martes, 23 de diciembre de 2008

El gobernador defiende el casino financiero

Juan Hernández Vigueras. Sistema digital




“No debe impedirse la inversión en alto riesgo de los ricos”. Con ese titular la agudeza periodística resume una de las afirmaciones más graves del gobernador del Banco de España en una autocalificada primera entrevista concedida a El País ayer (21/12/2008), una exclusiva del grupo mediático al que estuvo vinculado el entrevistado en su etapa en el banquillo. Unas manifestaciones que, con la que está cayendo, no pueden pasarse por alto.


El gobernador enfatiza su reconocimiento de lo que ya es obvio, que estamos en “la crisis financiera más importante desde la gran depresión. Como crisis económica aún no es la más importante, pero financiera, sí; no ha habido nada parecido. Lo que estamos viviendo es de dimensiones históricas, con características globales, porque nadie se ha librado de ella” E incluso admite sus efectos perversos que hacen que “la desconfianza es total” aunque no se adentra en las causas ni saca ninguna consecuencia práctica ni teórica que le concierna por su cargo, porque es un “espectador”.


Luego, con el proceder propio de los altos funcionarios y de los tecnócratas, el entrevistado manifiesta que “permitir la inversión en alto riesgo a grandes patrimonios no es perjudicial para el funcionamiento del sistema; el problema surge cuando se deja entrar al inversor que no está informado. Habría que impedir que el inversor normal pueda ser atrapado en este tipo de tramas; pero ¿se debe impedir que las grandes fortunas puedan invertir en productos de alto riesgo?”, se pregunta a sí mismo. Y le inquiere el periodista: “¿Usted que piensa?”. Y el gobernador contesta “Que no. Hay que proteger a quien no puede protegerse por sí mismo. Prohibir las inversiones de alto riesgo bajaría el potencial de la economía mundial”.


Si tenemos en cuenta que este gobernador del Banco central español no esta hablando de arriesgadas inversiones en I+D+I, ni en transporte intergaláctico u otras inversiones productivas de resultados muy aleatorios, sino que lo afirma para las inversiones financieras por no decir especulativas, resulta revelador su querencia por la economía del casino financiero que es la que ha generado la crisis económica que padecemos y que desde Attac hemos venido denunciando hace ya casi una década. Algo más que un problema de “cultura financiera” y de iniciados.


Vale que defienda la libertad en los juegos de azar y de los casinos prohibidos en otro tiempo; pero resulta muy inquietante que un gobernador de Banco central defienda la libertad absoluta y el descontrol de los mercados financieros. Porque esa libertad financiera para jugarse los cuartos puede aceptarse para la ruleta, el póker y los casinos recreativos o de lujo, donde por cuantiosas que puedan resultar las pérdidas del jugador carecerán de repercusión en el sistema económico.


Pero representa una amenaza social esa defensa que hace el gobernador del casino financiero, cuando sigue vigente un modelo en el que la actividad del casino está tan imbricada con el sistema financiero que rige la economía real que, como demuestra la experiencia que atravesamos, las pérdidas en ese juego financiero globalizado se están traduciendo en falta de créditos a las empresas y a los particulares y contaminando con incertidumbre todo la economía real. Mientras, ese modelo global sitúa a los gobiernos en la impotencia frente al predominio de la banca y los operadores financieros.


¿Cómo se pueden sostener tales afirmaciones cuando los ahorradores españoles, pequeños y grandes, que invirtieron en valores cotizados en bolsa, de empresas que siguen siendo rentables como lo eran antes, han perdido un 40 o un 50 % de sus ahorros desde que estalló la crisis de las subprimes?


Más aún, con suficiencia sostiene el gobernador en la referida entrevista que “aquí tenemos 150 bancos, casi 50 cajas de ahorros y 85 cooperativas de crédito y no ha habido ningún problema”. O lo que es lo mismo, nos está diciendo que no es un problema que el gobierno español haya tenido que dedicar un buen número de millones de dinero público a comprarle activos a la banca, que haya decretado un aval para su endeudamiento y que a pesar de todas esas medidas de emergencia, gran cantidad de empresas estén cerrando o se vean amenazadas de cierre porque la banca no facilita los créditos que alimentan la economía real.


Que “el problema es que los bancos no se fían unos de otros” es un Mediterráneo que nos descubre el gobernador, para afirmar a continuación que en años recientes “la explosión del crédito no se debió a que el Banco de España no hiciera nada (para evitarlo) sino que a que durante mucho tiempo los tipos de interés tan bajos estimularon el endeudamiento” y que tampoco pudo hacer nada en materia de sus competencias en los ámbitos de la supervisión y regulación. Y todo eso lo dice sin cuestionar al BCE ni la institucionalización de la UE y sin añadir la mínima argumentación. Siguiendo la mejor tradición funcionarial de defensa de lo establecido.


¿Con qué cara se puede afirmar a estas alturas que a los bancos “cuando no tienen dificultades, hay que dejarles que hagan lo que quieran”?. Dicho de otro modo, hay que dejarles que se autorregulen en tiempos de bonanza porque, cuando cambien las tornas y se acerquen al precipicio de la quiebra, estará allí el dinero público para rescatarles impidiendo que se nos caigan a todos encima. Es la nueva doctrina del nuevo socialismo para ricos y capitalismo neoliberal para los pobres.


Eso sí: el entrevistado no nos explica por qué los impagos de unas hipotecas sin garantías en Illinois han hecho perder valor a las inversiones en bolsa de muchísimos ahorradores. Pero, como medidas contra la crisis financiera global y considerando que es su obligación como gobernador del Banco de España, recomienda “la liberalización y privatización de un montón de actividades” y llevar a cabo una reforma del “mercado de trabajo” que revise la negociación colectiva con el fin de que el convenio colectivo no obligue a aquellos que no lo han negociado, ¡¡ ignorando que cuando se eso sucede es porque la empresa o empresas han logrado borrar al sindicato del mapa!!.


He ahí las muestras prácticas de la independencia de los Bancos centrales que dejamos que introdujeran nuestros neoliberales de derecha e izquierda, sin darnos cuenta que el objetivo era la privación de recursos legales y políticos a los gobiernos democráticamente elegidos, que en adelante estarían sometidos al juicio severo de la banca y de los mercados financieros. Y por si eso fallaba, durante los años noventa nos cambiaron aquella Comunidad europea por el “espacio financiero europeo” llamado Unión Europea, pero sin fronteras para el capital ni supervisor para la banca y las bolsas.


Asombran estas manifestaciones del gobernador neoliberal defendiendo lo que ya se ha demostrado indefendible. Porque hace pocos días el máximo exponente del fundamentalismo del libre mercado, el mismísimo Bush declaraba ante las cámaras de televisión, en una especie política de confesión ante-mortem, que los hechos le habían obligado a renunciar a sus principios neoliberales para impedir el colapso del sistema creado por esos principios.

lunes, 22 de diciembre de 2008

Necesitamos otra Europa

Juan Torres López- Comité científico de ATTAC España



El rechazo del Parlamento europeo a la jornada de 65 horas es muy importante y significativa. No hay que olvidar que era una iniciativa de Gobiernos en el Consejo y de la Comisión Europea, lo que indica que se trataba de la preferencia de sectores muy poderosos y con gran capacidad para decidir la orientación de las políticas y del futuro de la Unión.

Al mismo tiempo, la propuesta era tan brutal, tan extemporánea, tan fuera de sitio y contraria a los más elementales principios del bienestar que también demuestra hasta qué punto la Unión Europea está dirigida por gobernantes escorados a la derecha y al liberalismo, incluso aunque muchos de ellos militen en partidos de centro izquierda.

Cuando se tiene agallas para hacer propuestas de se tipo, que acaban con derechos sociales conquistados hace decenios, no puede caber ya duda de que algunos de quienes dirigen nuestros destinos no tienen límites a la hora de ir hacia atrás y de que están dispuestos a todo con tal de preservar los intereses de los empresarios más retrógrados y explotadores.

De hecho, hasta ahora han conseguido prácticamente reducir el proyecto europeo al diseño de un espacio monetario y financiero, de modo que solo hay auténtica y completa Europa para los capitales, las grandes empresas y las finanzas. E incluso han renunciado a los instrumentos que hacen que ese especio monetario y financiero sea eficiente (la política presupuestaria equilibradora, las redes de bienestar que facilitan en la práctica la movilidad, el gasto público que impulsa la innovación, la coordinación en todos los ámbitos o la integración política auténtica) para no tener que dar más protagonismo a los ciudadanos y a la expresión de sus preferencias sociales.

El Tratado non nato de la Unión fue un quiero y no puedo en este sentido. Destinado en realidad a reforzar asimétricamente los aspectos financieros que interesan a los grandes poderes económicos, renunciaba al establecimiento de las medidas e instrumentos que garantizan el avance en lo social y en la conquista del bienestar. Pero así, lo que se presentaba como dirigido a fortalecer a Europa terminaría por obstruir e incluso paralizar su desarrollo como proyecto social porque lo desdibuja hasta hacerlo irreconocible e innecesario por los ciudadanos que, de esa manera, terminan por sentir cada vez un mayor desafecto hacia él.

En los últimos años se ha reforzado la expresión neoliberal del proyecto europeo y lo que estamos viviendo hoy día en tantos frentes no es sino su gran fracaso. De la mano de la estabilidad presupuestaria en Europa no se avanza lo suficiente ni en innovación, ni en competitividad, ni en modernización. La mejor prueba de ello es precisamente que se tenga que recurrir a medidas como las de las 65 horas, más propias de típicos espacios económicos de la periferia que solo pueden competir empobreciéndose. Sin políticas presupuestarias potentes y comunitarias las desigualdades se incrementan, lo que no solo produce más fragmentación, desarticulación e insatisfacción social sino un especio económico menos homogéneo y más asimétrico, en donde las ventajas de la unión monetaria se diluyen en gran medida. Sin coordinación y armonización de las diferentes políticas, no se produce el imprescindible avance de escuadra, sino, en todo caso, solo el de cada país por su lado, lo que reduce las sinergias y dificulta el progreso común. Sin instrumentos ni voluntad para poner freno a la deriva financiero-especulativa de los capitales no se puede disponer de los recursos necesarios para generar mayores ritmos de creación de riqueza. Bajo la lógica mercantil con que se diseña las políticas exteriores, sin asumir que Europa debe ser un motor del desarrollo global y no una carga para los países menos desarrollados, no se pueden crear las condiciones bajo las que Europa pueda brillar como eje del progreso y referencia del bienestar.

Europa necesita ser otra. Esta Europa vieja y neoliberal apenas refleja sueño alguno ni ideal de progreso. Es un traje a la medida para los mercaderes y los especuladores pero que no resulta atractivo para los ciudadanos porque ellos no caben en él a gusto. Es una Europa insensible, que ve crecer la pobreza y las desigualdades sin inmutarse y cuyos dirigentes no tienen más recetas que fortalecer los mercados y dar cada vez más facilidad y libertad a los capitales, aunque sea a costa, como estamos viendo día a día, de cultivar fracasos en lo económico y dar pasos atrás en lo social.

Afortunadamente, aunque la votación del otro día solo fuera sobre un aspecto muy extremo y singular, muestra que no todo está perdido y que es posible poner sobre la mesa otro modelo de construcción europea. O, al menos, que es necesario enfrentarse al neoliberal para que la sociedad compruebe que hay otro camino distinto al del fracaso, la crisis y la explotación más o menos disimulada.

http://www.juantorreslopez.com/

sábado, 20 de diciembre de 2008

Imagen comentada



Como una improvisada princesa de los arrabales que hubiera abandonado por unas horas su palacio para comprobar los estragos de la pobreza en sus posesiones, la niña camina absorta sobre las pestilentes aguas de los suburbios de Puerto Príncipe, ante la indiferencia de los cerdos, ajenos al pequeño milagro que centellea junto a ellos. En todo caso, ante tanta miseria deberíamos hacer algo más que fotografiarla, comentarla y sacarla en los periódicos. Deberíamos hacer algo más, pero no sabemos qué.Alice Smeets.Público

lunes, 15 de diciembre de 2008

La izquierda, si existe, ha de limitar la propiedad privada


Antonio Fuertes Esteban. Comisión Justicia Fiscal Global de ATTAC España


Entre los derechos negativos que la democracia liberal prescribe figura el derecho irrestricto a la propiedad, entendido como el que asiste a particulares y corporaciones a preservar sus bienes y titularidades, y que la ley ha de proteger y defender. Este derecho está muy bien flanqueado por otro que también se pretende irrestricto y que supone asimismo la defensa a ultranza del derecho a la privacidad, que aplicado al uso y disfrute de la propiedad significa el secreto, y por lo tanto la opacidad, en lo que atañe al uso de capitales y titularidades. El secreto bancario y los diferentes instrumentos para ocultar a los auténticos propietarios y/o titulares de cuentas, bienes o empresas, son formas habituales protegidas en distintas jurisdicciones de este derecho, que se pretende absoluto a la privacidad y que sirve para reforzar el derecho a la propiedad.

La propia naturaleza de nuestras democracias liberales ha protegido mediante la ley y con carácter resolutivo, los derechos a la vida y a la propiedad y los ha protegido eficazmente de la intromisión, sustracción o agresión externa de terceros. Es decir especialmente en su acepción negativa, penalizando inexorablemente cualquier acción de terceros que pueda atentar contra la vida o la propiedad.

Si bien esta naturaleza liberal de nuestras democracias no ha sido capaz de incorporar y defender con la misma determinación los derechos positivos a condiciones de vida dignas. Estos derechos, conllevan la acción positiva del Estado en promover los derechos económicos y sociales como fundamentos y garantías del Estado de Derecho, hoy comúnmente aceptado y plasmado en las diferentes constituciones como Estado Social y Democrático de Derecho. Y es que lo que fundamentalmente permanece en el fondo del actual proyecto democrático es la garantía de defensa de los derechos y valores liberales: la garantía de protección de la vida y la propiedad de agresiones y sustracciones externas, y los valores del mercado y la libre competencia como bases necesarias de ganancia y de acumulación de la propiedad. Los derechos negativos constituyen desde el inicio de la democracia liberal el “corazón” del proyecto del liberalismo político inicial y el proyecto plutocrático del dinero o proyecto del liberalismo económico o capitalismo los han sobredimensionado anulando muchas veces los derechos positivos. Estos derechos negativos son los que legitiman y garantizan actualmente el ordenamiento jurídico-administrativo del llamado “Imperio de la ley” y que se sitúan por encima de los llamados derechos positivos que se entiende ha de satisfacer un estado social y en especial de derechos económicos y sociales como por ejemplo el derecho a trabajo, vivienda, salud, educación o servicios sociales dignos.


La naturaleza liberal de la democracia actual es defendida por las diversas elites y poderes conservadores que exigen, de los poderes democráticamente constituidos, Estados fuertes que defiendan los intereses de los propietarios y corporaciones y, paradójicamente, Estados mínimos que dejen actuar al mercado y no que intervengan sobre él regulándolo y constriñéndolo o que garanticen bienes y servicios de titularidad pública.

Actualmente la defensa de la propiedad y la libertad de mercado a ultranza, hasta sus últimas consecuencias y a cualquier coste, forma parte de una nueva ofensiva del proyecto plutocrático del dinero, ahora neoliberal, para desembarazarse del proyecto político y social de ciudadanía que formó parte del consenso social de post-guerra. Se lo permiten y favorecen la emergencia de nuevos mercados en países con gobiernos abiertos a la competencia y la pasividad de una izquierda, en los gobiernos o en la oposición, para quien la vergüenza del desarrollo y derrumbe del experimento socializador en los países del Este significó el cuestionamiento de sus valores fundamentales – igualdad, libertad y solidaridad- que de ser valores fuertes de su acción y comúnmente aceptados, pasaron a ser débiles y cuestionados. Una ”izquierda” que en Europa primero ya había sido pseudo-colonizada en el marco de la OTAN , más tarde hipnotizada desde las “terceras vías” y que finalmente ha sucumbido a las continuas exigencias del mercado.

Respecto a la trascripción de los valores de izquierda a los marcos político-jurídico-administrativos podríamos poner algunos ejemplos:

- En lo que respecta a la igualdad ante la ley, la izquierda actual en este país no es capaz, ni siquiera tiene la voluntad, de tratar por el mismo rasero de la ley fraudes multimillonarios - como los cometidos por los presidentes y ejecutivos de grandes bancos como el BSCH o el BBV que resultan sobreseídos judicialmente y quedan impunes - y los pequeños fraudes a los que normalmente sí se aplica la ley. Esto no es igualdad ante la ley.

- En lo que respecta a la igualdad de oportunidades, el actual Gobierno no actúa activamente promoviendo políticas de creación de empleo. O por ejemplo no actúa en educación promoviendo acciones positivas que sienten bases de una mayor igualdad de oportunidades en la educación, muy al contrario el actual proceso de Bolonia pretende establecer un marco universitario en Europa sometido fundamentalmente a intereses mercantilistas.

- En general la brecha entre ricos y pobres se acentúa, con lo que se deteriora en los países los proyectos colectivos y la democracia sustancial, más allá de los procedimientos electorales. Ya Alexis de Tocqueville, en su crónica de la Democracia en América valoró la igualdad sustancial de partida como una de las bases necesarias sobre la que se levantó la República de los EE. UU de América, por él catalogada como democracia. Es comúnmente reconocido que la desigualdad ostensible deteriora la democracia, como ha hecho con la democracia Americana.

- La libertad es incompatible con la dominación que ejercen las corporaciones sobre los trabajadores y trabajadoras a nivel mundial y que en muchos lugares no tienen más remedio que aceptar vender su fuerza de trabajo y someterse a condiciones de explotación y/o indignidad para poder sobrevivir.

- Las condiciones de competencia se han impuesto a la solidaridad entre personas y entre países.


Son simples ejemplos que nos informan de cómo por medio del desarrollo no regulado de los intereses del poder del dinero, se han ido desnaturalizando y perdiendo valor y proyección social y política los valores de izquierda, y ello a instancias de gobiernos conservadores y de gobiernos de izquierda que han olvidado lo que significa la política como instrumento de transformación social y han pretendido gestionar más eficazmente el sistema capitalista, basado en el derecho irrestricto e ilimitado a la propiedad.

Habremos de recurrir al socialismo clásico para poder de nuevo ir definiendo un proyecto que cree consenso y movilice a las fuerzas sociales que persiguen un cambio hacia otro mundo mejor posible. Una de las enseñanzas que la historia pasada y reciente nos muestra es que hay que poner coto al poder económico y recuperar la política como herramienta que la ciudadanía y los gobiernos tienen para promover el cambio social y una auténtica democracia. Y en el inicio y la base de este proyecto necesariamente hemos de preguntarnos de nuevo ¿Qué hacemos con la propiedad?.

Aquí quiero apuntar a lo que considero el núcleo de la cuestión, y es que lo que ha precipitado la actual crisis sistémica y ha puesto en tela de juicio la libertad absoluta del mercado como valor supremo no ha sido como algunos han dicho la avaricia - no se puede disfrutar tanto dinero en mil vidas - sino el desarrollo natural y no regulado del poder del dinero en todos los frentes (laboral, medioambiental, comercial, financiero,....etc), un poder soberbio, que no admite críticas ni limitaciones, que no se mira en el espejo de los desposeídos ni de la degradación del medio ambiente y que desatado y autista ha sentado las bases de la actual implosión en los mercados financieros globalizados, de la cual saldrán perjudicados sobretodo los más débiles. Hay que poner límites al poder del dinero, hay que limitar la propiedad y ello supone asumir desde el poder democrático la necesidad de remover ordenamientos jurídico-administrativos y constitucionales si fuese necesario.

Limitar la propiedad, hoy globalizada, supone la coordinación de actuaciones nacionales, supranacionales e internacionales orientadas a: Crear unas reglas de comercio justas, posibilitar/crear una fiscalidad nacional e internacional necesariamente progresivas y orientadas a la justicia re-distributiva, acabar con las cuevas del delito que suponen los paraísos fiscales, el desarrollo de lo común - fomentando al mismo tiempo un fuerte sector público que limite lo privado y atempere la competencia – , el fomento de la solidaridad internacional en un clima de paz y el desarrollo efectivo de los derechos humanos fundamentales.

En el mundo globalizado en el que las corporaciones y grandes fortunas acumulan un poder capaz de sobreponerse a los poderes políticos constituidos, la libertad no debería entenderse fundamentalmente como libertad de negocio y para ello lo común o público debe de cumplir el papel garantista que le ha de corresponder en un Estado Social y Democrático de Derecho. En breve el Estado liberal ha de ser re-interpretado y acotado desde el Estado Social si no queremos que el libertarismo económico acabe con la política y con el mismo contrato social que posibilita al Estado.

A los políticos en quienes hemos depositado nuestra confianza es tiempo de interpelarles ¡O con la justicia y la democracia o con el dinero!. Esperemos que su decisión sea la adecuada y les haga sentirse orgullosos y no que les lleve a que se les “caiga la cara de vergüenza".

lunes, 8 de diciembre de 2008

Retórica europea y descoordinación comunitaria

Juan Hdez. Vigueras - Comité Científico de ATTAC España

«La crisis que atravesamos no es una crisis pasajera, no es una simple crisis coyuntural cuyas huellas estén llamadas a borrarse enseguida, esta crisis persiste y afirmo que es estructural porque va a transformar durante largo tiempo la economía, la sociedad y la política»


Todo un bello párrafo del que extraer consecuencias políticas, ¿verdad? Pues lo leyó en francés Sarkozy en la presentación del «plan de relance» de la economía francesa el pasado día 4 de diciembre en Douai, cerca de Lille. Pero nada indica que vaya a tener mayores consecuencias, como de costumbre.


Por un lado, el gobierno francés presentaba su aplicación del plan europeo coordinado por la Comisión según acuerdo del pasado 26 de Noviembre, que en conjunto supondría el 1,5 del PIB europeo, para superar la crisis de la economía real derivada de la crisis de las hipotecas subprimes iniciada diecisiete meses antes.


Pero los detalles de ese plan como los del plan español, como los del alemán, el italiano o el del Reino Unido y los demás revelan muy diferentes interpretaciones nacionales para la aplicación de los objetivos acordados de incremento del consumo y la inversión mediante las dos vías de estímulo fiscal: reducción de impuestos y el aumento del gasto. Por ejemplo, mientras el Reino Unido baja el IVA; Alemania se niega a bajarlo; Francia tampoco aplica reducciones de impuestos e Italia rebaja el impuesto de sociedades y el IRPF. Y España opta por seguir con sus obras municipales.


¿Cómo se pueden adoptar medidas compartidas en la UE cuando no existe armonización de los impuestos y tal divergencia de tipos impositivos que afectan a la competitividad de las empresas? ¿Hasta cuando podrá seguir siendo la Unión un mercado sin gobierno comunitario?
Por otro lado, el día 2 de diciembre tenia lugar la reunión del ECOFIN, con la Comisión europea y el Banco Central europeo y los 27 ministros de economía y finanzas de la UE, para la preparación del Consejo europeo de la Presidencia francesa que tendrá lugar el 11 y 12 diciembre.


Y prosiguiendo la retórica oficial se anunciaba que este último Consejo dará una respuesta europea a la «desaceleración económica, al reforzamiento de la estabilidad financiera y a los sujetos fiscales», según el comunicado oficial. Asimismo se tratará de «proponer medidas para aplicar los principios y las decisiones adoptadas en la cumbre de Washington del 15 de Noviembre»


Con tal finalidad, el Consejo del ECOFIN acordaba ya cuatro nuevas directivas claves -dicen- para la estabilidad financiera que comprenden:


- Reforzamiento de los sistemas de garantía de los depósitos bancarios

- Mejora de los requisitos de los fondos propios de los bancos

- Modernización del marco reglamentario de los fondos de inversiones;- Prosecución de la integración en el campo de los seguros.


Con la ratificación de esta literatura jurídica por los jefes de estado y de gobierno en el ultimo Consejo europeo de 2008, Sarkozy habrá cumplido “los ambiciosos objetivos legislativos” que establecía «el Programa de trabajo de la Presidencia francesa del Consejo de la Unión Europea (disponible en español)” que preveía “reforzar la estabilidad financiera; mejorar el sistema de supervisión europeo; y proseguir la integración europea” puntos básicos incluidos del apartado por “Una Europa económica y financiera al servicio del crecimiento y del empleo ”


Ya anticipábamos en este blog (lunes 7 Julio 2008) que, retórica aparte, cómo la UE es ante todo un conjunto de procedimientos reglados para la negociación intergubernamental, el activismo mediático de Sarkozy de ir en serio habría necesitado más de un semestre (de Julio a Diciembre 2008) para que los 27 gobiernos actuales tradujeran ese programa en directivas europeas efectivas.


Luego, con la cumbre de Washington ha resultado, además, que la UE prefiere que la pretendida regulación y supervisión financieras sean globales y continuar siendo solamente “un espacio financiero” para la gran banca y las corporaciones. Lo demás dependerá de Obama, claro está.



sábado, 6 de diciembre de 2008

¿Que hacemos con bancos y Cajas de ahorros?

Juan Torres López - El Plural

La reunión que ayer mantuvo el vicepresidente del Gobierno y ministro de Economía, Pedro Solbes, con los más importante representantes del sector bancario es una muestra más de la patética situación económica en la que vivimos. Desde hace meses, los bancos centrales y los gobiernos han puesto cientos de miles de millones de dólares (más de dos billones calculan algunas estimaciones) a disposición de la banca mundial tratando de que ésta lleve a cabo la función que en teoría le corresponde: financiar a empresarios y consumidores. Han sido insuficientes para evitar el cierre del crédito y no han podido evitar que, sin la financiación necesaria, la actividad productiva se precipite en una crisis que a medida que se vaya agudizando no va a tener parangón con ninguna otra anterior.

Como antes habían hecho los responsables gubernamentales de otros países, ayer Pedro Solbes instó "a las entidades financieras a trasladar cuanto antes a familias y empresas las medidas de apoyo a la financiación, puestas en marcha por el Gobierno", según el comunicado oficial de su Ministerio. Pero, por mucho que lo implore, Solbes no va aconseguir que eso ocurra. La banca española (y las cajas de ahorro que en lugar de seguir una lógica de servicio público se han limitado a clonar el modelo de la banca privada) sufre el mismo mal que el resto de la banca mundial: fueron al casino y allí perdieron su capital.

Aunque puede que eso ocurra aquí en menor medida, como consecuencia de la política más conservadora del Banco de España, ese es el mal que también afecta a nuestras entidades financieras.

Buscando la rentabilidad se inmiscuyeron en el juego especulador, desnaturalizaron su función y en lugar de intermediar entre el ahorro y la actividad productiva lo hicieron entre el ahorro y los mercados financieros especulativos a través de operaciones muy arriesgadas que al final salieron mal, como no podía ser de otro modo, y las han descapitalizado.

Ahora, las entidades se enfrentan a un doble problema. Por un lado, disponen de menos liquidez como resultado de sus pérdidas patrimoniales y, por otra, tienen menos acceso al crédito interbancario porque entre todas han creado un clima de tanta desconfianza que nadie presta a nadie. Y así, ahora es imposible que haya disponibilidades para proporcionar a la economía real toda la financiación que necesita.

Las ayudas de los bancos centrales y el rescate de los gobiernos es insuficiente por varias razones. Primero, porque la descapitalización es tan grande que ha convertido a los bancos en una especie de sacos sin fondo. Segundo, porque cuando las rescatan siguen haciendo lo mismo: seguir moviendo la rueda de la titulización (es decir, de la generación de papeles sobre papeles) o limitándose sencillamente a generar dividendos con esas ayudas.

Finalmente, porque las exigencias que plantea la crisis en curso crecen más que las disponibilidades que se les ofrecen a los bancos para que éstos las pongan a disposición de empresarios y ahorradores.

La situación, pues, es complicadísima. Los dirigentes gubernamentales y los banqueros no pueden reconocer claramente todo esto y actuar en consecuencia porque podrían provocar un caos colosal y conflictos sociales sin precedentes cuando la gente se diera cuenta de que los bancos no solo han perdido sus inversiones de rentabilidad variables (fondos de inversiones, acciones, etc.) sino incluso sus propios depósitos.

Además, cualquier solución medianamente resolutiva tendría que ser adoptada a nivel internacional y eso tiene dos dificultades principales. Una, que no hay organismos con capacidad y legitimidad suficientes para adoptarlas. Otra, que la situación de los diferentes subsistemas bancarios es muy distinta y no sería fácil adoptar soluciones que fueran, como es necesario que sea, sistémicas y al mismo tiempo apropiadas a cada territorio.

Para colmo, en estos momentos se está tratando por igual a todas las entidades financieras cuando es evidente que no todas ellas están en la misa situación. Sería necesario que se hiciera transparente la realidad pero ¿cómo lograrlo sin producir también por esta vía un descalabro financiero en cadena? Los bancos han hecho saltar por los aires el sistema financiero mundial. No funciona, y la actividad económica no puede sobrevivir sin financiación. Esta es la cuestión y, como acabo de señalar, tiene un arreglo muy problemático.

Se podrán ir poniendo paños calientes y los gobiernos podrán ir inyectando fondos para paliar los efectos del paro y la recesión, pero el cáncer que ha hecho enfermar a la economía (la morbidez del sistema bancario) sigue sin más tratamiento que el engañabobos que representan las inyecciones de liquidez, los planes de rescate, los avales, la compra de activos tóxicos... que al fin y al cabo dejan intacta la lógica perversa que provocó la crisis.

Lo que se precisa es regenerar el sistema financiero y para que eso pueda lograrse es imprescindible establecer nuevas reglas y mucha mayor disciplina financiera, limitar radicalmente la capacidad de crear dinero de los bancos y estableciendo mecanismos que garanticen que el ahorro fluya a la actividad productiva y eviten su fuga a la especulación financiera. Pero es evidente que no es posible que eso se logre, por mucho que se quisiera, a corto plazo. Hacen falta instituciones, negociación y una voluntad de cambio que seguramente no aparezca hasta que la crisis no se haga mucho más letal de lo que hasta ahora viene siendo.

Los gobiernos pueden limitarse a seguir instando a los bancos a que sean buenos y hagan lo que debieran hacer pero eso no va a resolver nada. Si de verdad quieren evitar la catástrofe deben intervenir inmediatamente nacionalizando entidades financieras y recuperando la lógica de servicio público que debe presidir el funcionamiento del sistema financiero, incluso cuando se lleve a cabo por entidades privadas.

Lo que hace muy poco parecía una utopía de jóvenes radicales hoy día es una exigencia elemental para que la economía mundial (¡e incluso el propio beneficio capitalista!) siga funcionando: acabar con los paraísos fiscales, con la desregulación financiera, con la libertad de movimientos de capital, con la desfiscalización y la renuncia al Estado y, por el contrario, establecer impuestos sobre los capitales especulativos, crear bancos públicos que garanticen la financiación y someter a los privados a una severa política de reservas y coeficientes de inversión es el único punto de partida eficaz para resolver la crisis. No hay otra alternativa al desastre financiero que han creado los bancos. Instarles a que sean buenos es algo peor que una simple ingenuidad.

jueves, 4 de diciembre de 2008

¿Qué crisis? ¿Qué respuestas puede dar el Sur?

Éric Toussaint - Comité Científico de ATTAC Francia y CADTM

La actual crisis mundial se desencadenó en el Norte como consecuencia de la crisis de las hipotecas subprime en 2007, en Estados Unidos. Y esta última se originó a su vez en las deudas privadas en dicho país. Los bancos y agencias de crédito hipotecario habían creado un monstruoso montaje de deudas que finalmente colapsó, iniciando así la crisis financiera cuyas repercusiones todavía persisten. El rescate de los bancos en Europa es claramente su consecuencia; y la onda de choque de la crisis de 2007 y sus réplicas continuarán haciéndose sentir.

La crisis, nacida en los países del Norte, Estados Unidos y Europa, no es sólo financiera sino también económica, es decir que afecta directamente la economía real, la producción. Hay una crisis en el sector de la construcción en Estados Unidos, España, Gran Bretaña e Irlanda y se extenderá a otros países. Muchos puestos de trabajo en este sector peligran, en particular los que ocupan inmigrantes, especialmente latinoamericanos (ecuatorianos, bolivianos, etc.) en Estados Unidos o en España. Las pérdidas de empleos serán numerosas en este sector, por lo que bajarán las remesas de los emigrantes a sus países de origen, y sus familias se verán muy afectadas.
Si bien esta crisis económica estalló en el Norte, sus efectos se harán sentir en el Sur. Las industrias del Norte tendrán que reducir la producción al disminuir el consumo, y esta caída de la producción provocará una menor demanda de petróleo, gas y materias primas (minerales). Acabará la cadena con una caída del precio de los productos primarios -cosa que ya está pasando desde mediados de septiembre de 2008-. Desgraciadamente, esta reducción de precios hará bajar los ingresos de los países en desarrollo.

La crisis alimentaria mundial tiene también su origen en el Norte

Aparte de esta crisis financiera y económica existe también una crisis alimentaria, que afecta directamente a los pueblos del Sur, en donde los precios de los alimentos han aumentado un 100%, e incluso un 300%, en el caso del arroz. Pues bien, un 80% de la población de muchos países del Sur, y me refiero, en particular, a los más pobres, especialmente en el África sahariana, dedican un 95% de sus ingresos a la compra de alimentos. Esta gente ya no puede comer lo necesario. Por lo tanto, hay un fuerte aumento del número de personas que pasan hambre; decenas de millones de personas incrementan el ejército de hambrientos. Antes de que estallara la crisis, había ya 820 millones de personas con hambre en el planeta. Pero además están las personas subalimentadas. Con esta crisis, la población que está en una situación de inseguridad alimentaria aumentó en más de 140 millones de personas.

¿Cuál es la causa de esta crisis alimentaria?

Una vez más, el origen está en el Norte. Los industriales de los agronegocios del Norte convencieron a los gobiernos de Washington, de la Unión Europea y de otros Estados europeos de que subvencionaran la producción de agrocombustibles a partir de maíz, trigo, colza, soja o remolacha. Por consiguiente, un gran volumen de productos alimentarios se desvía a la producción de agrocombustibles, causando una caída significativa de la oferta de cereales y otros alimentos en el mercado con el consiguiente enorme aumento de los precios.

Además, este aumento de precios se reforzó porque, de nuevo, en el Norte grandes inversores institucionales (bancos, compañías de seguros, fondos de pensión) comenzaron a especular en un sector de los mercados financieros donde antes no eran activos: el denominado “mercado a plazo de los cereales” así como los respectivos de petróleo y gas. Es importante recordar que hay tres Bolsas en el mundo que fijan los precios de los alimentos (en particular de los cereales) en los mercados a plazo. Son las Bolsas de Chicago, de Kansas City y de Minneapolis. Los precios a plazo de los cereales contratados en Estados Unidos en estas Bolsas se reflejan en todo el mundo y no solamente sobre el precio a plazo y sino también sobre el precio actual, el precio al contado. En resumen, la producción de agrocombustibles, por una parte, y por otra, la especulación en el mercado a plazo de los alimentos causaron la crisis alimentaria que padecemos.

No olvidar la crisis climática cuyos efectos son muy graves

La cuarta crisis, es la climática. Se podría tender a olvidarla estas últimas semanas debido a que la crisis financiera está en el centro de interés en el Norte y que la crisis alimentaria atenaza en el Sur el estómago de decenas de millones de personas y moviliza las energías de centenares de millones de otros cada día. En la medida en que no hubo catástrofes ambientales impresionantes en los últimos meses, dejó de hablarse del cambio climático. Pero el cambio climático está presente y tiene efectos inevitables a lo largo del tiempo. No se los percibe necesariamente como desastrosos y rápidos pero allí están. La subida del nivel medio de los océanos afectará a la población de toda la cuenca de un país como Bangladesh, donde viven 150 millones de personas. Más de la mitad de la población de este país vive a nivel del mar o un poco por debajo porque hay diques de protección. En los 10 años venideros, los efectos serán terribles. Cité Bangladesh, pero podría haber citado otras regiones del Sur.

Aquí también, el origen de esta crisis está al Norte: la culpa es del modelo de desarrollo productivista capitalista. Por supuesto, este modelo también existe en el Sur, pero el Norte ha producido una cantidad fenomenal de contaminación atmosférica desde el principio de la revolución industrial. La gente oye que se habla de liberación de gases de efecto invernadero y en consecuencia piensa en la emisión actual, pero hay recordar que los gases de efecto invernadero, que resultan de las actividades industriales, se concentran en la atmósfera desde hace dos siglos. Es decir, es la concentración desde ese momento la que pesa más, no los gases liberados de hoy (que por supuesto es necesario reducir). Pues bien, aunque China emite cada vez más gases de efecto invernadero, sería un error decir que son los chinos o los indios con su desarrollo son tan responsables como Estados Unidos o Europa del cambio climático, ya que aplican el modelo de desarrollo productivista. Los responsables son los países que fueron la cuna de la revolución industrial, que con el método de consumo lunático acarreó, por ejemplo, los coches individuales y el despilfarro de combustibles fósiles.

Si el Norte es el lugar geográfico de origen de las cuatro crisis, el sistema capitalista es la causa fundamental

En resumen, se tienen cuatro crisis: financiera, económica, alimentaria y climática, que afectan a todo el planeta pero cuyo origen se sitúa en los países del Norte. Después de haber comprendido esto, no es necesario dar más vueltas, ya que no sólo son estas crisis lo que tienen en común el Sur y el Norte, también comparten un régimen económico, el sistema capitalista que domina la totalidad del planeta. Hasta hace unos treinta años se hablaba de un campo socialista o comunista, pero desde entonces, el bloque soviético -Rusia, los países de Asia Central, los de Europa del Este- volvieron a integrar, junto con China y Vietnam, el sistema capitalista. Las cuatro crisis que acabo de analizar esquemáticamente, deben considerarse directamente como efectos del sistema capitalista mundializado (sistema que se originó también, históricamente, en el Norte).

Cuando las cosas van mal en los países del Norte, su repercusión es negativa en los países del Sur
Por supuesto, el capitalismo más pujante es todavía el de los países más industrializados del Norte. Las economías de Estados Unidos, Europa y Japón representan un 60% de la economía mundial, mientras que en estos países vive solamente el 15% de la población mundial, y tienen una superficie bastante reducida en la escala planetaria. Sin embargo, cuando las cosas van mal en los países del Norte, eso se refleja en los países del Sur.

¿El Sur pagará indefectible los platos rotos de esta crisis?

En realidad, ya está pagando algunos, pero ¿esto se amplificará necesariamente o se presenta una oportunidad para protegerse? He aquí un punto importante de mi exposición: el Sur debe y puede perfectamente protegerse de algunos de los efectos de estas crisis, aunque no sea de todos. Con relación a la crisis financiera, es necesario que los países del Sur tomen medidas contra la libertad de movimiento de capitales y, en particular, contra la fuga de capitales hacia el Norte. Los países del Norte tienen una enorme necesidad de liquidez y las empresas del Norte repatrían un importante volumen de capitales hacia sus países para sanear las cuentas de los bancos, de las compañías de seguros. Para hacer frente a esta fuga, los países del Sur deben bloquear estos flujos e instaurar, como hace Venezuela desde 2003, un estricto control sobre los movimientos de capitales y sobre las operaciones de cambio de sus monedas. Esto también protegería sus monedas y evitaría que sean víctimas de ataques especulativos.

Los países del Sur no deben seguir el ejemplo de los gobiernos de los países europeos y de EE.UU., o sea, inyectar enormes cantidades de dinero público para salvar los bancos privados sin tomar su control, haciendo regalos a los banqueros corruptos, a los banqueros ladrones.
¡Los países del Sur deben hacer otra cosa! :

- Instaurar un control público sobre el sector bancario privado (es decir, estatizarlo, nacionalizarlo) y negarse a poner dinero para salvar banqueros privados. Poner dinero para proteger el ahorro, esto es lo que tendrían que haber hecho los países del Norte, y por otro lado recuperar el coste de la protección del ahorro y del sistema bancario descontando una suma equivalente del patrimonio de los grandes accionistas y administradores de bancos. Obviamente, con los grandes accionistas no es necesario limitarse a tomar lo que dejaron en sus bancos, ya que, en general, vaciaron las cajas antes de llamar al Estado en su ayuda. Es necesario entonces establecer un catastro de las fortunas de los grandes accionistas en todos los sectores de la economía y recuperar el coste generado para salvar el sistema bancario.

- Es necesario también dotarse de un banco del Sur para depositar las reservas de cambio y financiar el desarrollo humano de los países del Sur sin tener que seguir pidiendo préstamos a los mercados financieros del Norte, sin tener que pedir un solo dólar más al Banco Mundial y al FMI o a otras instituciones financieras completamente controladas por los países del Norte. Un banco del Sur podría financiar reformas que no interesen al capital privado, como, por ejemplo, una reforma agraria o la aplicación de una política de soberanía alimentaria. Se podría también utilizar dinero público para o renovar profundamente el hábitat existente, o para construir un nuevo hábitat adaptado a las condiciones de vida de las poblaciones interesadas. Eso crearía mucho empleo y mejoraría la calidad de vida. Se trataría de financiar proyectos que valen realmente la pena: por ejemplo, entre otros, el establecimiento de una industria farmacéutica de medicamentos genéricos.

- Es necesario realizar la auditoría de la deuda pública, tanto la interna como la externa, y declarar soberanamente la nulidad de las deudas ilegítimas suspendiendo su pago. Es el momento propicio para constituir un frente de los países del Sur para no pagar la deuda. Es también necesario abandonar el Banco Mundial y el FMI.

- Habría muchas cosas que añadir a lo dicho, como la necesidad y la posibilidad de crear un conjunto de intercambio y trueque “Sur-Sur”, entre los países del Sur. Se puede tomar como un ejemplo posible África Occidental. Países como Malí, Níger y Burkina no tienen acceso al mar, ni petróleo, pero producen algodón, además de oro (Malí) y uranio (Níger). Nigeria, que tiene acceso al mar produce petróleo y exporta todo su crudo a Estados Unidos o Europa, que a su vez reexportan derivados refinados a Nigeria, Malí, Burkina y Níger. Obviamente, sería mucho más atinado hacer intercambios entre Nigeria, que refinaría y transformaría su propio petróleo en distintos derivados y Malí, Burkina y Níger, que podrían desarrollar una industria textil para transformar su algodón. Se intercambiarían entonces productos nigerianos derivados del petróleo por productos textiles de esa parte de África Occidental, sin pasar por el mercado mundial. Es absolutamente razonable. Lo que hace falta es la voluntad política.

- Es necesario que los dirigentes del Sur, bajo la presión popular, rompan con el modelo neoliberal y rompan con el esquema capitalista, pero, y este es el quid de la cuestión, en general, estos dirigentes están muy satisfechos de vivir en el sistema capitalista y de aceptar las recomendaciones de Washington y Bruselas, del Banco Mundial y del FMI. Es necesario que los pueblos se organicen, se saquen de encima si necesario estos dirigentes, y los sustituyan por mandatarios, democráticamente elegidos, que se comprometan a aplicar un modelo de desarrollo adaptado a las necesidades de la población local. Que utilicen las debilidades de los países y de las instituciones del Norte, empantanados en la crisis que ya sabemos, para reforzar la fuerza de los pueblos del Sur.

Artículo publicado en la página web de CADTM

martes, 2 de diciembre de 2008

Llega a España la punta de un iceberg de las finanzas globalizadas

Antonio Fuertes Esteban. Comisión de Justicia Fiscal Global de ATTAC España.


En el mes de febrero del año en curso despuntó el escándalo financiero de “los ricos alemanes”, un informante anónimo vendió por una sustancial cifra cuatro DVDs al Gobierno Alemán que dejaban constancia de un escándalo de grandes dimensiones sobre el fraude fiscal en este país. Se trataba de cientos de millonarios delincuentes que usaban fundaciones en Liechtenstein para desviar grandes sumas de dinero a cuentas cifradas y por lo tanto encubiertas en el Principado alpino y en la vecina Suiza.

El Gobierno alemán de Angela Merkel y otros anteriores habían contemplado, hasta ahora impasibles, la espuerta fiscal que significaba la evasión y el fraude fiscal para las arcas del Estado, ¿que posibles causas pudieron significar que el Ministro de Finanzas alemán del SPD autorizara la compra de estos DVDs?. Algunas fuentes apuntan a la tensión dinámica entre los dos partidos de la coalición gubernamental y, como telón de fondo, a la incertidumbre financiera que significaría para los bancos alemanes el estallido de la crisis hipotecaria de las subprimes en EE.UU.

Sin embargo mediante estos DVDs no solo se desveló el fraude alemán, también se abrió paso en marzo a la investigación de cientos de operaciones fraudulentas realizadas por fortunas de 15 países entre ellas francesas, estadounidenses y españolas y es que en la actual globalización financiera no existen fronteras físicas ni jurídicas para las grandes fortunas y la delincuencia a todos los niveles.

Ya entonces se aislaron 198 defraudadores españoles, en su totalidad personas físicas que como las fortunas de otros países habían abierto cuentas en algunas de las más de 50.000 fundaciones de Liechtenstein, que constituyen como producto financiero el principal atractivo del Principado y desde donde se calcula gestionan alrededor de 160.000 millones de euros de clientes anónimos – según fuente de “El País” 2/3/2008- . Estas mismas fundaciones, como explica Juan Hernández Vigueras en “La Europa Opaca de las finanzas”, sirvieron de refugio y vehículo a abogados y magnates ligados a este Principado y con negocios inmobiliarios en la Costa del Sol al mismo tiempo que responsables de financiar y promover la moción de censura que llevó a un nuevo equipo de gobierno al Ayuntamiento de Marbella y cuya actividad delictiva justificó su disolución por el Gobierno español en 2006.

Pues bien la Fiscalía Anticorrupción española fué informada por la Inspección de Hacienda, informada asimismo por las autoridades alemanas, de la posible implicación de 200 adinerados españoles que supuestamente depositaron dinero en cuentas cifradas en dichas fundaciones asociadas al banco LGT, propiedad de la familia real de Liechtenstein y a importantes bancos suizos con filiales o sucursales en el Principado. Y es ahora cuando en la prensa diaria asoman titulares que por primera vez hablan de nombres y apellidos, el cantante Alejandro Sanz o el padre del presidente de CIU, Artur Mas figuran entre los investigados por el juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz por presunta evasión de capitales, sin que hasta el momento se haya imputado delito. Y ello a la espera de que Hacienda informe si dichas personas han regularizado su situación con la hacienda pública, claro que se nos habrá de explicar como se regularizan estas situaciones con intención de evasión de impuestos y fraude fiscal. En cualquier caso es posible que el tiempo transcurrido desde la apertura de las cuentas en Liechtenstein signifique que parte de los delitos hayan prescrito.

Dejemos obrar a la justicia y sigámosle la pista sin perderla de vista..., pero sobretodo y más allá del signo de la sentencia deberíamos de reflexionar sobre las circunstancias que suponen el que hechos, en principio delictivos para con las haciendas nacionales, puedan darse. Estas circunstacias son de signo político y más en concreto vienen marcadas por políticas económicas que son las mismas que han precipitado la actual crisis sistémica.

Como factor clave de estas políticas económicas de carácter neoliberal se sitúa en primer lugar la libertad absoluta de circulación de los capitales como premisa fundamental a nivel internacional, libertad absoluta que consagrada en la UE el nuevo Tratado de Lisboa. Y es bajo este prisma desde donde podemos analizar el papel fundamental que juegan, en el tablero de las finanzas globales, microestados como Liechtenstein y otros reconocidos centros offshore extraterritoriales. Estos centros se abren al delito fiscal, a todo tipo de operaciones financieras de carácter especulativo y a las redes financieras de tráfico de personas, de armas y del narcotráfico, a la corrupción política y a la financiación del terrorismo internacional, y todo ello a través de la serie de instrumentos propios de estos centros offshore como la opacidad sucinta al secreto bancario de sus legislaciones, su escasa o nula tributación y todo tipo de facilidades para que en su feudo financiero se constituyan empresas instrumentales y filiales o sucursales de grandes bancos. Podemos argumentar sin equivocarnos que la existencia de estos paraísos fiscales offshore solo favorece a corruptos, delincuentes, entidades financieras y grandes multinacionales y que por lo tanto solo a ellos les puede interesar en que sigan con sus prácticas.

La dimensión del gran problema sumergido bajo el actual episodio-iceberg de Liechtenstein y que flota en el desregulado mar de las finanzas internacionales, nos la da el que en estos momentos existan, según fuentes, entre 35 y 72 centros offshore extraterritoriales o Paraísos Fiscales en el mundo, bastantes de los cuales forman parte, como Liechtenstein, del Espacio Económico Europeo . La OCDE estima que estos centros financieros mueven en este momento entre 3 y 4’6 billones de euros (trillones anglosajones) y la Organización de Inspectores de Hacienda, según datos del Fondo Monetario Internacional, eleva la cantidad a una cuarta parte de la riqueza mundial.


Ante esta situación:



- Si la opacidad impide seguir la pista al fraude y a la evasión fiscal en detrimento de las haciendas de los Estados.


- Si los paraísos fiscales o centros offshore extraterritoriales y la falta de armonización fiscal suponen competencia entre Estados y el dumping fiscal.


- Si las multinacionales externalizan a través de estos centros offshore sus beneficios en los países en desarrollo y empobrecidos.


- Si la opacidad y falta de colaboración con la justicia internacional hace que no se pueda perseguir el delito económico, investigar las redes económicas del tráfico internacional y del terrorismo.


- Si los centros offshore constituyen, a través de instrumentos como los hedge founds, asentados en ellos, herramientas de especulación como se ha demostrado en la crisis hipotecaria de las subprime..... etc.


Cabe preguntarse:



¿Qué significan estos territorios para los Estados y para la comunidad internacional?

¿ Que política debería seguirse respecto de estos territorios en el iniciado proceso de reforma/cambio del sistema financiero internacional si se quiere que sea efectivo?

¿Qué política debería de seguir la Unión Europea respecto los centros offshore que se benefician del hecho de pertenecer al espacio financiero europeo y a acuerdos comerciales con la UE de todo tipo, pero que levantan su poder financiero compitiendo deslealmente bajo el aprovechamiento a ultranza del secreto bancario y la nula imposición?

¿Es posible construir la Europa política y económica, más allá de la monetaria, sobre este estado de cosas?


Estas y otras preguntas deberían ser objeto de nuestra reflexión y de la reflexión de nuestros gobernantes.