones contra los perjuicios que a sus Estados miembros le genera Suiza, Liechtenstein, Andorra y demás paraísos fiscales sino que ha concertado tratados de asociación de libre comercio con cada uno de ellos y la Unión. Una asociación que habría que revisar.

Entendemos que, con y sin Tratado de Lisboa, son precisas unas reformas en la UE; es especial, dos de fondo:

1ª.- La regulación del “espacio financiero europeo” dotándolo de una supervisión pública comunitaria controlada por el Parlamento europeo. Nuestros políticos suelen ignorar que la Unión se define como “espacio financiero europeo” SIN supervisor comunitario para la banca y sin fronteras para el capital.

2ª.- Hay que lograr la modificación del art. 56 del TCE, trasladado al art. III-156 del Tratado de Lisboa, que prohíbe a los Estados miembros establecer restricciones a los movimientos de capitales entre los países miembros y con terceros países, extracomunitarios. Este artículo ha sido denunciado como un obstáculo para el combate contra la evasión y el fraude fiscal por la Asociación profesional de los inspectores de Hacienda en sus Congresos.

Y desde hace años tenemos empantanadas dos revisiones legislativas europeas que no cambian el marco actual pero pueden ser un avance. Es urgente la revisión de la directiva sobre el ahorro que obliga al intercambio de información fiscal entre los socios europeos y con los países y territorios del entorno europeo, considerados paraísos fiscales, con los que los que se han sucrito acuerdos, para hacer extensiva la obligación de información fiscal no solo sobre los titulares de cuentas bancarias de depósito sino sobre fondos de inversiones, fideicomisos y demás entidades de inversión financiera. Y es un escándalo del que nadie habla que siga sin ratificar por España y otros socios europeos la tercera directiva sobre el blanqueo de capitales que tenía que haber entrado en vigor a comienzos de 2008 y que incluye medidas defensivas y de control sobre supuestas filiales bancarias en paraísos fiscales.

Y desde luego, vendría muy bien que el Consejo europeo estableciera una penalización del lobbismo de los 15,000 profesionales dedicados a influir sobre la tecnocracia de Bruselas que prepara propuestas y reglamentos que luego son aprobados en reuniones maratonianas por nuestros ministros de turno, con vuelos de ida y vuelto el mismo día.

TODOS ESTOS SERÍAN VERDADEROS AVANCES, MODESTOS PERO REALES, HACIA EL CONTROL DEL CAPITAL FINANCIERO Y EL AVANCE HACIA LA ERRADICACIÓN DE LOS LLAMADOS PARAÍSOS FISCALES porque combaten la desregulación y la opacidad de las finanzas.

MUCHAS GRACIAS.-

***

En este ciclo de conferencias organizado por la Fundación Alfonso Comín en Barcelona bajo el lema “¿Es posible el cambio de sistema económico?”, intervinieron asimismo como ponentes Ignacio Ramonet, Director de Le Monde diplomatique; François Houtart, profesor emérito de la Universidad Católica de Lovaina y fundador del Centro tricontinental; Pedro M. Sasia, Director del Proyecto Fiare del Aula de Ética de la Universidad de Deusto y Toni Comín, diputado del Parlamento de Cataluña y profesor de Ciencias sociales de ESADE.

domingo, 15 de noviembre de 2009

Los muros de Zapatero


Josep Ramoneda
Fuente: "El País"


Dijo Zapatero en Berlín: "No podemos perder de vista que hay otros muros en el mundo que deben caer". Tiene razón el presidente. Y, además, tiene fácil contribuir a esta noble causa que nos propone. Hay dos muros, dos vallas, en Ceuta y en Melilla, que bastaría con una orden suya para que cayeran.

Ceuta y Melilla forman parte de los muros construidos para proteger al primer mundo de los parias de la tierra. Hay muros que impiden salir y muros que impiden entrar. El de Berlín -como el de Corea- tenía como objetivo evitar la huida de los que no conseguían convencerse de que la miseria moral, económica y política en que vivían fuera el paraíso. Al muro de Berlín se le llamaba el muro de la vergüenza, y lo era. Pero cayó éste y los muros se multiplicaron por todas partes, sin que apenas nadie levantara la voz. Los de Ceuta y Melilla -como la mayoría de los que se han construido después de la guerra fría- no pretenden impedir que la gente salga, sino que determinada gente entre. Como ha dicho Tzvetan Todorov, son muros que emiten un mensaje inequívoco a los desheredados que quieren probar fortuna en el primer mundo: "El permiso de residencia comprende el riesgo de muerte".

Zapatero tiene una gran responsabilidad en los muros de Ceuta y Melilla. Fue él quien convirtió unas simples vallas bastante vulnerables en un sofisticado sistema de barreras metálicas imposible de pasar sin enorme riesgo físico. Todo el mundo sabe que en España la inmensa mayoría de los inmigrantes entra desde la Unión Europa o por los aeropuertos. Sólo un porcentaje muy pequeño (en torno al 10%) lo hace a través del mar, desde Marruecos, Mauritania o Senegal.

Cualquiera que haya tenido la ocasión de visitar a los subsaharianos que malviven por los bosques del entorno de Ceuta y Melilla constatará que, a pesar de la valla, todos los que se lo proponen acaban entrando. Y los que no llegan no es porque hayan desistido, sino porque se los ha llevado el mar. El reforzamiento de las vallas de Ceuta y Melilla sólo ha servido para tres cosas: para que el tiempo de espera, deambulando por el norte de Marruecos, sea más largo; para que las mafias hayan aumentado considerablemente el precio del viaje y, por tanto, el volumen de su negocio; y para que aumente la lista de los muertos. Cuando los flujos han disminuido no ha sido por obra y gracia del muro, sino, pura y simplemente, porque la oferta de trabajo ha caído.

¿Cuál es, entonces, el sentido y la razón de las vallas de Ceuta y Melilla? Puramente propagandístico. Matonismo de Estado para tranquilizar a la ciudadanía, monumentos a las paranoias de las sociedades ricas, a los miedos de los habitantes del primer mundo que viven con desasosiego la incertidumbre de estos tiempos de cambio. Y que, con las complicidades de sus gobiernos, han seleccionado a algunos grupos de inmigrantes como chivo expiatorio de todos sus males. El presidente Zapatero es el principal responsable de dos de estos artefactos monstruosos que, con toda razón, dice ahora que debemos dinamitar.

Y, sin embargo, parece obvio que, cuando dijo en Berlín que había que acabar con todos los demás muros, no estaba ni remotamente pensando en los que son de su responsabilidad directa. Algunos lo imputarán a la frivolidad, en cuya columna Zapatero ha entrado bastantes asientos. Otros dirán que fue puro cinismo, pero sería bastante estúpido presumir de que nadie se acordaría de Ceuta y Melilla cuando se hablara de muros.

Creo que es un problema de discernimiento. De no querer entender que Ceuta y Melilla también son muros de la vergüenza que vienen simplemente a confirmar una penosa ley de este mundo: sólo los ricos o los habitantes de países ricos pueden hoy desplazarse sin problemas de un punto a otro de la Tierra. La fractura es grande, y las vallas de Zapatero sólo contribuyen a hacerla todavía mayor.

Zapatero tiene una querencia a confundir la realidad con las buenas palabras. La ligereza de su frase de Berlín es de la misma naturaleza que la frivolidad del discurso de la Alianza de las Civilizaciones, que las vallas de Ceuta y Melilla contradicen a diario. Quiere entenderse con ellos y les impide el paso.

Los muros sólo caen derribándolos. Si el presidente no está dispuesto a derribar los suyos, que tenga por lo menos el buen sentido de guardar silencio. Y si quiere dar lecciones, que predique con el ejemplo.

sábado, 7 de noviembre de 2009

Refundación de la izquierda: ¿por qué? ¿Con qué valores? ¿sobre qué ejes?


Antonio Fuertes Esteban
ACORDEM-ATTAC

Hemos de preguntarnos, ante determinados movimientos en cierta izquierda en el Estado Español, si es necesario refundar la izquierda. Para el que suscribe la respuesta está clara y diáfana. Partiendo de la premisa de que la izquierda dentro del sistema de mercado siempre se ha asociado a la esperanza de un sistema más libre e igualitario, su refundación es apremiante y necesaria. Y esto es así porque la izquierda real existente cuando gobierna lo hace con valores y políticas de derecha, luego algo está fallando.

Muchos somos los que venimos avisando desde hace ya décadas, ubicados en los movimientos sociales altermundistas, de la deriva derechizadora de las políticas reales en las izquierdas gubernamentales del mundo desarrollado. Los resultados están claros:

- Las leyes existentes, promovidas o avaladas por gobiernos tanto de derecha como de izquierda real, favorecen especialmente a los grandes capitales, las grandes corporaciones, la banca y sus negocios financieros por encima de las necesidades de la economía de base social, de las necesidades y derechos fundamentales de los ciudadanos y ciudadanas del mundo y del medio ambiente.

- Los gobiernos de teórica izquierda – de los de derecha ya se sabe lo que cabe esperar- han permitido ceder su poder a organismos internacionales no democráticos como son FMI, BM, OMC, OCDE, G7, G8, G20 ..etc que son los que gobiernan las políticas mundiales por encima de los gobiernos. También han contribuido a ningunear sistemáticamente a la ONU como actor más representativo y democrático que los anteriores de gobernabilidad mundial.

- Y el resultado final es que mientras los grandes capitales móviles y grandes firmas se mueven en el nuevo sistema de derecha real globalizada como pez en el agua, los ciudadanos y ciudadanas ven cada vez más cuestionados sus derechos y son más vulnerables y el gran pozo de la pobreza y el hambre no deja de crecer.

- Los ciudadanos y ciudadanas conscientes, que cada vez quedan menos ante la desafección política promovida por activa y pasiva desde los diversos poderes gubernamentales, no saben así como realizar su deseo de ciudadanía activa y participación y muchos han venido abandonando lo público en beneficio de su parcela privada. Al mismo tiempo que, incluso el voto cada 4 años ha ido disminuyendo su porcentaje, hasta un punto en que los poderes electos se habrían de plantear si son auténticamente democráticos.

Estas han sido las secuelas políticas creadas por el actual sistema neoliberal globalizado, que solo en Latinoamérica encuentran resistencia y visos de alternativa regional con MERCOSUR y el ALBA.

Y es que los altermundistas, los que claman por otro mundo mejor y posible, son la auténtica conciencia en un mundo desigual y deshumanizado, donde los valores propios de la izquierda y los derechos humanos fundamentales son vistos por los gobiernos de turno como un lastre para la competencia en el mercado. Reconocer en la actual izquierda real los valores republicanos de libertad, igualdad y fraternidad o solidaridad, es un ejercicio baldío.

Como dice el escritor y profesor Jose Luis Sampedro, los altermundistas no podemos partir de la postura del “yo puedo y lo hago”, como los pragmáticos anglosajones. Hemos de partir de otro paradigma, que es el republicano, el de hacer verdadera política, el de los valores.

Sin embargo en nuestro país no hay una cultura política como en otros países Europeos. Hay muchos que han escrito sobre ello, sobre la falta de cultura política en España. El problema es que los referentes del gobierno de izquierda en nuestro país entraron arrasando los valores de izquierda tradicionales y fueron el modelo hegemónico de la izquierda. No han creado cultura política y fueron desentendiéndose en los años 80 de la poca que había. No han prodigado que digamos la cultura de la participación de la ciudadanía y cuando la han prodigado ha sido en base a una fachada sin contenidos.

Hubieran podido hacerlo de otra manera, pero quisieron promover el crecimiento económico sin hacer política auténticamente democrática y sin recrear valores en la sociedad, que viene a ser lo mismo, y han acabado siendo devorados por los valores de la derecha y sin perspectiva política, dando tumbos.

Por eso refundar la izquierda en el actual sistema globalizado es un ejercicio que ha de unir esfuerzos y voluntades con el fin de proclamar bien alto nuevas formas de promover y hacer políticas concretas. Estas políticas han de ser capaces de ofrecer, defender e implementar alternativas que rompan con la actual orientación sistémica neoliberal. Como en el siglo XIX es necesaria una nueva y radical ruptura epistemológica y el nuevo discurso político, enfrentado al Neoliberal, ha de tener claros los valores en donde se asienta y los ejes en los cuales pivotar.

Pero para cualquier análisis orientado al cambio político y social se hace necesario en primer lugar contextualizar y contemporanizar. La situación en la que tuvo que debatirse la izquierda hasta inicios de los 70 del siglo pasado no es la misma situación actual. Hoy la mayoría de actores políticos están de acuerdo en que más allá del capitalismo, que es el marco sistémico general en donde se han desarrollado las luchas por los derechos económicos, políticos, sociales y culturales en los dos últimos siglos y en donde había sido posible defender e implementar políticas para conseguirlos; lo que hoy está en juego es la propia existencia de la política dentro de esta nueva fase de capitalismo que muchos denominan capitalismo financiero globalizado.

Podríamos decir, sin miedo a equivocarnos, que en los países desarrollados hoy el actor político dominante es el dinero. Esto es necesario reconocerlo, pero también es necesario reconocer que los actores políticos de la izquierda llamada socialdemócrata han contribuido en su ejercicio de poder, junto con las fuerzas de derecha a “hacer la cama” para que el maridaje entre dinero y política fuera posible y más tarde a que en casa de la política quien mandase fuera el dinero.

En Europa la consagración de las políticas Neoliberales tendrá lugar cuando el 1 de Diciembre entre en vigor el ya consensuado Tratado de Lisboa, que supondrá un nuevo marco normativo para la UE. La aprobación y vigencia de este Tratado eleva a categoría primordial en la Carta Magna Europea los principios de “La competencia libre y no falseada” en todos los terrenos (laboral, financiero, comercial, servicios…etc) y el de la libertad de circulación de capitales en el interior de la UE y entre los países miembros y otros países. Estos principios supremos son los mismos que van a significar, he ahí la hipocresía de los gobernantes de los 27 países miembros, el que la carta de derechos fundamentales de la Unión vaya a convertirse en un “papel mojado”.

En una Europa, casa del dinero, los tiempos no están como para mucha política en el sentido que por tal se considera en una Democracia Republicana, donde el mayor bien perseguible no es sino el interés colectivo o bien común de los ciudadanos. La Carta Magna neoliberal niega la política a los políticos, en lo que se refiere a los procesos para que las autoridades europeas puedan, sin estar supeditados a un poder superior como el de la Aristocracia del dinero, gobernar y hacer posible la democracia como expresión de la voluntad ciudadana.

En este contexto va a ser difícil hacer política en Europa, pero si esta política puede ser posible no será sino mediante un cambio sistémico importante, que tenga como inicio la derogación de este nuevo tratado constitucional Europeo, o como mínimo una insumisión importante con respecto al mismo. Y esto es lo que tiene que empezar a plantearse desde ahora cualquier alternativa política de izquierda en Europa. Hay que hacer posible otra Europa posible en otro Mundo posible hay que derrocar el poder absolutista de los mercaderes.

Los actores que han hecho posible este tratado están incapacitados para ser sujetos del cambio necesario. Ahora es necesario visualizar que actores pueden ser sujetos de este cambio.

La democracia liberal viene asentando su poder teóricamente en el pueblo y ello a partir de tres instancias de intermediación de poder. Los ciudadanos ceden su poder a los poderes legislativo, ejecutivo y judicial. Sin embargo esta democracia formal, en la que teóricamente la suma y vigilancia entre los tres poderes significaría la base del equilibrio democrático está en crisis hace mucho tiempo. Muchos se preguntan por las formas de revitalizar la democracia y otros han manifestado que la forma de revitalizar este sistema, que se ha demostrado el mejor de los posibles, es con más ciudadanía. Claro este no ha sido el criterio de los mentores, redactores e instauradores del Tratado de Lisboa, que únicamente ha sido aprobado con la firma de los presidentes de los gobiernos sin debate y sin consulta previos.

Mientras desde instancias de poder se viene repitiendo mesiánicamente que el ejercicio pleno de la ciudadanía no es posible, somos muchos los que pensamos que detrás de estos remilgos y vetos existe un claro deseo del poder de autoreproducirse a sí mismo, de cortar los posibles mecanismos que pudieran ser germen del cambio.

Sin embargo la presión de la ciudadanía activa dentro de lo que se viene llamando altermundismo, unida a los nuevos movimientos cívicos, si bien hoy no tiene acceso a mecanismos de acceso al poder, si que es un hecho incontrovertible que está proporcionando alternativas reales a este sistema depredador de la ciudadanía, de los pueblos y del medio. Y es hacia esta ciudadanía activa antisistémica, hacia estos movimientos y organizaciones alternativos hacia donde ha de mirar cualquier intento de refundación de la izquierda política y esto es así porque hoy no hay otra fuerza social de cambio y transformadora que esta.

Estas fuerzas transformadoras que parten del convencimiento de que otra política y otro Mundo son posibles se basan en indicadores para plantear sus alternativas. Indicadores que nos dicen que este sistema no es ni social ni medioambientalmente sostenible. Esta insostenibilidad está empezando también a ser visualizada y reconocida por asalariados en paro, autónomos sin futuro, pequeños y medianos empresarios que han plegado o tienen dificultades para seguir adelante, pensionistas que ven peligrar sus pensiones, agricultores, ciudadanos y ciudadanas en general que ven como aumenta la inseguridad de su futuro y el bien común rinde tributo al beneficio privado. Otros indicadores nos hablan de la vulneración de derechos humanos, del incumplimiento flagrante de los Objetivos del Milenio del aumento del hambre en el Mundo. Del calentamiento global y el aumento de los desastres naturales. Y todo ello nos deja constancia de un Mundo tremendamente desigual en donde la esencia de la democracia se hace impracticable.

Son muchos ciudadanos y ciudadanas en el Mundo que necesitan que otras formas de hacer política hagan la democracia posible domeñando el poder aristocrático de la plutocracia del dinero.

Y ahí vamos, es necesario regenerar esta democracia, comenzando con la democracia existente en nuestro país. Pero siempre teniendo en cuenta de que el enfoque político hoy ha de cambiar de lo local a lo global. Cualquier organización política de carácter local ha de aspirar y tener en su estrategia la necesidad de crear/formar parte de organismos de gobernación internacionales y globales de carácter democrático y colaborar e integrarse en ellos. La refundación de una Europa y de unas NNUU auténticamente democráticas son hitos importantes necesarios en una estrategia política de izquierda.

Otro aspecto absolutamente fundamental es el de que la izquierda se legitima mediante los mecanismos reales de participación ciudadana, que hagan posibles otras formas de hacer política. Es la única forma posible de acabar con la actual forma de “no hacer” política que marcan las actuales oligarquías en los partidos políticos, los cuales delegan en tecnócratas sistémicos las decisiones fundamentales. Políticos y tecnócratas han tenido el cinismo de pretender con su discurso hacer creer por ejemplo que la ciencia económica es objetiva y está fuera de discusión ideológica. Este ha sido el origen de las recetas que han precipitado la actual crisis sistémica.

La interdependencia mutua entre democracia parlamentaria y participación ciudadana ha de constituir un camino para redimensionar y profundizar la democracia, junto a otros aspectos más sistémicos. En este sentido cualquier movimiento político que trate de re-fundar una nueva izquierda habrá de tener en cuenta que en Europa para que dicho intento sea auténticamente de izquierda habrá de tener vocación no localista sino internacionalista, habrá de generar una base social importante dentro de los nuevos movimientos cívicos y sociales y del altermundismo e interrelacionar y debatir con ellos y habrá de renunciar a cualquier intento de reproducir elites que en un futuro puedan constituir nuevas oligarquías políticas.

Para hacer política contemplemos y miremos al Mundo, al ámplio Mundo, será la mejor forma de servir a nuestros iguales y de hacer posible la democracia.

Solo el clamor ciudadano podrá romper el nuevo muro sistémico que el poder del dinero ha levantado.

jueves, 5 de noviembre de 2009

Una visión distinta de los piratas somalíes







Fuente: Periódico Diagonal


Piratas son los que saquean los recursos de los pueblos a punta de bayoneta, o de las armas de la OTAN.. ., los trabajadores explotados en esos barcos, le importan una mierda a los armadores, a nuestros gobiernos les importan tanto como los pueblos a los que ayudan a saquear con su poderío militar. Después derraman lágrimas de cocodrilos y nos montan campañas contra el hambre en el mudo. ¡cínicos!